de R. Matta |
Cada día estoy más convencido que el gran cambio social que devino luego de la caída de los “muros” y “cortinas de hierro” – hechos positivos, sin duda –, ha sido la dispersión. La dispersión de los que tienen conciencia que el modelo económico y cultural que se nos ha impuesto nos está llevando a un mundo, a una vida sin sentido.
Por todas partes, hay voces de economistas, intelectuales, científicos, filósofos, sociólogos, etc. - y millones de seres humanos -, que se resisten a aceptar el modelo que restringe la democracia y participación ciudadana.
Un modelo, que nos muestra cifras fabulosas de enriquecimiento de la Banca y Grupos Financieros, quienes han transformado el mundo en un Gran Casino. Al mismo tiempo, ese modelo, muestra cifras siniestras del empobrecimiento, del desempleo y miseria de quienes producen los bienes de consumo.
La cesantía, en aumento constante – imparable de acuerdo al modelo - convierte en una farsa los discursos de los políticos oficiales.
La diversidad de ideas, de lenguas, de cultura, etc., es intrínseca a la naturaleza física y humana. De acuerdo. Sin embargo, la dispersión, sólo sirve a quienes nos están moviendo como marionetas, a quienes nos están convirtiendo en pollitos que picotean algunos granos de trigo…
Pese a todo – y de acuerdo a algunos borbotones internacionales - somos marionetas con potencialidad de indignación. Solamente que ésta, por el momento, está dispersa.
Paciencia… La historia se cuece en cazuela de barro…