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| de la red |
En Montréal, en estos días, se celebra una importante reunión internacional, a la que asisten más de 90 delegaciones representando a sus países. Es la COP15 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre la biodiversidad).
La crisis de la biodiversidad es un asunto tan o más importante que la crisis del cambio climático. Estas dos crisis están intrínsecamente vinculadas: el cambio climático está degradando la biodiversidad, los ecosistemas y los servicios que brindan, causando daños y pérdidas significativos, a pesar de que mantener ecosistemas funcionales y diversificados es esencial para preservar su papel en el secuestro de gases de efecto invernadero.
El sábado 10 de noviembre, hubo una masiva marcha frente al local en donde se celebra la reunión. Fue alentador el hecho que en la marcha participara mayoritariamente la juventud. El futuro le pertenece. Si las conclusiones de la COP15 concluyen en algunas propuestas que molesten, que nos incomoden, que amenacen nuestro “confort”, significaría un paso adelante.
Sin embargo, existe desconfianza en que ello ocurra, dejando espacio al escepticismo, una mayoría que piensa: aunque la extinción de la fauna en algunos casos es dramática, y el cambio climático hasta el momento no me afecta en donde vivo, quiere decir que ambos temas pertenecen al futuro.
El Presente es nuestro, dejemos el futuro al Futuro...
