Acabo de leer un artículo relativo a la astronomía, en el cual de acuerdo a las observaciones hechas recientemente, un grupo de astrónomos ha establecido que existirían en nuestra galaxia (ojo, solamente en nuestra galaxia) unos 160.000 millones de planetas similares a la tierra. Y en varios de ellos, habría altas posibilidades de encontrar signos de vida, tal como la concebimos los terráqueos.
¿Ha leído con atención la cifra de 160.000 millones? ¿Se da cuenta usted del trabajito que se llevó el Dios terráqueo? Con razón, el planeta Tierra, tuvo que construirlo a la rápida, en siete días, según fuentes responsables.
Algunos años atrás, aquí en Chile tuve la oportunidad de trabajar con un querido compañero actor – quien tenía la particular característica de ser tal vez uno de los últimos actores “molierescos” que existieron en nuestro país -, quien ante una sala escasa de espectadores, nos decía: “Bueno, compañeros, esta noche, rapidito y matizado”. Por lo visto, ese compañero había sido hecho “a imagen y semejanza” del arquitecto de nuestro planeta.
La cuestión entonces, es: ¿Esos millones de planetas, habrán sido construidos con la misma premura que el nuestro? ¿También allí, el constructor se habrá lavado las manos respecto de su creación del Hombre, con la chiva del “libre albedrío”?
Créame amigo lector (a), que no es mi intención vacilar los asuntos de fe. Es simplemente que pienso que a esta altura, me quedan pocas esperanzas que el asunto del libre albedrío haya sido una cualidad positiva aportada a la especie Hombre. Más hubiera valido que nos dijeran francamente, que la cosa era: “Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente”. O la que le cuelgan a Francisco de Aguirre – “Agarra Aguirre” -, después que se había adueñado de todo el territorio de La Serena y alrededores. En fin, reclamo franqueza. Estoy harto que me vendan manzanas por peras.
Aunque esto último, es un dicho pasado de moda, porque hoy en día ni las manzanas tienen gusto a manzana ni tampoco las peras el suyo. Los tomates pueden ser muy lisitos y colaraditos, pero independientemente que quizás aún contengan vitaminas C y A, grupos de B, PP y K; fósforo, hierro, calcio, etc, etc…, ¿que ellos, tengan gusto a tomate?..., ¡las pinzas!
Resumiendo – debido que hoy no tengo tiempo para estar hablando “cascaritas de piña” -, si los 160.000 millones de planetas que se han descubierto, están hechos por el mismo caballero de los “siete días”, roguemos que esos ET, no estén más adelantados científicamente que nosotros. Porque en el caso que sea así, y se les ocurra venir a dar una vuelta por este planeta azul, ya nos lo advirtió don Stephen Hawking: La que hicieron los Conquistadores españoles con nuestros aborígenes, sería un moco de pavo, comparado con la que harían algunos de estos extraterrestres, con la especie Hombre.
Chao, pescao, dijo la foca cuando tuvo hambre.