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| Mapa de Palestina , de la red |
“El odio ha creado muchos conflictos en este mundo, pero no ha resuelto ninguno”. La frase pertenece a una escritora norteamericana, y me parece una verdad más evidente que una montaña.
Deseando contrarrestar el odio que se evidencia entre el gobierno de Israel y Hamas de Palestina, comienzan a surgir múltiples voces, institucionales e individuales, que exigen al gobierno de Netanyahu un alto al fuego.
Su ofensiva está asesinando a cientos de civiles, mujeres y niños, indiscriminadamente. La neutralidad nos resulta imposible ante una guerra de exterminio, ante un genocidio. Y el silencio nos hace sentirnos cómplices.
La ideología sionista de Netanyahu seguramente no representa a todos los israelitas, pero todos quedarán señalados por la historia como genocidas, cuestión absurda, justamente para gente contra quienes se intentó el genocidio por décadas. También los árabes estuvieron expuestos durante la Edad Media.
Los pueblos del mundo no perdemos las esperanzas que el gobierno de Israel y los dirigentes de Hamas, abandonen sus actitudes mesiánicas, y aborden sus complejas relaciones, utilizando el sentido práctico y sabiduría que tuvieron justamente sus líderes espirituales.
