Michelle Lalonde |
Cuando arranco un arbusto limpiando el jardín, muchas veces me detengo mirando sus raíces..., y como la ociosidad es madre de todos los vicios, me sobra el tiempo para pensar: “nosotros, los seres humanos, también somos un montón de raíces”. Y entre ellas, las raíces culturales, las más inadvertidas en nuestra conciencia diaria, y sin embargo, al parecer, las más definitorias.
Hace más de 30 años que vivo en el Québec, y ya ven, estoy escribiendo en castellano. Aunque en el ámbito nacional, preferí desde el comienzo tomar un curso de francés. Las aspiraciones independentistas del Québec eran muy evidentes en esos años. Hoy ha disminuido esa aspiración, pero persiste la defensa de la cultura québécoise, amenazada por la lengua inglesa en la que muchos ven una mejor perspectiva económica.
La evolución social aquí en el Québec es especialmente dinámica debido a la escasez de mano de obra, que el Gobierno provincial intenta superar a través de la inmigración, cantidad que hoy se discute con el gobierno central que también necesita cuotas muy altas de inmigrantes.
“Speak White” un llameante poema de Michelle Lalonde, escrito en 1968 adquiere hoy especial vigencia, no solamente para el mundo Québécois, sino para todos quienes consideramos un derecho sagrado la defensa de nuestra cultura.