Aitxitxe Nelson y Lander haciendo pan para todos en casa un día de Navidad |
Esta tarde de nieve, me gustaría subir al escenario con alguno de mis nietos, y por arte de magia, convertirlo de nuevo por algunos minutos, en niño.
Con mis hijos, creo que sería más difícil porque abandonaron su infancia hace mucho tiempo. Pero con este nieto de la foto, Lander, quizás todavía mis poderes mágicos puedan regresarlo desde sus 19 años actuales. Estoy seguro que volveríamos a reírnos y abrazarnos con todo el cariño que nos tenemos.
Haría lo mismo con los restantes cuatro nietos, pidiéndole a Heráclito a coro, que olvide por unos instantes aquello de “todo cambia, nada permanece”...