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jueves, 17 de marzo de 2011

SINVERGONZONERÍA

de Otto Dix, war

Quiero decir, desvergüenza, inverecundia, sinvergüencería… ¡Y no! No existen ni adjetivos ni calificativos que basten para describir la desfachatez con la cual se comportan los capitales trasnacionales y sus políticos lameculos.

Cuando a propósito de la revuelta en Libia – independientemente de las simpatías o rechazos que inspire Gadafi –, incentivada sin duda por los grandes grupos económicos de este mundo, el gobierno de Inglaterra manifiesta públicamente que recibirá encantado a los millonarios árabes que depositen 5 o 10 millones de libras esterlinas facilitándoles así la residencia en dicho país (un país lleno de inmigrantes pobres que limpian las heces y orines de los piratas), es más que el colmo.
Cuando eso se ve, se lee y escucha.

Cuando la ONU, luego de las armas masivas de IRAK - el último grano de arena que le hizo perder toda honorabilidad -, toma el acuerdo de intervenir descaradamente en un país y gobernante soberanos – hasta ayer elogiado por los mismos hipócritas de hoy –, no se encuentran los calificativos para todos ellos. Ni aun, recurriendo a los epítetos folklóricos que cada país ha creado para los cabrones.
El mundo árabe se revuelve. No cabe duda que otros mundos también se revolverán. El punto es ¿en beneficio de quién son las revueltas en última instancia?
¿Y estos mismos señores que están detrás de las cortinas, construyen cárceles, cámaras de gas, guillotinas, etc., para castigar a los delincuentes? ¿Delincuentes?

Frente a tanta inmundicia hipócrita como la que muestran los señores del Poder, ¿quién puede sujetar a aquel que hoy día mismo, siendo testigo de tanto descaro, se ha dicho ¡basta!, ¡basta de comportarme como un gilipollas!? ¡A la mierda el respeto a la Ley, la moral, el respeto a lo ajeno!

Las reglas del juego las están poniendo y exponiendo con tanto descaro los que deberían mostrarnos un mínimo de ética social, que no hay Dios que se conserve en sus altares. Hasta el más honrado siente temblar sus piernas.

El mundo se revuelve, las leyes son valores de grupos, la moral un cambalache, como el tango, lo mismo en Chile que en la quebrada del ají. En 5 minutos los señores del Poder nos convencen que lo blanco es negro y lo negro es blanco. ¡Qué quiere que le diga mi amiga y amigo!

Con todo respeto, la Religión y la Televisión se parecen: para millones, lo que una y otra digan, es la verdad revelada. Verdad por la cual somos capaces de amar, odiar, matar.

Si hoy, usted está tentado a cometer un delito…, usted verá si aún le queda un altar donde mirar…