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jueves, 12 de junio de 2008

¿Ensayo de democracia directa?





Guayasamín



La inmigración y/o migración humana, como todos sabemos viene desarrollándose desde los tiempos del homo sapiens recolector.Actualmente la inmigración ilegal es un problema ambivalente para los países que han alcanzado un desarrollo económico avanzado. Ambivalente digo, porque por una parte las olas migratorias irrumpen por aire, mar y tierra en las fronteras de los países desarrollados creando situaciones sociales caóticas, pero por otra, dichos países se benefician de la mano de obra barata que aporta la inmigración legal e ilegal.El desarrollo desigual que siempre ha creado el capitalismo, hoy se ve acentuado por la ley de la selva que ha impuesto la globalización neoliberal, obligando al homo sapiens a seguir deambulando angustiosamente en busca de una mejor vida.A propósito de lo que digo, la provincia del Québec en donde yo vivo, necesita para su desarrollo económico recibir de manera legal anualmente 45.000 inmigrantes, en una población que hasta 2006 era de 7.719,993 habitantes. La gran mayoría de los inmigrantes decide quedarse en la ciudad de Montréal (86,9 %). Como comprenderán un número tal de “nouveaux arrivants” conlleva un sin fin de asuntos que resolver para el gobierno y la sociedad québécoise en su conjunto: trabajo, vivienda, educación y salud, entre otros.Y es innegable que desde hace algunos años y en forma creciente se han venido sucediendo desencuentros culturales y otros entre Québécois (Quebecuás) e inmigrantes.


Debido a ello se ha abierto aquí un proceso que se ha dado en llamar “les accommodements raisonnables”. Así, el 8 de febrero de 2007, el primer ministro del Québec, señor Jean Charest encargó a dos eminentes académicos e intelectuales de la provincia, los señores Gérard Bouchard y Charles Taylor, que estudiaran e investigaran dichos desencuentros o conflictos, debiendo entregar un informe final con diversas recomendaciones tendientes a armonizar la convivencia e integración de las más de 80 etnias que hoy conviven en el Québec, particularmente en Montréal.Y hace pocos días, luego de un arduo y meticuloso trabajo de 15 meses los nombrados académicos han hecho entrega del mencionado informe. Traducido al castellano la comisión que co-presidieron los señores Bouchard-Taylor se llamó: “Comisión de consultación sobre las prácticas de acomodamiento relativos a las diferencias culturales”.La Comisión tenía por mandato : a) hacer un análisis de lo que se ha hecho respecto del acomodamiento de la inmigración y su integración a la sociedad quebecuá (québécoise); b) analizar los elementos que están en juego tomando en cuenta las experiencias de otras sociedades ; c) llevar a cabo una basta consulta sobre este sujeto; y d) formular recomendaciones al gobierno para que las prácticas de los acomodamientos sean conforme a los valores de la sociedad quebecuá en tanto que sociedad pluralista, democrática e igualitaria.De la acuciosidad con que la comisión realizó su trabajo da cuenta el propio informe:“La Comisión contó con un presupuesto de 5.000.000 de dólares, lo que nos permitió realizar varias actividades.Para apoyar nuestra reflexión, ordenamos, dice el informe, 13 investigaciones de especialistas de diferentes universidades quebecuás.


Diversos instrumentos de investigación se pusieron en marcha, incluido una tipología concebida para clasificar la argumentación de las diferentes memorias (opiniones escritas) y correos que hemos analizado. Hemos conducido 31 grupos-encuesta con las personas de diferentes medios, en Montréal y en regiones. Hemos tenido 59 encuentros con expertos y representantes de los organismos socioculturales. Así mismo hemos estado asociados a un comité-consejo, formado por 15 especialistas de diversas disciplinas.En lo que respecta a consultas públicas, hemos ordenado tener (en Montréal) 4 foros nacionales cuya organización se la confiamos al Instituto del Nuevo Mundo (más de 800 participantes). La Comisión se instaló en 15 regiones, además de Montréal, para un total de 31 días de audiencias públicas.La población nos ha respondido muy generosamente haciéndonos llegar más de 900 memorias (opiniones escritas al respecto, de Québécois e inmigrantes)). Todos esos textos han sido leídos y nosotros hemos podido discutir con sus autores en el curso de 328 audiencias públicas. Hemos tenido además 241 testimonios (Québécois e inmigrantes). Entre agosto 2007 y enero 2008, la Comisión ha explotado igualmente un sitio Internet proponiendo diversas actividades de intercambio de opiniones con el público (más de 400.000 visitas).En fin, en los lugares en donde hemos estado, tuvimos 22 foros abiertos de ciudadanos sin restricción al público (y retransmitidos en directo o diferidos por algunos canales de televisión).


En esos foros han participado 3.423 mil personas.Haciendo el recuento de todo lo que hemos percibido y comprendido en el curso del último año – manifiestan los señores Bouchard-Taylor -, hemos llegado a la conclusión que en el Québec, los fundamentos de la vida colectiva no se encuentran en una situación crítica. A lo que estamos enfrentados más bien, es a la necesidad de efectuar determinadas adaptaciones.”Hasta ahí un fragmento del informe. Hago notar que el informe reducido contiene 101 páginas, y el informe completo 310 páginas. De manera que las conclusiones de los co-presidentes de la Comisión, aunque resulten simples - y sorprendentes para quienes vivimos el cotidiano del Québec desde hace ya varios años -, están apoyadas por un largo y argumentado trabajo.La agudización de diversas confrontaciones quebecuás-inmigrantes, son atribuidas en el informe a campañas un tanto insidiosas de los medios de comunicación. El informe no desconoce que algunos hechos conocidos públicamente hayan existido realmente, solamente que explica que los medios escritos, radiofónicos y audiovisuales, aumentaron la gravedad o connotación de casos puntuales, respecto de los “acomodos razonables”.Eso sucedió, dice el informe, con la discusión del derecho o no de la mujer de religión musulmana de utilizar en lugares de trabajo o escolares - aun en competencias deportivas -, el “foulard” (pañuelo que cubre sus cabellos); del mismo modo se infló el desencuentro entre los feriados cristianos y los feriados o retiros que consideran musulmanes o judíos; el caso de la decisión de la Corte Suprema del derecho que un joven de religión Sikh pueda ir al colegio portando su kirpan (daga sagrada, similar al símbolo cristiano de la cruz), llenó primeras planas por semanas; la polémica de si debía renunciarse al árbol de navidad y quitar las cruces cristianas de lugares públicos, incluso la cruz que se levanta en el Mont-Royal de la ciudad para no incomodar a musulmanes y judíos; limitaciones o restricciones que exigían judíos y musulmanes en el campo de la salud y la medicina; el derecho o no de musulmanes a regirse por la “charia”, normativa religiosa del Islam; acomodos o concesiones que debían hacer los restoranes en cuanto a sus menús, etc., etc., etc.


Es verdad, hay que reconocerlo, que hasta hace algunos meses la temperatura social en el Québec había aumentado de manera preocupante a propósito de “les accommodements raisonnables”.De manera que es pertinente preguntarse: ¿las conclusiones y recomendaciones que entrega la Comisión Bouchard-Taylor lograrán quitarle brasa a todos estos hechos o polémicas - inflados o no - sobre los acomodos razonables que nos permitan vivir armoniosamente entre Québécois e Inmigrantes?


Existen dos concepciones culturales que intentan resolver la inserción del inmigrante en el seno de la sociedad: Canadá, el gobierno federal, piensa que es a través del “multiculturalismo”, mientras el Québec postula el “interculturalismo”.En la segunda parte de este comentario intentaremos explicar las diferencias de las dos postulaciones. Y quién sabe si en el segundo comentario nos veremos obligados también a adentrarnos, entre otras cosas, en el “síndrome de las minorías”, en cuyo estadio pudiéramos encontrar en similares condiciones a Québécois e Inmigrantes.


Por el momento adelanto uno de los datos significativos que entrega el informe que estoy comentando:“Según el censo de 2006 la proporción de Québécois nacidos en Canadá que han tenido estudios universitarios era del 14,7%, mientras que en la población inmigrante dicha proporción era del 27%.”Pregunta: ¿cuál será el porcentaje de cesantía en uno y otro sector?


NOTA: Quien lea este comentario, en mi blog puede aprovechar de leer en español una breve obra de teatro de mi autoría, referida al tema. Ganadora del Concurso de autores “néo-québécois”, la obra traducida al francés, fue puesta en escena en un Taller del “Théâtre d´Aujourd´hui” de Montréal, dirigida por Bernard Martineau en 1988. Título original: “Rara Avis”. Traducción: ”L´Oiseau Rare”.


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