Hoy domingo 12 de febrero nos tocó en
suerte estar en casa mientras caía sobre nuestra región un promedio de 30 cm de
nieve. Cuando la tempestad de nieve es sin viento, recuerda las lluvias sureñas
que sin estridencias provocan inundaciones, desbordes de río, etc.
Si miras la lluvia desde un lugar
protegido y contra un espacio amplio, la mente se adormece y abundan las
divagaciones. Éstas aumentan con la nieve, porque ella es la reina del
silencio… De manera que disímiles “cabezas de pescado” surgen caprichosamente...
La extinción del Estado Proletario…
El proceso estaría dirigido por la clase
social del Proletariado una vez asumido el Poder… El Proletariado sería “El Salvador”,
la Clase, que eliminaría la “sociedad de clases”, porque él mismo iría
extinguiéndose en el proceso... El Proletariado asume el Poder sabiendo que su
destino es extinguirse. Está dispuesto a inmolarse… Un auto-sacrificio, en aras
de salvarnos de la sociedad de clases, abriendo paso así al Comunismo...
Recordando hoy esta síntesis, me resulta
prodigioso el símil con Cristo sacrificado…
Sin duda nos ha resultado difícil seguir
el camino indicado por nuestros salvadores: Cristo y/o el Proletariado. Pido
excusas si resulto herético para ambas opciones.
… En todo caso, las ceremonias sacramentales
del sacrificio se pierden en el tiempo, aun antes de la aparición del homo
sapiens…
A propósito de estas cabezas de pescado,
a mi juicio el Estado Chileno actual está en proceso de extinción… Pero claro,
allí no hay ninguna Clase épica…, dispuesta al sacrificio…
La nieve cae…, silenciosa…,
imperturbable…