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Era un refrán muy utilizado en el campo, allá, en mi tierra, durante mi infancia. Y andando el tiempo me di cuenta de que no hacía falta ser creyente para concluir que “de haberlos los hay”.
La vida nos ha mostrado a todos de que, en cualquier nivel de Poder, a veces se potencia la irresponsabilidad, la prepotencia, y hasta podríamos decir: la Maldad. Una persona con Poder Social, que no tiene otro objetivo que satisfacer su afán de dominio, y corrientemente codicioso, en definitiva, un “sinvergüenza”, es una persona peligrosa para la comunidad o un país. Más aún, si a ese individuo se le adjunta otra persona con similares afanes. Esa “yunta”, es sumamente peligrosa: “el Diablo ha metido su cola”.
La historia universal registra innumerables ejemplos, a pesar de que algunos han terminado colgados en el farol de la plaza pública, víctimas de la ira de sus pueblos.
Pero, claro, aquello de: “El Estado soy Yo”, es una pulsión embriagadora para un ególatra.