Tuve el placer de conocer a “Gabo”, como le decían sus amigos, invitado a una cena en su casa de México D.F. Y posteriormente compartimos un par de días en Tlacotalpan, Estado de Veracruz, siendo yo parte del equipo de filmación de un cuento suyo: “La Viuda de Montiel”.
Dicho sea de paso, quizás el film que mejor refleja la atmósfera sugerida por lo que se dio en denominar “realismo mágico”.
Y también dicho sea al pasar, el pueblito de Tlacotalpan parecía un decorado especialmente construido para el mundo del realismo mágico.
¿Qué podría decir de mi acercamiento a Gabriel García Márquez? Pues, que como generalmente suele suceder con los hombres y mujeres de gran talento, García Márquez era también una lección de sencillez y simapatía, ajeno completamente a las ínfulas que suelen darse los mediocres.