de Otto Dix |
Desde la primavera de 2008, una Agencia de Seguridad de aquí del Québec, BCIA, (Bureau canadien d'investigations et d'ajustements), estando al borde de la quiebra ha obtenido 12,5 millones del Movimiento Desjardins (la banca). E igualmente ha recibido 4 millones de los FIER (Fondos de intervención económica regionales), financiados en un 66% por el gobierno.
Lo sabroso del asunto consiste en que dicha Agencia – arrastra una sabrosa historia entre padrinos y ahijados, pringando a medio mundo: partidos políticos, etc - estaba en vísperas de hacer quiebra, la que llevó a efecto meses después de haber obtenido los créditos. Y los inocentes nos preguntamos: ¿cómo es posible que los organismos destinados a hacer la verificación del estado financiero del solicitante de un crédito, no hayan detectado la situación de crisis que tenía la mencionada agencia?
Es que - ¡oh, sorpresa! – sucede que no hubo tal verificación. ¡Incredibile, Padrino!
Pero además, dicha agencia, posee una serie de suculentos contratos con distintos organismos privados, individuales y públicos – entre estos últimos la propia policía de Montréal – para el resguardo de personas, vigilancia de edificios, transporte de valores, investigaciones privadas, etc.
La Municipalidad de Montréal, uno de los clientes favoritos de la mencionada agencia (BCIA), se ha visto obligada a despedir un par de funcionarios, coludidos con la mencionada agencia. Pero aún queda mucha tela que cortar en la Ilustre Municipalidad, en donde la ética administrativa del propio alcalde está cuestionada desde hace tiempo.
Además, acaba de evacuarse el informe anual del verificador general de Montréal – una especie de inspector o contralor – informe que habla mal, pero muy mal de la ética administrativa de la Municipalidad, tanto, que se abrirán investigaciones, algunas con carácter policial.
De tal modo que no sería raro finalmente – más bien, “necesario” – que se ocupen toneladas de tierra para construir sobre ellas, hermosos prados y jardines.
En caso de la quiebra definitiva de BCIA, Desjardin, Inversiones Québec y los FIER, perderán alrededor de 15 millones de dólares.
Pero esto de la BCIA y sus pringaduras, son pelos de la cola, comparados con las sinvergüenzuras de la Bolsa internacional, que hace atracos a mano armada en diez minutos, y a plena luz del día y en transmisión directa. “Y a mí qué me importa”, decimos los más pobretones. Pero sin embargo nos congelan sueldos y pensiones, aumenta la cesantía y suben los precios hasta de la comida del gato.
Hoy en día, todo el mundo busca el camino más corto para hacerse rico. En mi adolescencia, que a un almacenero o carnicero, le cayera el estigma de ser “especulador”, era peor que se dijera que su mujer era puta.
Mientras era muchacho (¡buuuh, a mitad del siglo pasado, figúrese!), nunca escuché el término corrupto. Derechamente se hablaba de ladrón o sinvergüenza. Y había varios, por supuesto. Pero no salían en las primeras planas de los diarios ni en la noticias de la radio.
En la actualidad, los sinvergüenzas, los ladrones, los corruptos y corruptores, tienen más publicidad – que no condenas - que las estrellas del cine o del deporte.
La verdad, es que siendo testigo diario de cómo se mueven hoy los poderes financieros en el mundo – son realmente los que mandan -, me he sentido identificado con un fragmento de una epístola de San Pablo: “… Los esclavos, tienen que trabajar y obedecer al amo, como siervos de Cristo que hacen de corazón la voluntad de Dios que los ha puesto en tal estado”. ¡Vaya, con don Pablo! ¡Venir a describir nuestra condición actual con tantos años de anticipación!
¡Qué le vamos a hacer! Mientras nuestro desencanto postmodernista nos siga haciendo pensar que “más vale solo que mal acompañado”, tendremos que seguir mordiendo el cuesco mientras otros se comen los frutos.
En fin. Final feliz, y consuelo: El Profesor de Química pregunta en la clase:
-¿Cuál es la diferencia entre una solución y una disolución? Respuesta de un alumno:
-Si metemos a dos especuladores financieros en un tanque de ácido, se disuelven. Eso, es una disolución. Pero si los metemos a todos, ¡eso es una solución! (colaboración de May)
¡Ah, y un na que ver, pero quizás útil. Mujeres chilenas: hacedle caso a lo que ha dicho el imán de Téherán, Kazem Sadighi, hace pocos días: “Los terremotos de tierra son por causa de las mujeres que se visten de manera indecente”.