Hay que comprender que su muerte fue su
última ironía.
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“Estos no son coqueteos imbéciles
háganme el favor de Velarme Como es
Debido
dáse por entendido Que en la reina
al aire libre – detrás del garaje
bajo techo no andan los velorios
Cuidadito CON velarme en el salón De
honor
De la universidad
O en la Caza del Ezcritor…”