miércoles, 2 de febrero de 2011

CAE LA NIEVE...



La neige tombe… Cae, cubriéndolo todo…
Tengo que escarbar, tengo que escarbar bajo la nieve. A mi juicio todo está suficientemente blanqueado en este mundo. Nunca antes las noticias habían estado tan manipuladas…, tan blanqueadas…, pero la nieve insiste en cubrirlo todo.
La nieve, no me permite saber con certeza qué es lo que está pasando en el mundo árabe. Da la impresión que detrás de todo esto hay manos grises…, manos negras… Pero la nieve blanquea todo…
Se me enfrían las manos, pese a que me he puesto los guantes para escarbar más profundo… ¿Militares abrazándose con los que necesitan matar el hambre y la injusticia…?

Estoy seguro que bajo la nieve hay tierra, incluso hay agua en los ríos, cubiertos de la hipócrita nieve… Sí…, aquí había césped y un jardín lleno de flores… Había tulipanes rojos, amarillos, blancos, sí, de esos mismos tubérculos regalados a Canadá por la reina de Holanda… En los tiempos en que Canadá significaba neutralidad, paz…
Aquí en este otro lado había árboles…, bosques había… Obama, desea el cambio “ahora, ya”… La nieve sigue encubriéndolo todo…
El Baredei, aquel buen hombre que quiso evitar la invasión a Irak…, sugerido difusamente tal vez…, como… 

 

La nieve comienza a cubrir un pobre ciervo que quedó en el jardín, desde los días de navidad… Un ciervo que, encendidas sus luces, creyó ilusionar a los nietos… Pero estos, ahítos de tanta tecnología infantil, lo miraron casi con indiferencia no más de veinte segundos…
¿Qué habrá debajo de tanta nieve caída en esta tempestad, que parece abarcar regiones que ayer nos donaron a Aristóteles, a los grandes de la medicina…, a profetas que aún encienden las hogueras?
He perdido mi brújula bajo la nieve… Estaba encima del escritorio…, estaba entre los libros, algunos de historia, otros de filosofía, sociología… “Las Cruzadas, vista por los Árabes”, quizás la brújula está entre sus páginas…

Busco… No están los libros… La brújula no está… Todo ha sido cubierto, enterrado bajo la nieve…
“La historia avanza a saltos”. ¡Sí! ¡Mi memoria se asoma tímidamente desde debajo de la nieve…! La historia avanza a saltos, imprevistos…, a veces sin dirección…, como las chispas que saltan de las brasas cuando comienzan a encenderse… Aunque a veces hay ardores que se pierden, que se enfrían, porque la nieve llega y blanquea todo…, lo encubre todo…

La neige tombe… Ah, la neige…