sábado, 11 de febrero de 2023
AMOR DE MADRE
¿SOMOS HEREDEROS DE ALEJANDRÍA?
Imagen de la red |
ESCALOFRÍOS ATRASADOS
Fusilamiento. El Chacal de Nahueltoro, de Miguel Litiin. con Nelson Villagra G. em el rol de El Chacal |
EXTRAVAGANCIAS DEL ARTE
Nelson Villagra Garrido y Begoña Zabala Aguirre en El Demonio y La Muerte |
FIORITURAS OCIOSAS
imagen de la red |
UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE
Poster from the net |
lunes, 9 de enero de 2023
POR EL MOMENTO..
¿YO, TAMBIÉN?
de la red |
lunes, 19 de diciembre de 2022
NO APTO PARA CARDÍACOS
La Copa del Mundo para Argentina y Messi |
EL FUTURO ESTA POR ALLÁ...
de la red |
UN FILM DE MANDA MADRE!
The wander, by Sebastian Lelio |
MI AMIGO RULO
de la red |
domingo, 27 de noviembre de 2022
UN ESTADO DE GUERRA, SIN GUERRA
Camisa de combate |
ASÍ DE SIMPLE, AMISTADES
Bola de fuego |
LA NIEVE... LA NEIGE...
La beige... La nieve...en nuestra terraza de casa |
SEMBRADORES DE ESPERANZAS
martes, 8 de noviembre de 2022
VICTOR JARA , El Pioneta
Victor Jara y Nelson Villagrar |
Todavía me río cuando recuerdo aquel verano de 1957: Víctor, y yo, descargando 30 sacos de trigo (81 kilos) en aquellos grandes silos ubicados cerca de la Estación de Ferrocarriles, en Chillán.
Éramos amigos y compañeros en la Esc. de Teatro de la U. de Chile. Y ese verano, invité a Víctor - con la intención de una investigación folklórica - a la hijuela que mis padres poseían en los alrededores de El Carmen (Ñuble) a unos 50 kilómetros al sureste de Chillán. Aquellas, eran tierras trigueras, y en el verano se cosecha el trigo. Mis padres decidieron vender ese año 30 quintales de trigo, entregándolos en los grandes silos mencionados. Y con el humor de veraneantes, Víctor y yo, inocentemente, nos ofrecimos como cargadores – pionetas – para transportar los sacos de trigo hasta Chillán. Cargamos el camión, trabajo que fue duro, pero no tan difícil. Sin embargo, desconocíamos lo que nos esperaba en Chillán.
Cuando llegamos al lugar, éste consistía en grandes galpones con montañas de trigo a granel, sobre cuyas montañas había unos delgados tablones que ascendían por la pendiente de trigo. Con el saco al hombro (81 kilos) debíamos subir la pequeña montaña haciendo equilibrios sobre los tablones. Una vez arriba, descosíamos el saco vaciándolo sobre la montaña a granel.
Amigas y amigos, créanme que con 33 grados de calor y subiendo 30 sacos de 81 kilos, nos sudaban hasta las “verijas”. Nunca imaginamos el esfuerzo que significa cargar 30 sacos de 81kilos. Bañados en sudor nos reíamos, es cierto, pero quizás la risa disimulaba el llanto y arrepentimiento.
¡Vaya qué inicio de una investigación folklórica!
miércoles, 2 de noviembre de 2022
ASOCIACIONES
Michelle Lalonde |
lunes, 31 de octubre de 2022
AL CATEO ´E LA LAUCHA”
Ratón de la red |
martes, 25 de octubre de 2022
TELEREALIDAD DE UNA FICCIÓN
Elizabeth Moss |