fotografía de Nelson Villagra G. |
Me hubiera gustado saber dibujar. Lamento no haber tenido la iniciativa para tomar un curso de Dibujo, sin mayor ambición que dibujar a los míos. Es de agradecer la fotografía, sin duda, pero tal vez el dibujo tiene algo más cálido, más personal. Y me refiero al dibujo de lápiz y papel. La pintura es otro cuento.
Tener un dibujo de don Esterio, allá, en los alrededores del Carmen (Ñuble), cosechando papas...; o a doña Rosalba, recogiendo albahaca en su huerta... Personajes, paisajes de mi infancia y adolescencia... Debo reconocer que soy un inútil dibujando.
Como actor, sin embargo, fui capaz de configurar caracteres, sirviéndome de mí mismo. Me pregunto, si la creación de un personaje teatral o cinematográfico podría tener alguna relación con el dibujo... Quizás... Si ambas disciplinas, crean un carácter y provocan una emoción... En fin...
De vez en cuando, recibo la visita de los personajes que interpreté en el cine o el teatro. ¿Le sucederá lo mismo al poeta, o escritor, al pintor, escultor, etc.? ¿Recordarán la emoción de los momentos en que crearon esto o aquello? Nunca le pregunté a los amigos artistas.
En mi caso, algunas visitas son recibidas con agrado, a otras, intento impedirles que nuevamente se inmiscuyan en mi intimidad. Rechazo inútil: la autonomía de la memoria es más fuerte que mi voluntad.
Y ahí me dejan, atrapado en la ambivalencia que me provoca mi propia creación. Mi creación, sí, porque el Autor es creador del texto, de la historia, de los hechos; pero del Modo, de la Emoción, de la “Encarnación” de la historia, en definitiva, de la creación del Personaje, es tarea mía, del Actor.