martes, 25 de octubre de 2022

“OTOÑADAS”


fotografía de Nelson Villagra G.





Me hubiera gustado saber dibujar. Lamento no haber tenido la iniciativa para tomar un curso de Dibujo, sin mayor ambición que dibujar a los míos. Es de agradecer la fotografía, sin duda, pero tal vez el dibujo tiene algo más cálido, más personal. Y me refiero al dibujo de lápiz y papel. La pintura es otro cuento.
Tener un dibujo de don Esterio, allá, en los alrededores del Carmen (Ñuble), cosechando papas...; o a doña Rosalba, recogiendo albahaca en su huerta... Personajes, paisajes de mi infancia y adolescencia... Debo reconocer que soy un inútil dibujando.
Como actor, sin embargo, fui capaz de configurar caracteres, sirviéndome de mí mismo. Me pregunto, si la creación de un personaje teatral o cinematográfico podría tener alguna relación con el dibujo... Quizás... Si ambas disciplinas, crean un carácter y provocan una emoción... En fin...
De vez en cuando, recibo la visita de los personajes que interpreté en el cine o el teatro. ¿Le sucederá lo mismo al poeta, o escritor, al pintor, escultor, etc.? ¿Recordarán la emoción de los momentos en que crearon esto o aquello? Nunca le pregunté a los amigos artistas.
En mi caso, algunas visitas son recibidas con agrado, a otras, intento impedirles que nuevamente se inmiscuyan en mi intimidad. Rechazo inútil: la autonomía de la memoria es más fuerte que mi voluntad.
Y ahí me dejan, atrapado en la ambivalencia que me provoca mi propia creación. Mi creación, sí, porque el Autor es creador del texto, de la historia, de los hechos; pero del Modo, de la Emoción, de la “Encarnación” de la historia, en definitiva, de la creación del Personaje, es tarea mía, del Actor.