domingo, 3 de julio de 2022

INSTANTE DE FANTASÍA

Fantasías , de la red 





En estas mañanas, comienzos de verano aquí en Montréal, suelo salir a la terraza, en el jardín posterior de la casa. Me siento bajo el “gazebo”, para recibir el aire que llega en brisas refrescantes de tanto en tanto.... La clorofila es abundante en el traspatio. Durante el fin de semana cesan los ruidos de tráfico, todo es un silencio verde. Algún pajarillo cruza raudo por el patio..., y de pronto..., miro el cielo, la bóveda azul bajo la cual existimos... Azul..., ni una nube, límpido azul. Y zaz -la imaginación es una cualidad maravillosa -, espontáneamente mirando la bóveda azul, aplico el zoom, pero no para acercarme, sino para alejarme. El zoom, hacia atrás, hacia atrás... Y entonces mi imaginación provoca el milagro... Todo se empequeñece, yo, y el globo azul en el cual vivimos. Se empequeñece tanto, que yo y el mundo, el planeta Tierra, desaparecemos... Ya no existo. Me he transformado en parte del infinito..., palpitación cuántica intermitente... A pesar de todo, mi herencia terrenal me recuerda a Epicuro: “La muerte es una quimera: porque mientras yo existo, no existe la muerte; y cuando existe la muerte, ya no existo yo”.
El verde de la clorofila, junto con las suaves brisas del aire, me han provocado el instante de ilusión que no le hace daño a nadie, es terapia espontánea. Regreso del infinito, sonriente, sintiendo que mi mujer me ama tanto como yo a ella, y que hijos y nietos, conservamos incólume nuestro mutuo cariño...
Con mis mejores deseos, buen fin de semana.