Democracia Norteamiricana |
Se mueve sinuosamente..., se desliza..., se tiende..., se incorpora..., se ofrece al alcance de la mano..., excita, sin duda excita... Sabe que está engañando, pero su atractivo escénico obnubila a todo el mundo. Lo imposible parece posible, eso se ha encarnado de Sur a Norte, de Este a Oeste. Todo parece espontáneo, aunque sus movimientos, la puesta en escena, están perfectamente calculados: la Mentira, gira como un carrusel de ilusiones, feliz, porque ha logrado parecer autónoma, se ha encarnado en el sentimiento de multitudes. (Honor, a quienes todavía saben elegir la Verdad contra la Mentira). Porque ésta, en EEUU, se ha convertido en el “sentimiento” de miles de personas. Iniciada por el narcisismo patológico de Donald Trump, y con el apoyo de sectores significativos de los capitales norteamericanos, hoy la Mentira en EEUU, luce su desnudez y cinismo con tal impudicia, que resulta difícil encontrar un parámetro semejante en la historia política de la humanidad. En actitud provocadora, la Mentira apoya el portar armas en lugares públicos, coarta la libertad de las mujeres (tenían más derechos sus madres y sus abuelas). Como hábil jugadora de ajedrez, la Mentira, ha puesto en jaque a la Democracia Norteamericana.