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Es lamentable que todavía, según demuestran los acontecimientos actuales, la contracultura norteamericana mantenga un dominio predominante en los EEUU. Un dominio que, ayer como hoy, ha tenido su contraparte racional, aunque hasta el momento no ha sido capaz de vencer el oscurantismo supersticioso de la contracultura violenta y racista en el poder.
A muchas personas les parecerán inexplicables los acontecimientos actuales, comenzando por la actitud irracional de quienes se oponen a seguir las orientaciones de los médicos para contener el Covid-19, en un país que tiene tan significativo número de premios Nobel en ciencias, adelantos tecnológicos y una industria desarrollada. Más aún, un país que cuenta con esclarecidos intelectuales y talentosos artistas.
Sin embargo, en ese mismo país, destacado por su política internacional trágicamente agresiva, al mismo tiempo existe tal proliferación de magos con pretensiones de poseer poderes mentales, que la magia pierde su encanto; pasada la peste de los Ovnis, el testimonio de los “abducidos” sigue contando con numerosos adeptos en ese sector social; existen cientos de curanderos; psíquicos que hablan con los muertos; poderes paranormales – desprestigio de la parasicología -, que cuentan con “Institutos de Investigación”, cómo no, si hay que descifrar los mensajes de quienes han sido teletransportados a Júpiter, regresando a la tierra con sendas revelaciones del más allá, etc., etc.
En fin, es un amplio sector social norteamericano en que la ciencia es denostada por la “pseudociencia”, actitud que cuenta con el respaldo de algunos pastores evangélicos que, curiosamente, son los millonarios del condado respectivo (a veces del Estado).
Varios intelectuales y científicos norteamericanos han indagado en ese mundo de la superstición y la credulidad, constatando que en dicho sector la mayoría viven del fraude y la mentira. Lo relevante, es el hecho que la superchería cuenta con el respaldo, con la credulidad de sus habitantes. Cada libro de estos personajes – y son escritores prolíficos – son “best sellers”, para felicidad de las editoriales.
Escarbando en ese sector, aparece coherente la existencia de un personaje como Donald Trump, quien aconseja beber lejía contra el Covid-19; pareciera explicable su irresponsabilidad e incompetencia para ejercer la presidencia de los EEUU. La megalomanía de Trump, encuentra su base de apoyo perfecta, justamente en la ignorancia de ese sector significativo de la población que es manipulable, siempre a la espera del acto mágico, siempre a la espera del personaje hacedor de milagros.
Si pese a la peligrosa situación actual, el pueblo norteamericano logra llegar a noviembre de este año, el evento electoral tal vez devele si la ciencia norteamericana logra vencer a la pseudociencia, si la cultura norteamericana logra dar un paso sustancial para vencer a la contracultura en el futuro.