Hace un par de días, respondiéndole a un amigo, quien me enviara una interesante reflexión, le escribí resumidamente:
“Debo confesarte, que las lecturas de divulgación científica sobre la física cuántica barrieron con mis pretenciosas afirmaciones categóricas que por años sostuve sobre fenómenos científicos, sociales, artísticos, políticos, etc.
Hoy, solo sé que soy capaz de vivir la realidad física y espiritual que me aporta mi experiencia, aceptando como real lo que mis cinco sentidos me aportan. Pero, al mismo tiempo, mi consciencia, acepta la dilución subatómica infinita, que, tal vez, sea la verdadera realidad en la cual vivo... Pero, como no puedo vivir en puntos suspendidos, continuaré echando mano de mi experiencia para sobrevivir”.