jueves, 21 de enero de 2010

Chilean analysis, o tranquilo el perro











¡Qué le pasa, mi amigo! ¿Por qué preocuparse? ¡Y qué! ¿Que ganó Piñera? ¿Que perdió la
Concerta…? ¡Y qué! Tranquilo el perro… Si usted es de los que ha estado ganando plata con la política de la Concerta, va a seguir ganando plata con la Alianza por Chile. Tiene asegurada la continuidad del neoliberalismo por otros 4 años. ¿De qué se queja? Usted es de los ABC1. ¿Qué le hace el agua al pescao?

Ahora, si usted es “de las chacras”, quiero decir, que perteneciendo a la eufemística escala social, esa de los C2 Y C3 (clase media, tirando pa “medio pelo”), y peor aún, si pertenece a los D y E - casi codeándose con los torrejas, por ser usted de la clase obrera y de los trabajadores más pobres -, si usted es de esos, ¡qué quiere que le diga, mi amigo…!

Le voy a ser franco: si hay alguna epidemia en este mundo que no es contagiosa, esa es la riqueza. Así es que si usted creyó que votando por un millonario, lo infectaría alguna bacteria… Ya sabe…, en ese caso usted no es de las chacras. A usted, seguro que le cantan aquello de: “¡Cómo no te han de llamar/ mata de, mata de arrayán florido!”

Y no me venga ahora conque si la segunda vuelta hubiera sido entre Seba y ME-O… ¡Que no! Que este último, aún es una ponchera recién revuelta. Hay que esperar que se aconchen las presas todavía, pa saber qué tal es ese ponche.

Así es que, tranquilo el perro. Piñera, viene al pelo pa seguir la fiesta. Fueron, seis millones, novecientos cuarenta y dos mil seiscientos un (6.942.601) electores, que decidieron darle continuidad al neoliberalismo, administrado eficientemente durante 20 años por la Concerta. Seguro que entre alguno de esos seis millones de votos está el suyo… ¿O usted se fue en la onda del amurrao?






Tranquilo el perro… Usted, siga dándole altos rating a los programas que usted mismo ha convertido en los más populares. Esos, que le han ayudado a entretenerse tanto, que usted se va a morir de la risa por cuatro años más, mientras le seguirán pasando gatos por liebre. ¡Además, la cultura de masas está tan interesante! Ahora las telenovelas se han transformado en tetanovelas, y algunas señoras piensan que sería justo que también derivaran en penenovelas.

Tranquilo el perro, compatriota… ¡Qué diablos! “El carácter del hombre hace su destino”, dicen que dijo un caballero que le gustaba tomar caldo´e cabeza. Así es que, si usted está entre los seis y tantos millones que se encuentra conforme con el rumbo que se sigue allí en la larga faja, mejor boquita cómete un pavo.

¿Que la Pacificación de la Araucanía, se está reeditando con descaro?: “Bah, total, son mapuche”. Como ayer, quizás, dijeron de usted mismo o de su pariente desaparecido o exiliado: “Total, es marxista”. ¿Que según los peladores, el 66% de los chilenos no lee un libro en el año? “Bah, es que es más entretenido chuparnos la sangre unos con otros”.



 


Aunque, ¡chante la piola! La última cifra sobre la lectura, significaría a vuelo de pájaro, que de los seis y tantos millones de electores que votaron por Frei y Piñera, más de cuatro millones y medio no había leído un libro durante un año. “¡Chis!, así cualquiera gana, pus!”

Según el historiador Gabriel Salazar, cuenta que unos médicos copuchentos han dicho que el 46% de los chilenos padece de neurosis o depresión. Dato del cual se puede colegir que más de 3 millones de los electores, pudieron estar bajo padecimientos de una neurosis, o de una depresión en las dos últimas elecciones. Asunto que ayudaría a comprender no sólo los recientes actos electorales, sino sobre todo, el afán de muchos chilenos que desean vivir muertos de la risa, con la cabeza bajo la arena.

Tranquilo el perro... Siga gozando o sufriendo – según el peldaño que usted ocupe en la escalera chilena - el magnífico modelo que hace ganar plata a los que tienen plata. Tranquilo... Puede seguir en la cultura de la farándula, mientras le venden a los extranjeros la mitad del país. Tiene tiempo. Porque probablemente pasarán varios años, antes que en mi “largo pétalo de mar/ y vino, y nieve…”, se levante una verdadera alternativa de izquierda.

Una izquierda que nos ofrezca una cultura no solamente de alegría o para soñar, sino, al contrario de anestesiar nuestra conciencia crítica – como ha sucedido en los últimos veinte años -, nos ofrezca una cultura que despierte y desarrolle nuestra conciencia para avanzar hacia un país digno y desarrollado.

Personalmente, esa izquierda no la necesito expropiadora, ni con partido único, ni dictaduras de ninguna especie. Me basta que aspire con sinceridad a un reparto equitativo, e igualdad de oportunidades: “De cada uno según su capacidad, a cada uno según su trabajo”.

sábado, 9 de enero de 2010

Interviú en Chile

Dalí



“CHIPILEPE, 10 JANUARY: IPINCEPERTIPIDUPUMBREPE APANTEPE EPEL DIEPICIEPETEPE DEPE EPENEPEROPO”

-¡Ciupadapanapos!

-¿Ah?

-¿Quepe nopos upunepe epen epenstepe ipinstapantepe?

-El asaíto después de ir a votar, pus jefe…

-¿Quiepen nopos llapamapa?

-Era la patrona, jefe. Con esto de los celulares me tienen cortito…

-¿Epencependipidapas lapas pupilapazapas ypi frepenépetipicapas lapas mapanopos?

-¡Ah…, bueno, no! Yo le había entendido… Esos otros, son los candidatos, pus, jefe…

-¿Apa quepe viepenepe epesepe clapamopor quepe sopor epel apairepe sepe deperrapamapa

-¡Es que vamos al mundial de Sudáfrica, caballero…!

-ypi repentumpumbapa epen epel coponfipinopo?

-Sí, claro, retumba, porque esta vez el loco Bielsa se trajo un bombo legüero desde Argentina, jefe. ¡Chichichi, lelele, viva Chile, mierda!



“¡EXIJO UNA EXPLICACIÓN!”, decía Condorito.

Santiago de Chile, 10 de enero, 2010.

sábado, 2 de enero de 2010

TU PATRIA DE LUZ TE ESPERA...


Nelson Villagra en El Señor de las Luces



Los finales de Año, conservan un hálito misterioso que nos incita a enviar buenos deseos a personas que tal vez no les volveremos a escribir en el resto del año.

Y ese hecho suele provocar encuentros y reencuentros inesperados, sobre todo entre los adultos. Los años, pese a que tienen la desventaja de alertarnos que el tiempo pasa, nos permiten sin embargo apreciar con mayor profundidad las vueltas y sorpresas infinitas de la vida humana.

Con el flaco Mario, mantuvimos una intensa amistad de infancia y adolescencia avanzada, en mi ciudad natal, Chillán. Amistad que se fue diluyendo cuando yo me fui a estudiar teatro a la Universidad de Chile, en Santiago.

El flaco Mario, era estudiante de “bel canto” en la Escuela Artística de nuestra ciudad. Y algún tiempo después, cuando yo regresé ocasionalmente de vacaciones a Chillán, mi amigo Mario era chofer de buses urbanos. Pero en uno de esos regresos, me contaron que el flaco Mario se había ido de Chillán con rumbo desconocido.

De aquel tiempo han pasado más de 50 años. Y de pronto, ¡sorpresa! El flaco Mario aparece ahora, luego de esos casi 60 años, escribiéndome una larga carta a mi dirección de correo electrónico.

Carta, que me resultó absolutamente sorprendente, porque su contenido contrasta tanto con la personalidad de su infancia y adolescencia. Y como él me ubicó a través de mi blog, me permití pedirle autorización para publicar un fragmento de su vida:

“…Algo parecido – dice en una parte de su carta -, me sucedió cuando me abandonó mi primera mujer, Ginette, dicho sea de paso, un magnífico ejemplar de mujer mestiza. ¡Uf! Lo que se dice, una hembra, mi amigo! ¡Con unas piernas largas, como suspiros de amor! ¡Uf! ¡Me enamoré como un loco!

La saqué de la segunda fila de un cuerpo de baile de mala muerte en Buenos Aires, y me la llevé en gira artística hasta el Caribe... En ese tiempo yo me dedicaba al ilusionismo bajo la tutela de mi maestro Emad Mahmoud, originario de Bagdad. ¡Como hijos nos quería Emad, a Ginette y a mí!...

A su muerte, Emad Mahmoud, nos dejó en herencia un magnífico número de ilusionismo. Metida dentro de un ataúd, yo cortaba a mi mujer en cuatro partes, separando los trozos de la urna. Y al toque mágico de mi bastón sobre las partes cercenadas... ¡Para qué te voy a contar! ¡Era un número extraordinario! ¡Lo que se dice un éxito! Ginette y yo recorrimos una y otra vez todo el Caribe y Centro América, llenando teatros, carpas y galpones, asombrando a cultos e incultos, a civiles y militares…

¡Pero mi amigo! La verdadera traición tiene un cuchillo que mata: es la sorpresa, lo imprevisto, lo insospechado. Un día, durante el número aquél del ataúd, Ginette, aprovechando su desaparición momentánea, se fugó con nuestro empresario, un polaco inmigrante que hacía un pingüe negocio adicional recolectando mujeres para los ricachones de Las Bahamas.

-"¡Quién! ¿Ginette? ¡Infelices! ¡Mal nacidos!", les gritaba yo a los hombres que me daban la noticia en los bares del puerto de Maracaibo.

Defendiendo el honor de mi mujer me trencé a golpes innumerables veces aquella noche. Hasta que revolcado en petróleo, más negro que los negros del Caribe, y con el ron saliéndome por las orejas, desperté al día siguiente, botado sobre unos deshechos del puerto...

Y así, como una aparición de ultratumba, pringado de petróleo y ahogado por la humedad caliente de Maracaibo, caminé en dirección al hotelucho en donde pernoctábamos. Con la esperanza que allí estaría Ginette, como otras veces, frente al espejo, poniéndose sus grandes pestañas que le daban ese aire de egipcia melancólica...

¡Pero no! La egipcia traicionera “se había cansado de ser descuartizada todas las noches”. Así decía la carta clavada en el marco del espejo... Para qué te cuento, mi amigo. El vacío que deja una traición hiela hasta la pepa del alma.

Salí sin rumbo del hotel, chico. Asimismo, sin asearme... Embadurnado de petróleo yo parecía un susto caminando.

Pregunté, rogué, imploré..., pero todo el mundo me volvía la espalda... Aquella mañana – paradojas de la vida - yo era el monstruo que había inducido a mi mujer a vender su cuerpo y su alma. Figúrate, yo, "el pichichu", ¡las mujeres te ponen cada nombre!

Con la vista perdida, arrastré mis pies y mi soledad buscando el lugar más alto de Maracaibo... Todo había terminado para mí... ¡Pero he ahí, que un rayo de luz radiante fulminó a la Parca montada en mis espaldas aquella mañana! ¡Era la Luz de mi salvación, recordado amigo!

Allí, en el puerto de Maracaibo, justamente, en el infierno mismo, un santón persa de luengas barbas y túnica blanca estaba ante mí. Me dijo:

-"Salud a ti, buen hombre, que vives entre los malvados, y luminoso en medio de las tinieblas"-...

Caí de rodillas, te lo juro, sin saber cómo. Y sin mi voluntad también, mi voz preguntó:

-"¿Cómo están nuestros padres, los Hijos de la Luz, en su ciudad?"

Y aquél Espíritu Viviente me contestó tan dulcemente:

-"Están bien"...

Entonces, miré en mi derredor…, y rompí en llanto. Mi voz brotó como león rugiente, te lo juro. Mesándome los cabellos golpeé mi pecho y dije: -"Maldito, maldito sea el creador de mi cuerpo, el que unió a él mi alma, y los rebeldes que me sojuzgaron!"...

Pero en medio de mis llantos, aquella forma de hombre que seguía estando a junto a mí, me reveló entonces que no era el Señor quien había creado mi cuerpo, sino el Demiurgo. Agregando:

-"Limpia tu rostro, limpia tus manos, limpia tu alma. Tu Patria de Luz te espera"...

Y entonces, su figura se diluyó en el éter… Y yo me quedé allí, de hinojos, con los brazos abiertos en cruz, como un coral negro a causa del petróleo que aún me pringaba. Cegado por la pesada luz caribeña y por mis lágrimas negras, quise... ¡Ay, mi amigo! Es una historia muy terrible…

Quiero que sepas, recordado amigo, que la salvación tiene un camino largo y zigzagueante... Luego del momento de la revelación, continúa la práctica cotidiana, tumba del espíritu... Renunciar a los sentidos no es nada fácil, amigo, nada fácil...

Pero hoy, limpias mis manos y mi alma, aquí vivo, en un cerro de Caracas, sanado y sanando a los hermanos iniciados que quieren acercarse a la luz… Pronto viajaré a Irán, en busca de las fuentes de Manes, el profeta de la Luz…”

Releo su carta, y no me encaja. No me encaja de santón, mi amigo chillanejo, el flaco Mario… Pero claro, han pasado más de 50 años. El flaco, según me cuenta, antes de la “revelación”, fue masólogo y quiromántico. Estuvo preso dos años por falsificación de documento público, en Veracruz, en fin…, hasta que conoció a su maestro Emad Mahmoud y a la “egipcia traicionera”...

“Me despido, dice al final de su carta, con la esperanza y los buenos deseos que en el 2010, tú y los tuyos, sepan cultivar la buena energía que nos dona nuestro Padre de la Luz”...

miércoles, 23 de diciembre de 2009

COPENHAGUE, O LA PARADOJA DE FERMI






La verdad es que para resumir la lamentable, o quizás trágica reunión de Copenhague, bastaría con servirnos de algunos títulos de películas: “Ambiciones que matan”; “Una Muerte Anunciada”; “Destino fatal”; “Al pie del Patíbulo”; “Solo, ante el peligro”; “Lo que el Viento se llevó”…, "2001 Odisea en el espacio" , etc., etc., etc.



Seguramente usted podría agregar títulos más acertados que los míos. Y enseguida, podríamos continuar recordando dichos populares, como “aquí se paró el burro a mear”; “los muertos no hablan”; “el que calla otorga”; “hacerse el sueco”; “después de mí el diluvio”.

Sin duda, también puede usted recordar varios otros refranes que podrían resumir lo que pasó y no pasó en la dichosa reunión. Pero al mismo tiempo esos refranes populares y los títulos de películas reflejarán y reflejan lo que pasa con nosotros, habitantes de este globo azul, incapaces - la gran mayoría - de defender la salud del planeta, aunque en ello nos vaya la vida.

Energía; luz; fuego; rocas y mares; animales y árboles; jóvenes y viejos; recolectores; productores y consumidores; multimillonarios y pobres; gobernantes y gobernados, todos, hemos emergido de una tal increíble casualidad del cosmos, que jamás percibiremos que por la misma causa somos increíblemente vulnerables a la vez.



Porque, señores, la pura y santa verdad: EXISTIMOS DE PURA CASUALIDAD, Y COLAPSAREMOS DE PURA IRRESPONSABILIDAD.

Recuerdo que mi amigo Merardo, cantaba unos versos, susurrados:

Este mundo gira y gira
Con la gente toda arriba
Se domina con la vista
El espacio sideral
Ay, qué bien hecho!

No compramos los pasajes
Pero vamos en el viaje
Aunque nadie sabe adónde
Ni se ha visto al Capitán
Ay, qué bien hecho!

Somos aves migratorias
Semejantes a galaxias
Nuestro viaje al infinito
Es la única esperanza
Ay, qué bien hecho!

Hoy, esa cancioncita me recuerda lo que dijo un famoso sociólogo, Marshall McLuhan: “No hay pasajeros en la nave espacial Tierra. Todos somos tripulantes”.

Y aunque a muchos les siga asustando el marxismo, una tesis de éste, dice: “Las condiciones económicas determinan en última instancia”. ¿Porque no es acaso esa la causa de fondo que tuvieron en mente los gobernantes del mundo en Copenhague?

Enrico Fermi, el famoso científico italiano que trabajó en el “Proyecto Manhattan”, cuyo fin fue el desarrollo de la bomba atómica estadounidense, hizo una reflexión que creó lo que se conoce como la “paradoja de Fermi”:

“Es la contradicción entre las estimaciones que afirman que hay una alta probabilidad de existencia de civilizaciones inteligentes en el universo, y la ausencia de evidencia de dichas civilizaciones”.



“La respuesta de Fermi a su paradoja es que toda civilización avanzada desarrollada en la galaxia, desarrolla con su tecnología el potencial de exterminarse, tal y como percibía que estaba ocurriendo en su época (1950). El hecho de no encontrar otras civilizaciones extraterrestres implicaba para él un trágico final para la humanidad”.




Amiga lectora y lector, deseándole felices fiestas, y un Nuevo Año repleto de irresponsabilidades, colectivas e individuales, le recuerdo aquello de “polvo eres y en polvo te convertirás”, aclarando que se trata de polvo de estrellas.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

¡QUÉ ALIVIO, MI GENERAL!


El General Ricardo  Izurieta

SANTIAGO, 9/12/09.- “LAS CULPABILIDADES ESPECÍFICAS OBEDECEN A PERSONAS Y NO A INSTITUCIONES”. Con estas palabras, el comandante en jefe del Ejército, general Óscar Izurieta, se refirió al último fallo del juez Alejandro Madrid, que acaba de calificar como homicidio la muerte del ex Mandatario, Eduardo Frei Montalva, en 1982, y en el cual están implicados varios miembros del Ejército.

Qué oportuna su declaración, mi general: ¿u séase que los bombazos a La Moneda el 11 de septiembre en 1973 fueron arrancá de tarros de los pilotos?

¿U séase, mi comandante, que entonces es verdad que el Ejército de Chile y las FFAA, fueron infiltrados por una banda de forajidos, quienes por su cuenta asesinaron, torturaron, hicieron desaparecer, y se robaron la plata, durante la dictadura de Pinochet?

¿U séase, que la medalla que le pusieron a Pinochet como General Benemérito de la Patria, conociéndose todo lo que había robado y mandado a matar (entre otros al general Prats), fue una simple arrancá de tarros del oficial que se le ocurrió ponerle la medalla en el pecho, y no por acuerdo del Cuerpo de Generales del Ejército?

¡Uuuuy, no sabe qué alivio me reporta su declaración, general! Ya me decía yo: ¡cómo va a ser posible que el Ejército sea responsable de tantas aberraciones como las que se cometieron durante la dictadura del benemérito!

¡Figúrese usted! Acusar de crímenes al Ejército y a nuestras FFAA, instituciones que se nutren en la doctrina que se inspira en esa hermosa cueca chilena:

“no me tirís con rosas
allá va allá va, que tiene espinas
tírame con violetas
allá va allá va, que son más finas”.

sábado, 5 de diciembre de 2009

MOISÉS 2009

General Izurieta


SANTIAGO, 9/12/09.- “LAS CULPABILIDADES ESPECÍFICAS OBEDECEN A PERSONAS Y NO A INSTITUCIONES”. Con estas palabras, el comandante en jefe del Ejército, general Óscar Izurieta, se refirió al último fallo del juez Alejandro Madrid, que acaba de calificar como homicidio la muerte del ex Mandatario, Eduardo Frei Montalva, en 1982, y en el cual están implicados varios miembros del Ejército.

Qué oportuna su declaración, mi General: ¿uséase que los bombazos a La Moneda el 11 de septiembre en 1973 fueron arrancá de tarros de los pilotos?

¿Uséase, mi Comandante, que entonces es verdad que el Ejército de Chile y las FFAA, fueron infiltrados por una banda de forajidos, quienes por su cuenta asesinaron, torturaron, hicieron desaparecer, y se robaron la plata, durante la dictadura de Pinochet?

¿Uséase, que la medalla que le pusieron a Pinochet como General Benemérito de la Patria, conociéndose todo lo que había robado y mandado a matar (entre otros al general Prats), fue una simple arrancá de tarros del oficial que se le ocurrió ponerle la medalla en el pecho, y no por acuerdo del Cuerpo de Generales del Ejército?

¡Uy, no sabe qué alivio me reporta su declaración, General! Ya me decía yo: ¡cómo va a ser posible que el Ejército sea responsable de tantas aberraciones como las que se cometieron durante la dictadura del benemérito!

¡Figúrese usted! Acusar de crímenes al Ejército y a nuestras FFAA, instituciones que se nutren en la doctrina que se inspira en esa hermosa cueca chilena:

“no me tirís con rosas
allá va allá va, que tiene espinas
tírame con violetas
allá va allá va, que son más finas”.

domingo, 22 de noviembre de 2009

LOS LISTÓCRATAS


Otto Dix

Pobre de mí, por pura curiosidad se me ocurrió leer completo el Informe Global de la Corrupción 2009. Lectura “no recomendada para señoritas”, si es que desean preservar la inocencia. Sobre todo, porque dicho informe es elaborado por seres humanos, y ya se sabe, “errare humanum est”.

En Chile, hace algún tiempo atrás, dicho informe provocó revuelo porque en un par de líneas - y en medio de casi 300 páginas internacionales, a cual de todas más descarnadas -, se mencionaba al señor Piñera – actual candidato a la presidencia por la Coalición por el Cambio -, diciendo que éste se habría aprovechado de “información privilegiada” para echarse al bolsillo unos cuantos dólares extras.

Sin poder afirmar ni negar el hecho que se le imputa a este candidato, ese chanchullo denunciado es una inocentada si la comparamos con las diversas páginas del aludido informe. Inocentada que dejaría de ser tal, claro está, si en Chile hubiera periodistas dedicados seriamente a la investigación en el campo económico, y éstos escarbaran en el conjunto del empresariado chileno y funcionarios de gobierno de derechas, izquierdas y centro, a través de la historia de nuestro país.

En cuyo caso, le aseguro que descubriríamos que en Chile no han sido los aristócratas, ni demócratas, ni plutócratas ni mucho menos los mesócratas, quienes han sacado más beneficios de la masa trabajadora, sino simplemente los “listócratas”. Categoría ésta, que reúne también a un grupo restringido de privilegiados que saben ubicarse transversalmente en los lugares claves de la economía y del aparato público, desde donde operan en el filo de lo semi legal e ilegal, en pos del beneficio propio. Sólo se sabe de ellos – individuos y/o grupos - cuando alguno comete desmanes económicos que suscitan explosiones imposibles de disimular. Dentro de ese estatus hay gran movilidad social porque brotan como las callampas en cada periodo histórico.

Algunos pretenden que los listócratas serían hijos del economista Milton Friedman. ¡Pero qué va!, quienes piensan así son personas que en todo caso confundieron a Milton Friedman con Milton, el autor de “El Paraíso Perdido” (John Milton), quien señala en su obra, al dios mítico Mammón como el padre de los avariciosos. Deidad, denostada también por los evangelistas Lucas y Mateo, que en algunas traducciones de éstos el mencionado Dios aparece como Dinero. Mammón - ¡qué nombrecito! -, finalmente fue tratado y descrito en abundancia durante la Edad Media.

Pero en fin, buscar las raíces de los listócratas, supone retroceder hasta las primeras hordas de la prehistoria (parece ser parte de la condición humana), si bien es cierto que ha habido periodos históricos en que su proliferación ha sido más fulgurante. Como por ejemplo, en nuestro país, Chile, durante el periodo de la dictadura de Pinochet, y en la medida en que se afincaba el modelo neoliberal flamígero, los listócratas aparecieron como gorgoritos en cazuela hirviendo. Y cómo no, si el Jefe de la banda fue uno de los listócratas de marca mayor.

Y digo “uno de los”, porque ya se sabe que los top top fueron los listócratas que auparon al benemérito para que hiciera el trabajo sucio. Así, ellos, pudieron crear la nueva situación social, política y económica en Chile, adueñándose del patrimonio industrial y financiero para reordenar el capital nacional a su favor. Supieron pagarle al benemérito, es cierto. Pero como buenos listócratas, al General de marras sólo le permitieron meter las manos en el sector público, pero no en el privado.

¡Oiga, oiga!, usted no se me haga el inocente como los alemanes respecto del holocausto judío, diciéndose que no conoce a ningún listócrata – aparte de Madoff, por supuesto. Diciéndose, en fin, que no conoce a ningún nuevo enriquecido en nuestro país, por ejemplo. ¿Ah? Y le advierto: no se me ponga pillo calificando de listócrata a su vecino que de la noche a la mañana amaneció con auto nuevo y se fue a comprar ropa a Buenos Aires o a Miami. No, pus, querido lector (a). Ese vecino, si acaso puede ser un listillo, o un listo o un listorro. Es decir, goteo de los listócratas.

Los listócratas de los que yo le hablo, generalmente se encuentran entre algunos empresarios, en los grupos económicos, y en todo sitio en donde haya posibilidad de ganar dinero de verdad. Otros, están entre aquellos que acumulan inmensas fortunas durante el tiempo en que ejercen un cargo público, y logran desviar fraudulentamente esos activos fuera del país hacia cuentas bancarias personales secretas. Unos y otros, son adoradores del becerro de oro.

Y existe un tercer grupo: son aquellos que habiendo ocupado algún puesto clave como funcionario público, cesan en su cargo para pasar automáticamente al sector privado. De lo que se desprende que hay también bastantes políticos entre los listócratas: los que ejercen la política como un negocio. ¿Le suena alguien…?

El Informe Global de la Corrupción 2009, demuestra “los estrechos vínculos que persisten entre las empresas y los gobiernos, tanto en los países en desarrollo como en los industrializados, y la diversidad de conflictos de intereses, y los riesgos cada vez mayores de que el lobby corporativo tenga una influencia desproporcionada”.

El Informe nos dice que las empresas de la India, China y Brasil son consideradas por sus pares entre las más corruptas cuando realizan negocios en el extranjero (¡y hay que ser “harto corruptas”! para ocupar los primeros lugares, entre tanta corrupción).

Quizás en el caso de Chile, el Informe, ejemplifica una vez más quién tiene el poder en nuestro país, que obviamente no es el gobierno sino el sector privado.

Lo siento mucho por algunos idealistas honestos que trabajan en la Concertación, quienes están engañados en dos cosas: piensan que ellos deciden lo que hay que hacer en el país, y peor aún, hay algunos que creen representar el sentir de la izquierda chilena.

Los listócratas de Chile se podrían nombrar uno por uno, con apellido paterno y materno, con número de RUT, nombre de sus empresas, o cargos públicos que ocupan, etc. Pero a mi juicio son tantos, que impedido de señalarlos a todos, terminaría haciendo una lista discriminatoria. Es preferible que cada lector (a) confeccione su propia lista.

Quizás ésta, también le sirva al momento de elegir a su superior en el centro de trabajo, al presidente en la junta de vecinos, a su edil, diputado, senador, o presidente de la república, etc. Utilizando la lista podría determinar quién de ellos es listo, listillo, listorro o listócrata. No quiero decir sinvergüenza, porque esa es una categoría plebeya, según estos prohombres del capital y del poder detrás de las bambalinas.

En el informe de Transparencia 2009, “se estima que tan sólo en los países en vías de desarrollo y en transición, los políticos y funcionarios gubernamentales corruptos reciben sobornos por un total de entre 20.000 y 40.000 millones de dólares por año, lo que equivale aproximadamente al 20% y el 40% de la ayuda oficial al desarrollo. Y lo que es más preocupante, el problema parece estar agravándose”... ¿En qué vía estará nuestro país…?

Amigo lector (a), podría ponerle muchos más botones de muestra señalados en el Informe, todos para parar los pelos. Pero prefiero que sea usted mismo quien lea la novela de intrigas y colusiones si no lo ha hecho.

Ahora bien. Manejando las cifras mencionadas más arriba, ¿se imagina la envidia que deben sentir los monreros chilenos, carteristas y atracadores? Pobres listorros éstos – “carne de presidio” -, que son denostados todos los días por diarios y TV, precisamente por los listócratas, a quienes en definitiva les conviene la existencia de la pobreza y el desencanto, caldo de cultivo de la delincuencia barriobajera. Distraen el foco de atención.

Nuestros delincuentes criollos, por mucho que se afanen – ¡y se afanan cada día más! -, no pasan de ser pobres tontos útiles, que jamás llegarán a ser, por ejemplo, gerentes de una empresa de seguros, o gerentes de una AFP; empresarios de un colegio privado, o de una clínica privada, o pertenecientes al grupo económico que maneja las farmacias. A ninguno de esos delincuentes criollos les da la labia para ser miembros de dos o tres directorios; lobbystas; asesores; analistas, o miembros del parlamento.

Algunos delincuentes, los más capos, pretenden estar dedicados al negocio de “importación y exportaciones”, porque logran traer y luego desviar a diversos mercados algunos kilos de cocaína y otras yerbas. Pero eso es pan para hoy y hambre para mañana, como se dice. Porque el que tiene realmente la manija de todo eso, es el listócrata.

Y éste, no nos equivoquemos, no necesita tener raíces entre los aristócratas chilensis - aunque muchos de estos últimos se han integrado a la nueva cofradía -, ni de otras latitudes. Su gracia consiste en saber cómo, cuándo y dónde pegar el zarpazo que lo monte en su nuevo nivel económico, allí donde se ubican los intocables. Porque el listócrata sabe que una vez en ese nivel, aparte de algún mal rato, nadie lo desmontará de sus dominios. Se siente seguro en esa cofradía ordeñadora de la fuerza de trabajo nacional, sabiéndose fruto directo del modelo chileno, intrínsecamente excluyente...

¿Y qué, amigo lector (a), ya ha comenzado a hacer su lista? Es probable que haya incluido algún candidato chileno a la presidencia de la república en su lista. Bajo su responsabilidad. A mí, que me registren.

Yo sólo me atrevo a recomendarle a todos los listorros que sueñan con pasar a la categoría de listócratas algún día – y en el Chile actual es el sueño de miles - , que lean el “Informe Global de la Corrupción 2009”, completo. Es la autopsia más certera de los mecanismos internos del mundo del poder económico, y una guía excepcional. Los que aspiran a ser listócratas, encontrarán en ese informe una fuente inagotable de inspiración para sus futuros fraudes.

Para los cuales, tengo la triste impresión que, a menos que exijamos una Constituyente, los fraudes económicos y morales contarán siempre con nuestra complicidad implícita, derivada de nuestra pasividad y actitud sumisa de honestos ciudadanos.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

PARALELEPÍPEDOS




Cosa que nunca hago, hoy se me ocurrió poner en el computador el primer movimiento de la Sonata en Si menor de Juan Sebastián Bach, mientras comenzaba a leer los titulares de diferentes diarios, entre ellos La Nación de Chile y La Presse, de Montreal, provincia del Québec.

Antes que terminara el movimiento de la Sonata hube de cortarla. Me pareció tan contradictorio - en realidad ofensivo – escuchar tan hermosa música mientras me enteraba que casualmente en ambas naciones, Chile y el Québec, la corrupción de los cuerpos policiales ha llegado al nivel de chiste.

Porque hay que tomar en cuenta que al respecto no estaba leyendo un diario de México, ni de Tailandia, tampoco de Brasil. Ni siquiera eran artículos de historia, por ejemplo, de la policía durante la dictadura de Trujillo en República Dominicana. No. Repito, lo que leí sobre la corrupción y el deterioro de los cuerpos policiales está sucediendo en Chile y el Québec, naciones en las que dichos cuerpos hasta hace unos 40 años atrás gozaban de merecido prestigio.

Aunque al respecto, uno siempre termina pensando que lo que creíamos ayer, se debía a que los medios de información no habían descubierto la veta de oro que significa entrometerse en la deontología que deben observar los cuerpos de servicio público destinados a combatir la delincuencia.

Hoy día seremos menos cultos, dicen unos, pero más informados, dicen otros. Resultado de la ecuación: por eso mismo somos más incultos.

En fin, una de dos, o ayer era cierto que había menos corrupción en los cuerpos policiales, en los tribunales de justicia, en las iglesias, entre empresarios y políticos, etc., o simplemente vivíamos en la inocencia que distorsionaba nuestra percepción, y veíamos a nuestras autoridades como si aún no se hubieran bajado del pedestal de las estatuas.

Los operativos policiales en Chile y el Québec suelen ser espectaculares actualmente, con gran despliegue de fuerzas y difusión pública. En una y otra nación, en cada operativo de este tipo se detiene un mayor número de delincuentes que en el operativo anterior.

Y entonces uno se pregunta, ¿si cada día aumentan las dotaciones policiales y la tecnología detectora, qué es lo que permite el aumento de la delincuencia? El sistema valórico de las sociedades actuales, responderán muchos. Tal vez, en un sentido estratégico, tal vez.

Pero la respuesta se hace más inmediata respecto del aumento de la delincuencia cuando nos informamos que cada día aumenta la colusión, la complicidad entre personeros policiales y delincuentes.

Al respecto, creí que era un chiste cuando leí aquí en La Presse, que a propósito de un amplio operativo que la policía acaba de llevar a efecto en contra de una organización criminal llamada “Hells Angels” (han detenido más de 128 personas y faltan muchos, según las mismas fuentes policiales), nos informan que las autoridades están preocupadas porque han descubierto que dicha organización criminal ha logrado introducir cuantiosos capitales en el mercado legal.

Por favor, señores, si la policía recién se entera de eso, y sin embargo lo sabemos nosotros los simples ciudadanos – incluso yo, inmigrante, desde hace 20 años -, quiere decir que aquí también como sociedad “vamos de culo y cuesta abajo”.

Pero el chiste es todavía más chistoso, porque luego de este gran operativo policial que le han denominado “SharQc”, el diario La Presse informa que “los obreros de la empresa de Marc Saulnier - quien tiene como asociados a miembros de Hells Angels - han construido la futura sede de la Seguridad del Québec (Policía), en la localidad de Mascouche. La Presse, 17/04/09 ».



¿Qué tal? ¿Y cómo se explica eso? Sencillo. La Sociedad Inmobiliaria del Québec es responsable del proyecto de construcción de la sede. Ella, otorga el contrato de construcción a la empresa « Les Coffrages Magma », empresa limpia ante la ley. Pero a continuación ésta, subcontrata a la empresa de Marc Saulnier. De manera que todas las verificaciones legales se le hacen a « Magma », pero no a Saulnier, detrás de quien está Hells Angels. Vous comprenez?



Pero señores, si a la Policía, en definitiva le construye su local una empresa ligada a Hells Angels y la policía no se entera…, ¿qué puedo pensar yo, por inocente que sea? Y sobre todo, ¿qué puedo pensar de los resultados finales de todas estas espectaculares detenciones del operativo SharQc, cuando solamente en los procesos se demorarán años en determinar responsabilidades? Y la pregunta del millón, ¿recibirán sentencia los verdaderos responsables del tráfico tan masivo de drogas y lavado de dineros?



Hace un par de años una escuadra de la Sûreté du Québec tuvo que allanar y detener a otra escuadra - ¡escuadra, no individuos! - del mismo cuerpo, por estar comprometida en tráfico de drogas y protección indebida.



Luego, en Chile. Entre los policías, detectives (tiras se les llama en mi país), se ha creado una verdadera moda de hacerse cómplices de la delincuencia ligada al tráfico de drogas. Y además, llevados a la justicia, los policías se acusan unos con otros, develando una corruptela al interior del servicio mucho peor.



Desconozco en cuánto les habrán aumentado el sueldo a los policías de mi país en estos años de ausencia. Porque antiguamente se les pagaba una miseria. Tan miserable era su paga, que resultaba difícil juzgar al “tira” que salía a la calle a buscarse unos pesos para comprarle leche a la guagua. El detective citaba a un delincuente en una esquina convenida, y lo conminaba a traerle a ese mismo lugar, digamos quince mil pesos - de la época – a las 12 del día.



Pero actualmente, los detectives y carabineros, como dicen hoy en Chile con ese leguaje tan pulcro, “se han ido al chancho”. Los más rascas piden de 200.000 mil pesos (unos 350 dólares) pa´rriba, y los más “car´erraja” no tienen límite. Esos exigen ir “miti mota”.



Todo está tarifado: destruir una declaración, tanto; prevenir ante un futuro allanamiento, tanto, etc.



¿Será capaz el futuro presidente de Chile de romper la trenza del delito, tan intrínseca a la subcultura reinante, en la cual el dinero es el único parámetro del éxito personal?



Verdaderamente, leyendo las noticias sobre la corrupción de los cuerpos policiales de Chile y del Québec, me he acordado del colegio, cuando teníamos que estudiar el famoso paralelepípedo. Como seguramente muchos han olvidado su definición, se las recuerdo, según Wikipedia:
“Un paralelepípedo es un poliedro de seis caras, cada una de las cuales es un paralelogramo, que son paralelas e iguales dos a dos”.



Termino recomendando que cuando quiera escuchar una música de su agrado, no lea noticias ni vea televisión. Rara vez ambos medios nos benefician, regularmente nos envilecen.
Pero, ése, es otro paralelogramo…

sábado, 24 de octubre de 2009

TOUMAÏ Y LOS WATONES


Cuando el homínido Toumaï, por allá por los 7.000.000 de años atrás, y sus contemporáneos prehistóricos – los watones - descubrieron que sus pies y manos dejaban huellas sobre la arena, cuentan los ancianos que aquello les provocó una risa incontenible. Cuentan que Toumaï y los watones, enseguida se lo comunicaron a su suegra, a sus mujeres y a sus hijos que estaban sobre unas rocas mariscando aquella tarde.

-“¡Paká, paká!”, les llamaron.

Bajaron los familiares de las rocas y cuando pisaron la arena, los watones riéndose les señalaban la arena:

-“¡awaiten, awaiten la weá!”.

Y cuando la horda tomó conciencia de sus propias huellas, sus carcajadas de felicidad se confundieron con los graznidos de las gaviotas que revoloteaban sobre un cardumen de peces. Sacaban el pie, pero éste parecía quedarse pegado en la arena.

Pasaron unos cuantos millones de años, y entonces fueron los homo sapiens, quienes mirando en los atardeceres aquella revelación de las huellas en la arena se tomaban la cara admirados:

-“¡awaita, el piececito de mi wachito!”, decía la mamá…

Sin embargo las risas y la felicidad terminaron convirtiéndose en gritos de rabia esa tarde porque no pudieron vencer a las olas que en cada embiste borraban sus huellas. Entre los homo sapiens, el viejito watón no pudo dormir aquella noche, meditando sobre el fenómeno que había observado en la playa.

Otro asunto que tenía enrabiados a los homo sapiens, era que no podían correr más rápido que su sombra. Hasta que un ludópata, homo sapiens sapiens, que se había infiltrado entre ellos, les apostó que él era capaz de lograrlo:

-“Mis colmillos de mamut, contra la cueva que habitamos”, dijo el avispado.

-“Hecho cochecho” le contestaron.

Todos esperaron con expectación lo que haría el ludópata. Este, miró en dirección al sol y dijo “¡awaiten!”, echando a correr en contra de la luz.

¡Oh, maravilla, la sombra nunca lo pudo alcanzar!

Desde ese día la horda tuvo que pagarle el arriendo al avispado ludópata para vivir en la caverna. Como no había billetes, le pagaron con colmillos de mamut, wenas minas, en fin.

Pasaron otros cuantos millones de años, y un día sucedió que un viejito watón, sapiens sapiens, calentándose al fuego tomó un tizón para avivar las brasas, y luego quiso agarrar un pedazo de carne. Como no tenía servilleta se limpió las manos en el muro, y oh maravilla, las huellas de sus manos quedaron impresas en el muro. “¡La wuella, la wuella!”, se emocionó el viejito watón.

El resto de la prehistoria ya se sabe, todo el mundo se puso a estampar sus manos en el muro. De tal manera que ya nunca se pudo distinguir cuáles eran las manos del viejo Watón, de Wanolito, Wanolete y del Weón. Todo quedó superpuesto: las manos, los cazadores, los mamut, etc.
Asunto que ha tenido profundas repercusiones hasta el día de hoy. Porque todos seguimos intentando dejar nuestra huella identitaria, sin acabar de comprender que nuestra propia vida es una amalgama de superposiciones que hace imposible el YO, casto y puro, tal como supuso el viejito Watón.

De manera que no nos queda otra alternativa que refugiarnos en el mito, en el mito de la identidad individual, y/o nacional. Y que como tal – mito – resulta vivificador, energético, diferenciador.

Pero la pura y santa verdad, es que somos un cóctel de innumerables etnias que no terminan de agitarse. Ya podemos tener ojos redondos, alargados, ya podemos ser negros, amarillos o blancos, pobres o ricos, la mezcla nos sigue definiendo.

Yo nací y me crié en un país de evidentes mezclas en cuya coctelera se siguen agregando toques étnicos y culturales. Y resido actualmente en otro Estado Nacional – Canadá o el Québec, como usted prefiera - en el cual conviven más de 85 etnias, incluidas las autóctonas. Ninguna de ellas llegó pura a estas playas ni mucho menos permanecerá incólume.

Es evidente que todos los pueblos, sus habitantes, han impreso “por escrito” sus manos sobre el muro, quiero decir, su cultura: un modo peculiar de sentir y comprender la realidad. Y ese sí, es un derecho legítimo de pueblos y naciones.

Sin embargo, aunque nos desgañitemos gritando contra el mar: soy distinto porque soy Inglés, amazigh, francés, vasco, soy español, dwamiche, soy chileno, mapuche, etc., las olas del mar continuarán borrando nuestros gritos.

Quizás el viejito watón, la viejita watona, wanolito y el weón, reconvertidos hoy en su esencia, es decir, en polvo de estrellas, nos miran sonrientes viendo las olas de inmigrantes que cruzan fronteras diariamente, legal o ilegalmente, tal como viene sucediendo desde hace milenios, transformando su Yo y el nuestro a cada instante.

Los watones, abrazados con el homínido Toumaï, hoy comprenden con humildad que sólo fueron y son energía, y como tal no comenzaron ni terminaron, sólo se transformaron.

Nuestros ancestros, con la sabiduría que le atribuimos a la Muerte, se ríen amargamente de nosotros viéndonos cómo intentamos defender con soberbia los obsoletos conceptos raciales de nuestro YO, puro, original e inmaculado.

Si confundimos la necesidad cultural de ser diferentes, con la pretensión biológica de ser distintos, seguiremos petrificados en una concepción intrínsecamente excluyente, reaccionaria, elitista, racista y agresiva, con todas las graves consecuencias sociales que esa concepción ha provocado históricamente.

martes, 6 de octubre de 2009

MIGUEL ENRÍQUEZ Y EL MIR





El 5 de octubre de 1974, muere heroicamente en Chile, el revolucionario y patriota, Miguel Enríquez, en un combate desigual con las fuerzas represoras de la dictadura de Pinochet. Alrededor del 2000, estando yo de paso en Chile, tuve el honor de participar en un homenaje a Miguel y al MIR. En dicha oportunidad, la emoción hizo que me parapetara detrás de unos sencillos versos criollos del maestro Merardo:


MI CUARTO DE ESPADAS


Figúrese usted, ¡Neruda!,
ya cantó a nuestros patriotas.
Sé que no alcanzo esa nota.
De eso no tengo dudas.
Y no rasgo vestiduras,
simplemente que hago mutis
por considerar inútil
hablar de lo bien cantado,
de lo que ha sido logrado.
Imitarlo es cosa fútil.

Eso, no impide que cante,
el corazón en la mano,
a todos esos hermanos
con guitarra y con desplante,
porque ayer fueron garantes
de que valía la pena
desplegar todas las velas
con sentimiento profundo,
hasta virar el mundo
para romper las cadenas.

Yo no sé si es ley de vida
que en este curso del río,
con aciertos o desvíos,
de tiempo en tiempo la herida
devenga Idea aguerrida.
Para poder avanzar,
establece su cantar
en cientos, en multitudes,
sobre todo en las juventudes,
¡hasta que logra encarnar!

Cabe entonces la pregunta:
¿fue Luciano de esta estirpe,
y también Miguel Enríquez
que con el Bauchi se juntan
para pasar a la punta
de lo que el pobre quería
porque su miseria hería?
¿Era sólo una locura
querer lograr con hondura
lo que tanto el pobre ansía?

¡Alzo mi copa aquí mismo
en medio de este silencio!:
que escape mi sentimiento
antes que se acabe el Siglo
por los que sin eufemismos
pusieron proa al futuro,
jóvenes, y más maduros.
¡Salud por la rebeldía!
¡Por sus diferentes vías!
¡Chile, te hicieron más puro!

sábado, 26 de septiembre de 2009

EL MÚSCULO POPLÍTEO






¡Mire, lo que son las cosas! A las 8:10 de la mañana del día 19 de septiembre, día de las FFAA de la oligarquía chilena, y mientras centenares de compatriotas allá en mi país, seguramente dormían “la mona”, y otros tantos, amanecerían con la cabeza así de grande por haber bebido la noche anterior “todo lo que caía”, yo le echaba una mirada en Internet a la prensa internacional.

Y aunque no estaba curao – ni siquiera me había tomado una chupilca - leí un título en el diario francés LIBÉRATION, que me espantó la mona: “À VALPARAÍSO, LA POLICE EN PLEIN BORDEL” (En Valparaíso, la policía es una casa de putas).

El reportaje estaba firmado por la corresponsal en Chile, Claire Martin. Un subtítulo, agregaba: “Des agents violeurs et proxénètes restent libres” (Agentes violadores y proxenetas están libres). Y luego, había un primer párrafo que vale la pena transcribir:
“L’institution policière chilienne est dans la tourmente. Six agents de la police civile judiciaire et deux carabiniers (la police militarisée) du port de Valparaíso sont accusés d’avoir non seulement facilité la prostitution de jeunes filles mineures, mais de les avoir aussi violées. Ils auraient étouffé l’affaire, évitant que leurs dépôts de plainte n’aboutissent grâce à la complicité d’un procureur du ministère public.
(La institución policial chilena está en medio de una tormenta. Seis agentes de la policía civil judicial y dos carabineros (la policía militarizada) del puerto de Valparaíso están acusados no solamente de haber facilitado la prostitución de muchachitas menores de edad, sino además, de haberlas violado. Sin embargo, ellos habrían logrado sofocar el escándalo, haciendo fracasar los cargos en su contra, gracias a la complicidad de un fiscal del ministerio público). El reportaje, se extendía posteriormente en una serie de detalles e historia.

Este escándalo, en realidad estalló a comienzos de junio, 2009, a través de un programa de televisión: un tal Charly, en Valparaíso, regentaba dos locales en los cuales prostituía muchachitas de entre 12 y 17 años (negocio – éste, de prostituir muchachitas - que seguirá viento en popa en el puerto de Valparaíso, me imagino)

Viviendo fuera de mi país desde hace ya 35 años, hacía tiempo que no leía en la prensa internacional, en título destacado, un comentario desfavorable referido a mi “largo pétalo de mar y vino y nieve”. En general, los comentarios anteriores se referían a hechos aberrantes acaecidos en Chile, respecto de Pinochet, o de la desigualdad social, la entrega desmedida de nuestra economía al capital extranjero, o el atropello a las Derechos Humanos.



En un primer momento, leyendo el título, pensé que tal vez en los alrededores de la ciudad Juárez de México, existiría otra ciudad también llamada Valparaíso (lo pensé, por el nivel de corrupción que se ha alcanzado en aquella ciudad). Pero no, se trataba de Valparaíso, “la joya del Pacífico”. Y pese a que los media, se alimentan y nos alimentan diariamente de diversas y variadas aberraciones humanas, ésta, me sorprendió.

Y me di cuenta, que mi sorpresa derivaba de “mi amor patrio”, ese sentimiento un poco cliché, que uno cree superado desde los tiempos del colegio. Pero no, arrinconado y todo, sigue ahí, vivito y coleando. Como todo mito, es un sentimiento que se esconde en los pliegues del inconsciente, al parecer. Basta un pellizcón y salta como una liebre.

Entonces, comencé mi defensa, quiero decir, comencé a defenderme de ese sentimiento que muchas veces obnubila la verdad. Intentando racionalizar, me pregunté: ¿Por qué esos seis policías, además de los dos carabineros y un fiscal, se transformaron en agresores de lo que tenían que defender? ¿Por qué esta corrosión de un país que hasta hace 40 años atrás, se tenía por sobrio y austero?

Por mucho amor patrio que me reste, no puedo negar que desde los tiempos de la dictadura de Pinochet, ha sido evidente el deterioro moral que sufrieron las FFAA, Carabineros y Policías, en Chile. Un deterioro que – aparte de los crímenes y torturas que ejecutaron - se nutrió en el modelo del libre mercado (eufemismo del “agarra Aguirre”), y que sigue desarrollándose actualmente, aupado por moros y cristianos, es decir, por aquellos que alcanzan el éxito económico pisándole la cabeza a su madre si es necesario, y por los otros, los que esperan su oportunidad para hacerlo.


En ese contexto, no debe extrañar que miembros de los cuerpos policiales en Chile caigan en la tentación de utilizar su cuota de poder para pasarlo bomba. Ello corresponde al mismo mecanismo que funciona en el delincuente profesional: ambos, debido a sus labores de vigilancia e investigación (sic), tienen información privilegiada de cómo se mueven los hombres probos detrás de las cortinas.

Ambos sectores, junto con un significativo número de chilenos, constatan que los que tienen la sartén por el mango, se las arreglan para pasar piola en sus trapicheos de todo tipo - doble estándar de vida -, y concluyen que si quieren lograr algo en la vida, deben aprender esa lección.

Cada chileno agarra lo que está al alcance de su mano, y de acuerdo al peldaño que ocupa en la escalera chilena. Así, los muchachones de Valparaíso decidieron pasarlo chancho, aprovechando el comercio sexual “del Charly”, que obviamente no es el único que se dedica a tan lucrativo negocio. El comercio sexual, actualmente es público y publicitado hasta por los medios más conservadores y pulcros. No solamente en Chile.




Así como hay personas que luchan por tener dinero o poder – valores que suelen hacer pareja -, con un afán de acumulación enfermizo, descrito ampliamente por obras artísticas a través de los siglos, hay otros, que luchan por tener para pasarlo bomba. Y nadie puede negar que el sexo es uno de los deseos y placeres capaces de mover montañas, tantas como el amor (aunque este último está bastante desacreditado, según corren los tiempos). Con dinero y/o poder, el sexo es una mercadería que abunda en el mercado.

Y el que no tiene padre ni madre ni perro que le ladre, mirando sin embargo todos los días la “mercadería” que ofrece el mercado, simplemente la roba, se transforma en un violador a mansalva.

El estímulo cotidiano de mercar con el sexo es tan masivo, tan “popular”, que hasta los cabros chicos hoy día son víctimas del sexismo ambiente, ya sea como consumidores o como protagonistas. En la actualidad nadie tiene que ir a buscar imágenes de sexo especialmente, están hasta en las revistas para bebés.

Diarios y revistas, algunos sesudos y parsimoniosos, deslizan temas e imágenes relativas al sexo, que vende más aún que la crónica roja, el fútbol y la farándula. La publicidad está llena de seductoras y tentadoras mujeres que te ofrecen este mundo y el otro si compras un determinado cepillo de dientes, un auto, una casa, o una muñeca. Se publicita además, la vida sexual de políticos, deportistas y funcionarios de todo tipo (al respecto, los artistas, hoy en día, estamos dejados de la mano de dios).

Pero claro, los muchachones de Valparaíso, bien informados debido a su profesión, no se contentaron con las revistas para bebés. Ellos estaban en condiciones de coludirse con el comercio del sexo duro, en donde existe el tráfico humano, las extorsiones, la pederastia, el negocio de la pornografía, acompañado de narices “empolvadas”. Una telaraña económica que no se elimina ni se destruye con el arresto o libertad de seis policías, dos carabineros y un fiscal corrupto.



Desgraciadamente hechos como los de Valparaíso, y la corrupción que cada día gana más adeptos – a pesar de algunas leyes, insuficientes al parecer -, son inherentes al sistema actual, al modelito económico tan beneficioso para nuestra oligarquía. Y ésta, que hoy ha perdido toda la sobriedad que supuestamente tuvieron sus abuelos de la oligarquía agraria – con aires feudales -, prefiere vivir en connivencia con traficantes de todo tipo, en tanto ella se beneficie con la parte del león. La trenza económica y corrupta en Chile, tiene hoy poderosas, oscuras y turbias interrelaciones transversales. Y el promotor de la corruptela, invariable y universalmente, siempre es el sector privado (pruebas al canto, la crisis financiera global).

De modo que usted, compatriota (unisex), me dirá en diciembre, si cree que alguno de los “intrépidos” candidatos a la presidencia será capaz de romper una trenza tan intrínseca al sistema. Pero claro, tal vez usted más bien estará ilusionado en que éste o aquel candidato le resolverá su problema personal, antes que romper trenzas ni jodiendas de ésas.

-“¡Agarrar, agarrar, agarrar…, tirar, tirar, tirar, que el mundo se va a acabar!”, pareciera ser la consigna de mar a cordillera.

¡Qué distinto a los hermosos años, cuando los muchachitos de mi edad comenzábamos a sentir el llamado del sexo: nos sentíamos profundamente alterados porque le habíamos visto el músculo poplíteo a una chiquilla!