miércoles, 23 de diciembre de 2009

COPENHAGUE, O LA PARADOJA DE FERMI






La verdad es que para resumir la lamentable, o quizás trágica reunión de Copenhague, bastaría con servirnos de algunos títulos de películas: “Ambiciones que matan”; “Una Muerte Anunciada”; “Destino fatal”; “Al pie del Patíbulo”; “Solo, ante el peligro”; “Lo que el Viento se llevó”…, "2001 Odisea en el espacio" , etc., etc., etc.



Seguramente usted podría agregar títulos más acertados que los míos. Y enseguida, podríamos continuar recordando dichos populares, como “aquí se paró el burro a mear”; “los muertos no hablan”; “el que calla otorga”; “hacerse el sueco”; “después de mí el diluvio”.

Sin duda, también puede usted recordar varios otros refranes que podrían resumir lo que pasó y no pasó en la dichosa reunión. Pero al mismo tiempo esos refranes populares y los títulos de películas reflejarán y reflejan lo que pasa con nosotros, habitantes de este globo azul, incapaces - la gran mayoría - de defender la salud del planeta, aunque en ello nos vaya la vida.

Energía; luz; fuego; rocas y mares; animales y árboles; jóvenes y viejos; recolectores; productores y consumidores; multimillonarios y pobres; gobernantes y gobernados, todos, hemos emergido de una tal increíble casualidad del cosmos, que jamás percibiremos que por la misma causa somos increíblemente vulnerables a la vez.



Porque, señores, la pura y santa verdad: EXISTIMOS DE PURA CASUALIDAD, Y COLAPSAREMOS DE PURA IRRESPONSABILIDAD.

Recuerdo que mi amigo Merardo, cantaba unos versos, susurrados:

Este mundo gira y gira
Con la gente toda arriba
Se domina con la vista
El espacio sideral
Ay, qué bien hecho!

No compramos los pasajes
Pero vamos en el viaje
Aunque nadie sabe adónde
Ni se ha visto al Capitán
Ay, qué bien hecho!

Somos aves migratorias
Semejantes a galaxias
Nuestro viaje al infinito
Es la única esperanza
Ay, qué bien hecho!

Hoy, esa cancioncita me recuerda lo que dijo un famoso sociólogo, Marshall McLuhan: “No hay pasajeros en la nave espacial Tierra. Todos somos tripulantes”.

Y aunque a muchos les siga asustando el marxismo, una tesis de éste, dice: “Las condiciones económicas determinan en última instancia”. ¿Porque no es acaso esa la causa de fondo que tuvieron en mente los gobernantes del mundo en Copenhague?

Enrico Fermi, el famoso científico italiano que trabajó en el “Proyecto Manhattan”, cuyo fin fue el desarrollo de la bomba atómica estadounidense, hizo una reflexión que creó lo que se conoce como la “paradoja de Fermi”:

“Es la contradicción entre las estimaciones que afirman que hay una alta probabilidad de existencia de civilizaciones inteligentes en el universo, y la ausencia de evidencia de dichas civilizaciones”.



“La respuesta de Fermi a su paradoja es que toda civilización avanzada desarrollada en la galaxia, desarrolla con su tecnología el potencial de exterminarse, tal y como percibía que estaba ocurriendo en su época (1950). El hecho de no encontrar otras civilizaciones extraterrestres implicaba para él un trágico final para la humanidad”.




Amiga lectora y lector, deseándole felices fiestas, y un Nuevo Año repleto de irresponsabilidades, colectivas e individuales, le recuerdo aquello de “polvo eres y en polvo te convertirás”, aclarando que se trata de polvo de estrellas.