Diversos
niños con sus madres pasan por el lugar en donde espero... Uno de ellos camina
divirtiéndose, porque al parecer ha
descubierto que puede caminar en la punta de los pies. A otro más
pequeño lo han sentado sobre una delgada plataforma de mármol, junto a unas
plantas. Agita sus manitas con movimientos catatónicos y se ríe cuando toca
alguna hoja…
Asociación
caprichosa: ¿somos verdaderamente resultado de una prodigiosa partícula
minúscula - por darle nombre y tamaño - increada, que contenía todo este infinito
en el cual vivimos? ¿O tal vez un ser divino prodigioso, también increado,
conscientemente creó el infinito para luego crearnos a nosotros?
Los
astrofísicos dicen que en el Big Bang durante su desarrollo inflacionario desde
el plasma de quarks-gluones se fue enrareciendo, complejizando,
diversificándose en átomos, moléculas, células, etc., etc.
Si
en mi ociosidad de la espera vuelvo mi atención hacia los niños…, ¿podría
encontrar una similitud entre la evolución del universo y los infantes…? ¿Su
comportamiento se irá enrareciendo también durante su evolución…?
¿Es
que acaso todos y TODO, somos un universo o “multiversos” en permanente
enrarecimiento?
¿Es
que Dios mismo, para tan diversos creyentes, no se ha enrarecido y
diversificado a través de las épocas humanas?
Ya
no están los niños... Mientras continúo esperando, ahora junto a las plantas
hay una pareja de jóvenes… Ella está de pie frente a él. Sacude sus cabellos
hacia la espalda, cruza los brazos y lo mira... El joven, sentado sobre la delgada
plataforma de mármol en que antes sentaran al niño, se concentra en su iPhone...