En Chile se ha opinado bastante sobre
Alwyn a propósito de su fallecimiento.
Como ciudadano, testigo y masa
participante de los años 70, golpe y transición, también me he quedado con una
opinión.
Cortito y macollao: no sólo la “justicia
en la medida de lo posible”, es una vieja práctica de la idiosincrasia chilena.
Quiero decir que la primera Junta de Gobierno de 1810 ya ejerció ese concepto: “Independencia
en la medida de la posible”. Si no hubiera existido Cancha rayada y Maipú,
todavía andaríamos con pelucas.
En mi opinión - ¡cómo estoy de opinante
hoy día! – el desarrollo de mi país independiente, lo ha venido ejerciendo una
clase dominante “en la medida de lo posible”, es decir, en la medida que se lo
han permitido sus bolsillos privados, y la metrópolis de turno en las
diferentes épocas.
¿Pruebas al canto?: los reclamos por un
desarrollo socioeconómico verdaderamente nacional e independiente ha sido
bandera permanente de los sectores postergados: obreros, campesinos, estudiantes,
empleados, profesionales e intelectuales, hasta el presente.
¿Y en cuanto al señor Alwyn…? Al parecer
los hechos a veces definen al hombre, aun quizás si en contra de su íntima
voluntad... Yo pienso en Alwyn…, y se me viene a la mente el personaje
histórico Pilatos…