Ivan Aivazovsky, La ola |
Que inmigrantes y refugiados han resultado un aporte económico y cultural para los países del mundo a través de las edades es de toda evidencia.
Y sin duda, mucho más beneficioso que las
invasiones militares.
Chile, es un buen ejemplo de lo primero. Porque nos guste o
no nos guste, somos un país de inmigrantes, quienes
siguiendo el ejemplo de los Conquistadores terminamos fundando un Estado
segregacionista, invadiendo los pueblos originarios y despojándolos de sus legítimos derechos.
Hoy, los pueblos del mundo invadidos militar y/o económicamente intentan buscar refugio, desesperados,
precisamente en los mismos países que han usufructuado de su
explotación: historia acadabrante del
mundo absurdo que hemos venido construyendo.
Es probable que será tarde el día en que comprendamos que el afán de lucro nos ha hecho perder el sentido de la vida.
Probablemente también será tarde cuando comprendamos que el verso del poeta británico-somalí WARSAN SHIRE, nos hace responsables
social e individualmente:
"Cuando un padre lanza a la mar a un hijo es porque el
agua es más segura que la Tierra".