No
acierto a definir cual de nuestros sentidos capta
mejor las entrelíneas de lo que se escribe o se habla a propósito del reinicio de
relaciones diplomáticas entre Cuba y EEUU.
Quizás sean los oídos los que reciben claramente
el ruido de las manos que se sobajean. Tal vez no sea el ruido de manos que se
soban, quizás son aleteos de Águilas que están revoloteando sobre la Isla
de Cuba.
Los
Inversores internacionales, desunidamente unidos, ejercitan sus garras para
dejarse caer sobre la que ha sido una heroica Isla, pero quizás, sobre todo, imaginan que la Isla servirá de puente para recomponer y readaptar sus relaciones con
el resto de América Latina. España, por ejemplo, pretenderá raíces históricas, y no tendrá escrúpulos ideológicos en poner a otro Franco o a Podemos, según sea lo que demande el nuevo mercado.
¡A la conquista de lo que resta
por conquistar! Nuevas políticaspara el Nuevo Mundo se
avecinan. Si antes el camino estuvo desbrozado, hoy es una pista de aterrizaje:
hay mayor cantidad de sátrapas para todos los gustos:
para los EEUU, para China, Rusia, a
nadie le importa la competencia leal. ¡Quién da más, señores, quién da más!