martes, 4 de marzo de 2014

SOBRE UNA PIEDRA DEL ESTRECHO DE MAGALLANES, DOS PIÑONES



Piedra recogida con Bego al borde del mar  en punta Arenas










Desde hace años en los medios de comunicación chilenos, aparecen informes de especialistas – siquiatras, sicólogos, sociólogos, etc. -  señalando que Chile es un país “brutalmente enfermo”. Y las cifras o estadísticas que suelen acompañar ese análisis son lapidarias.

No es fácil aceptar la veracidad de dichos informes. Para quienes vivimos en Chile hasta el año 74 del siglo XX nos resulta doloroso pensar que el lucro en la educación es en realidad una “estafa”, como lo dice una autorizada periodista de mi país.

¿Chile tiene la tasa de depresión más alta del mundo?, dice un siquiatra.

Chile y Corea del Sur son los únicos países donde el suicidio en niños y adolescentes va en aumento.

“Oh, Chile, largo pétalo de mar, y vino, y nieve…”

La “anomia” – preferiría que se tratara de momias – que es la pérdida de la confianza en que existe un colectivo, ensombrece el alma de mi pueblo.

“No quieren que te quiera,
Negrita Mía,
porque hemos visto
tanta hipocresía”

Uno de cada 10 niños chilenos reporta que ha sido víctima de abuso sexual. (Evito referirme al horror de una investigación realizada por CIPER respecto de los niños en hogares infantiles. Evito repetir tantas otras cosas).

“Velloncito de mi carne,
que en mis entrañas tejí,
velloncito friolento,
¡duérmete apegado a mí!”

Las dos causas principales de muerte entre jóvenes y adolescentes, es muerte violenta, ya sea por suicidio o por homicidio.

“Patria, mi Patria…
vuelvo hacia ti la sangre…”

En fin – dice uno de los informes –, estamos atravesando por una gravísima crisis de salud mental inédita en occidente…

Me pregunto: ¿Cuál será la diferencia entre ser dominado y domesticado?

Me he detenido para mirar el paisaje nevado de límpida blancura... Jadeo entre vahos... 16º bajo cero...

El sol engañoso no hace más que aumentar las gélidas brisas. Doy tres pasos. Escucho el crujido de la nieve… El crujido…, el crujido… La arena ardiente de las costas de mi país…

Me quito los guantes y agarro dos puñados de nieve…, abro los brazos en cruz apretando fuerte la nieve en mis manos… Arde… La brisa me quema los pómulos…

“Tengo unas ganas locas de gritar
Viva la Cordillera de los Andes

Muera la Cordillera de la Costa…”

martes, 18 de febrero de 2014

A RÍO REVUELTO GANANCIA DE PESCADORES






de Roberto Matta Echaurren, Discordancias


 

Hay días en que me da vergüenza sentirme bien, prácticamente feliz en mi vida personal.

Pese a ello no he perdido la facultad de comprender a quienes, viviendo el presente, se tientan o buscan consuelo pensando en  que “todo tiempo pasado fue mejor”.

Sin embargo, me pongo a hilar fino sobre el pasado, el pasado histórico, y aun mi propio pasado, y me doy cuenta que 5 siglos antes de nuestra era, la situación no era muy diferente a la actual.

Si dejo de lado el avance tecnológico no me queda claro en qué hemos mejorado… ¿Por qué era mejor el pasado? El de ayer, el de hace 3 años, 20, 40, en fin…

Sí, que hoy existen leyes laborales (¿de verdad le has echado una mirada al mundo?);

que  no existe la esclavitud (¿me estás hablando en serio?);

la familia, era una institución sólida (¿además de la tuya?);

los políticos de antes… (no, no, no, deja, deja…);

hoy existe la ONU (¿cómo se llamaba tu tío…?);

mal que mal, hoy se ha impuesto la Democracia (¡vaya, falacia!);

 hoy existe la Declaración de los Derechos Humanos (¿en qué biblioteca, me dijiste?);

hoy estamos informados (¿te escuché, manipulados?;

la Paz… (¡exijo una explicación!, diría Condorito)

Ya que nos cuesta aguantar el día a día, el caótico presente… (alguien o algunos están ganando con ello, eso es evidente). Y como es seguro que ni usted ni yo usufructuamos de ese caos, me permito invitarlo a refugiarse en la poesía.

Quizás Nicanor Parra tenga razón: “En resumidas cuentas/ sólo nos va quedando el mañana: yo levanto mi copa/ por ese día que no llega nunca/ pero que es lo único/ de lo que realmente disponemos.”





viernes, 14 de febrero de 2014

EL DÍA DE LOS ENAMORADOS





Ni siquiera pensaba mencionarlo, porque estoy convencido que lo que realmente se celebra es “El Día del Comercio”, como “El Día de la Madre”, etc., etc.

Al parecer nuestra vida gira como un trompo de colores. A cada instante nos presenta un color diferente.

Sucedió que esta mañana una querida amiga nos llamó para felicitarnos a propósito de la mencionada fiesta de los enamorados.

Y sobre la marcha le contesté: -“Querida amiga, yo celebro esa fiesta con mi mujer los 365 días del año”.

Como picardía no me falta, lo dije con mucha intención y en voz alta porque sabía que mi mujer estaba cerca para escucharme. Quise lucirme echándole un piropo merecido a mi amada esposa.

Hasta ahí, todo estaba muy bien. Mi mujer sonrió halagada, y yo me despedí de la amiga deseándoles a ellos también muchas felicidades.

Sin embargo el famoso trompo que siempre está girando me mostró inmediatamente un color inesperado, dándole un vuelco a mi corazón de enamorado:

se me ocurrió abrir una página de un diario chileno electrónico… y zas, Coca Rudolphy, actriz, a quien conociera en los años 70, entregando su doloroso testimonio. Una de las víctimas del Coronel ®, Víctor Echeverría, padre de la recién nombrada subsecretaria de FFAA, Carolina Echeverría.

A 41 años del más escandaloso latrocinio y acciones luctuosas de Pinochet, azuzado y protegido por la “democrática Derecha chilena” y por “el democrático Departamento de Estado” (USA), más las FFAA que, en general, sólo hace falta sacarles el collar para que cumplan su faena…

En fin, a 41 años de aquellos sucesos, todavía ahora, cuando el Comercio está de fiesta, tengo que ponerle una coraza a mi corazón de enamorado, para volver a repetir esa décima popular que inspiraron a mi maestro Merardo, dedicada a ti:

“Yo no quiero hablar de amor
a pesar de estar amando,
quizás porque practicando
se le conoce mejor.
Y así como el surtidor
de agua de la vertiente
puede ser fría o caliente,
pero brota de la entraña,
así, cada uno explaya
su amor desde el inconsciente”.


miércoles, 12 de febrero de 2014

"DÓNDE LA VISTE..."





Como Fortín Mapocho es leído internacionalmente me permito dirigirme hoy a los lectores extranjeros.



Comienzo con una breve explicación sobre el título de esta crónica. “Dónde la viste…”, es una expresión perteneciente al léxico popular chileno digna de preservarse. Y que como varias otras locuciones locales, también ésta contiene un rico “sub-texto”.


Según el Tratado de las Buenas Costumbres, en su primera acepción, si un chileno le dice a otro compatriota “¡Dónde la viste…!”, estaría queriéndole decir: “Es tan evidente tu falacia artificiosamente disfrazada que tu historia me recuerda más bien la trama de una película que viste”.


El mismo Tratado admite una segunda acepción: “Percibo perfectamente que construyes una realidad falsa con la intención de inducirme a engaño”.Y en su tercera acepción, el sub-texto de ¡Dónde la viste…!, es: “¿Creíh que soy güevón [a] que te voy a creer lah güeváh qu´ehtái hablando, ehcribiendo o mohtrándome?”¿Me capta? De manera que luego de este mínimo técnico lingüístico para extranjeros, ya está usted en condiciones de utilizar con propiedad el dichoso criollismo aplicado a su realidad nacional y aún familiar si viene al caso. Claro que si traduce la expresión literalmente, al inglés por ejemplo, no tendrá mucha gracia: “Where did that came from…?” Tampoco en francés: “Où est-ce que tu l´a vu…?” En ambos casos le faltaría el contexto cultural que le otorga el sentido a la locución. Aunque quizás si traduce el sub-texto de la tercera acepción al inglés se acercaría un poco a su realidad anglófona: “You´re a fucking idiot?”


Seguramente usted hará una traducción más acertada. En todo caso, la gracia y riqueza idiomática del “Dónde la viste…” es que provoca una suerte de elipsis, el texto que se quiso decir no se completa, permanece subsumido.Si usted es extranjero y quisiera expresar el tercer sub-texto, le recomiendo que aprenda a decir “Dónde la viste”. Le facilitaría enormemente la dificultad fonética. Es más fácil decir “Dónde la viste” que “¿Creíh que soy güevón [a] que te voy a creer lah güeváh qu´ehtái hablando, ehcribiendo o mohtrándome?”¿Me entiende?


Aprendiendo a decir solamente “Dónde la viste…”, el resto queda como un secreto suyo, como un código que solamente usted maneja, como el Código Da Vinci.Conozco una señora sueca casada con chileno – ella está en un curso avanzado de “lo chilensis” - quien cada vez que el marido llega a las 4 de la madrugada quejándose del exceso de trabajo, ella le aplica el “Dónde la viste…” ¿Cuál cree usted que será el sub-texto de la señora sueca?Ante los hombres y mujeres con vocación de servicio público – léase políticos -, la mencionada expresión folklórica es sumamente beneficiosa, pensarla o decirla. Si la piensa, puede aplicarle libremente cualquiera de las tres acepciones. Si la dice, según el grado de confianza o de patudez suya, puede modificarla levemente: “¡Dónde la vio, jefe…!”, con variaciones de “jefecito”, “patrón”, “diputado”, etc.
Y usted solamente sabría el sub-texto que rondaría por su cabeza.Ahora bien, si usted alcanzara un nivel avanzado de la onda chilensis, tal como la señora sueca, entonces podría agregar después de “Dónde la viste…”: “¡Cuéntame una de cowboy ahora, pus!” Y si desea superar a la señora sueca, en el caso de un marido similar, le puede decir: “¿Dónde la vio, mi amor…?”, con variaciones de “cuchito”, “gordito”, etc. ¿Estamos?Claro, tengo que advertirle que entre chilenos, al calor de un asado y unos cuantos tintolios y su piscola de bajativo, estos compatriotas suelen irse al chancho [vous excuserez, monsieur l´étranger, les expressions vernaculaires], y derechamente en esas ocasiones dicen: “¡Ahónde la vihte, güevón…!” [ dicho por hombre o mujer ].


También emplean “¡Ahónde la vihte, caurita…!”, aunque sea la señora, porque en este caso lo importante es que la “cabrita” lleva un tinte peyorativo que intenta disminuir la autoridad de la dama y su argumentación. Es muy jodido esto de la lingüística y la semántica criollas. Todos los pueblos tienen su hablar vernáculo, y más de alguna vez nos habrán mentado la madre en chino, polaco, y aun en lengua hispana. Toda lengua como usted sabe crea su lenguaje, que se expresa no solamente en la palabra sino en la ocasión que aquélla se dice, en el acento o la intención con que se dice ésto o lo otro.


Si usted es hábil para interpretar el contexto y el sub-texto de lo que se dice o hace, tiene grandes posibilidades que no lo [a] pasen por la cola del pavo, incluso en su propia casa.Por ejemplo muchos de ustedes habrán visto a Juan Carlos - Rey de España -, decirle al Presidente de Venezuela Hugo Chávez, durante la XVII Cumbre Iberoamericana realizada en Santiago de Chile recientemente: “¡Por qué no te callas!”, mientras Chávez hablaba con Zapatero, el Presidente de España.¡Tiene narices! “¡Por qué no te callas!” Dicho en el mismo tono que le hablaron los Conquistadores y Colonizadores peninsulares a los pueblos originarios y criollos pobres. Evidentemente se equivocó de tiempo, lugar y personaje este Juan Carlos Borbón. ¿Se da cuenta de lo importante que es el sub-texto? Y mayor relieve cobra el sub-texto de la situación mencionada porque se le manda callar a la verdad, a la verdad que está diciendo Chávez: denunciando a un golpista –con disfraz de democrático -, cómplice además de varias oscuras causas internacionales.


¿Y qué me dice de ese otro personaje que suele hacer declaraciones desde la Casa Blanca en Washington? Pretende ser el adalid de la libertad y la justicia. A Bush, todos los sondeos, nacionales e internacionales le aplican el “Dónde la viste…”, refiriéndose obviamente al tercer sub-texto.




Solamente que los sondeos estadísticos utilizan el eufemismo de los porcentajes porque desconocen nuestra criolla expresión.Cuando Harper, el Primer Ministro de Canadá nos dice que las FFAA canadienses están en Afganistán ayudando a reconstruir la democracia - debido a la influencia de la inmigración chilena -, se escucha de Este a Oeste, desde Québec hasta Vancouver un sonoro “¡Dónde la viste…!”, utilizando las tres acepciones, acentuando una u otra de acuerdo al emputecimiento que nos cause la hipocresía.Cuando los militares en Chile, con la anuencia del gobierno de turno, declararon que “nunca más”, el 70% de los chilenos pensaron “¡Dónde la viste…!”, además de parar el dedo anular.Porque lo interesante de este giro idiomático, señor [a] extranjero [a], es que en cierta medida la locución tiene una cualidad terapéutica: se puede pensar, pero no decirla.


De esta manera es una descarga interior que evita la agudización del stress. Altamente recomendable por ejemplo mientras se ven los noticieros de TV en el momento en que dan a conocer las estadísticas del Gobierno según las cuales usted vive en el Paraíso. Debo confesarle sin embargo, señor [a] lector [a] extranjero [a], que a la larga no resulta saludable pensar a cada instante “Dónde la viste…”, expresión tan llena de escepticismo. El desencanto, como usted sabe, si no se organiza y encauza, sólo provoca deterioro moral – la delincuencia ya no es asunto exclusivo de los delincuentes -, y en el mejor de los casos, el desencanto provoca llamaradas de paja arbitrarias que se consumen en el acto mismo.


Lamentablemente en todos los puntos de este globo azul vivimos el enervamiento diario a propósito de la manipulación mental que intentan quienes tienen la sartén por el mango. Todos los días pretenden “contarnos la película”, como el marido a su señora sueca. Los gobiernos, los poderes del Estado, los desacreditados servidores públicos; la corrupción disfrazada de funcionarios, asesores, operadores, etc.; diversos organismos nacionales e internacionales llenos de retórica inútil; instituciones deslegitimadas que hasta ayer eran reserva moral, junto a otras que eran refugio de esperanza, etc., etc., todos y todas, son tan incapaces hoy en día de conjuntar sus palabras con sus hechos, que nos obligan a resistir refugiándonos por el momento en el “¡DÓNDE LA VISTE…!”


¿Se darán cuenta las autoridades pertinentes que dicho refugio sin embargo es una bomba de tiempo en diversos países del mundo, incluido Chile?






___________________________________________________________________

MIGUEL ENRÍQUEZ Y EL MIR

Miguel Enríquez Gumucio

El 5 de octubre de 1974, muere heroicamente en Chile, el revolucionario y patriota, Miguel Enríquez, en un combate desigual con las fuerzas represoras de la dictadura de Pinochet. Alrededor del 2000, estando yo de paso en Chile, tuve el honor de participar en un homenaje a Miguel y al MIR. En dicha oportunidad, la emoción hizo que me parapetara detrás de unos sencillos versos criollos del maestro Merardo:


MI CUARTO DE ESPADAS


Figúrese usted, ¡Neruda!,
ya cantó a nuestros patriotas.
Sé que no alcanzo esa nota.
De eso no tengo dudas.
Y no rasgo vestiduras,
simplemente que hago mutis
por considerar inútil
hablar de lo bien cantado,
de lo que ha sido logrado.
Imitarlo es cosa fútil.

Eso, no impide que cante,
el corazón en la mano,
a todos esos hermanos
con guitarra y con desplante,
porque ayer fueron garantes
de que valía la pena
desplegar todas las velas
con sentimiento profundo,
hasta virar el mundo
para romper las cadenas.

Yo no sé si es ley de vida
que en este curso del río,
con aciertos o desvíos,
de tiempo en tiempo la herida
devenga Idea aguerrida.
Para poder avanzar,
establece su cantar
en cientos, en multitudes,
sobre todo en las juventudes,
¡hasta que logra encarnar!

Cabe entonces la pregunta:
¿fue Luciano de esta estirpe,
y también Miguel Enríquez
que con el Bauchi se juntan
para pasar a la punta
de lo que el pobre quería
porque su miseria hería?
¿Era sólo una locura
querer lograr con hondura
lo que tanto el pobre ansía?

¡Alzo mi copa aquí mismo
en medio de este silencio!:
que escape mi sentimiento
antes que se acabe el Siglo
por los que sin eufemismos
pusieron proa al futuro,
jóvenes, y más maduros.
¡Salud por la rebeldía!
¡Por sus diferentes vías!
¡Chile, te hicieron más puro!