miércoles, 12 de febrero de 2014

MIGUEL ENRÍQUEZ Y EL MIR

Miguel Enríquez Gumucio

El 5 de octubre de 1974, muere heroicamente en Chile, el revolucionario y patriota, Miguel Enríquez, en un combate desigual con las fuerzas represoras de la dictadura de Pinochet. Alrededor del 2000, estando yo de paso en Chile, tuve el honor de participar en un homenaje a Miguel y al MIR. En dicha oportunidad, la emoción hizo que me parapetara detrás de unos sencillos versos criollos del maestro Merardo:


MI CUARTO DE ESPADAS


Figúrese usted, ¡Neruda!,
ya cantó a nuestros patriotas.
Sé que no alcanzo esa nota.
De eso no tengo dudas.
Y no rasgo vestiduras,
simplemente que hago mutis
por considerar inútil
hablar de lo bien cantado,
de lo que ha sido logrado.
Imitarlo es cosa fútil.

Eso, no impide que cante,
el corazón en la mano,
a todos esos hermanos
con guitarra y con desplante,
porque ayer fueron garantes
de que valía la pena
desplegar todas las velas
con sentimiento profundo,
hasta virar el mundo
para romper las cadenas.

Yo no sé si es ley de vida
que en este curso del río,
con aciertos o desvíos,
de tiempo en tiempo la herida
devenga Idea aguerrida.
Para poder avanzar,
establece su cantar
en cientos, en multitudes,
sobre todo en las juventudes,
¡hasta que logra encarnar!

Cabe entonces la pregunta:
¿fue Luciano de esta estirpe,
y también Miguel Enríquez
que con el Bauchi se juntan
para pasar a la punta
de lo que el pobre quería
porque su miseria hería?
¿Era sólo una locura
querer lograr con hondura
lo que tanto el pobre ansía?

¡Alzo mi copa aquí mismo
en medio de este silencio!:
que escape mi sentimiento
antes que se acabe el Siglo
por los que sin eufemismos
pusieron proa al futuro,
jóvenes, y más maduros.
¡Salud por la rebeldía!
¡Por sus diferentes vías!
¡Chile, te hicieron más puro!