Dalí |
...hay que tener mucho cuidado”, dice el refrán popular. Dicho que le viene como anillo al dedo a los desconocidos de siempre, que una vez más activan una campaña de desprestigio en contra de Cuba. Campaña encabezada como de costumbre por Estados Unidos, Europa, y una serie de sicarios lamebotas, repartidos por el mundo.
La falta de autoridad moral de USA para reclamar el respeto a los Derechos Humanos ni siquiera vale la pena recordarlo. Y en cuanto a nuestra vieja Europa – colonialista, en cuanto aprendió sus primeros pasos -, sería difícil encontrar un solo país en el cual no se hayan cometido y/o se estén cometiendo aberrantes delitos en contra de niños, adultos, mujeres y ancianos. Aparte de sus edificantes ejemplos de masacres religiosas, a través de los años, Europa nos ha entretenido con las sabrosas historias de la Inquisición; la caza de brujas; el tráfico de esclavos; unas cuantas guerritas que han matado algunos milloncitos de seres humanos, sin olvidar el nazismo y el facismo que son como brasas dormidas debajo de las cenizas.
Mientras tanto – jugando al blanco y negro -, la estatura moral de la Revolución Cubana, tan siquiera por enfrentar durante 48 años al imperio norteamericano, sigue siendo un parámetro difícil de alcanzar. Estatura moral que también se constata en el trato con sus disidentes. Certificado todo esto, sobre todo, por quienes hemos vivido en la Isla. Porque, erradicada la miseria en Cuba desde los primeros años de la Revolución, no se conoce otra « pobreza más digna » que la que se vive en Cuba - fundamentalmente derivada del bloqueo norteamericano. ¡Ya se quisieran esa « pobreza », cientos de países del mundo subdesarrollado! Asegurada para su pueblo la salud, la educación, el trabajo y la vivienda.
Y si bien la democracia cubana tiene varios aspectos discutibles (los cubanos son los primeros en autocriticarse), esos aspectos seguirán siendo de difícil superación, en tanto la orgullosa y prepotente « democracia occidental y cristiana », continúe intentando imponer su modelo por las buenas o por las malas. Más bien, por estas últimas. Porque los argumentos preferidos de los EEUU, son, como sabemos, las invasiones armadas, o el inmoral bloqueo, en el caso cubano.
¿Presos políticos en EEUU? En su historia reciente, ya sabemos que aún no se cierra Guantánamo, prisión – por sus métodos -, digna de las mazmorras de la Edad Media europea. Pero si además - preocupados de los Derechos Humanos -, recorriéramos la historia norteamericana, bastaría hacer unas cuantas preguntas a los aborígenes y negros (sin olvidar especialmente, a unos cuantos milloncitos de mexicanos) que viven en ese pretencioso « faro de la democracia ». Faro que, cuando se requiere, democráticamente, asesina a sus presidentes, senadores y líderes sociales, en vivo y en directo en los programas de TV.
Y Europa, la vieja, con su oportunismo, llevándole las de abajo a los EEUU, se parece cada vez más a la Iglesia Católica : si la ocasión lo requiere, se allega donde más calienta el sol. Con esa actitud, la vieja – me refiero a sus expresiones políticas -, intenta además, encubrir todas las atrocidades históricas que ha cometido en contra de los Derechos Humanos en continentes enteros, y además desviar la atención de la serie de corrupciones que recorren sus diversos países.
Lo que verdaderamente le corresponde a esas voces que hoy, una vez más,se rasgan vestiduras, es que pongan el mismo entusiasmo y celo en exigir el término criminal del bloqueo norteamericano, causa y motivo de varias rigideces que afectan a la Revolución Cubana.
Por último, yo, en nombre de mí mismo, Alaraco Bocasuelta, digo que sería conveniente que la Revolución Cubana expusiera clara y públicamente, los cargos que le fueron imputados al supuesto preso político, Zapata, que murió en una huelga de hambre, y que al parecer sólo habría sido un delincuente común.