 |
| Hegseth |
Son de tal envergadura los acontecimientos actuales en los EEUU que los que allí viven, dicen estar aterrados. Todo lo que sucede es insólito: ha ganado las elecciones presidenciales un candidato que hizo su campaña amenazando “a medio mundo”; la nominación de su gabinete parece un chiste del humor negro, según los medios de comunicación norteamericanos. Según éstos, ninguno de los nominados posee el conocimiento para el puesto que ocupará.
La verdad es que no recuerdo en la historia otro candidato a la presidencia que en el mundo haya ganado las elecciones aterrorizando a sus electores.
Quizás, como lo he dicho “medio en serio medio en broma”, solo conocemos las “revoluciones anticapitalistas”, y tal vez ahora en EEUU estemos conociendo una “revolución ultracapitalista”. Con tantos multimillonarios que rodean al presidente electo, qué otra cosa se puede pensar.
Y la guinda de la tarta, es el caso del futuro Jefe del Pentágono, Pete Hegseth: su propia madre, Penelope Hegseth, primero escribe una carta pública hablando pestes de su hijo, advirtiendo que por ningún motivo se les ocurra ratificar a su hijo como encargado del Pentágono: es un alcohólico y violador de mujeres.
Pero a los dos días descubre que se ha dejado llevar por la pasión, y que, por el contrario, su hijo es un santo, igual que ella. ¿Qué ha pasado?
Que han descubierto un suculento negocio: la madre es ahora entrevistada en diversos medios de comunicación ganando un montón de dólares con sus entrevistas.
“Usted no es na'
No es chicha ni limoná
Se lo pasa manoseando
Caramba zamba su dignidad”
(Víctor Jara)
