Resulta estimulante ver y escuchar a un sector de la Iglesia
Católica comprometerse con “los humildes”. Sobre todo a los sacerdotes que no
solamente dan el discurso, sino que han mantenido una actitud consecuente en
los hechos. Y en ese sentido, Felipe Berríos no está solo, ni al interior de la
Iglesia ni entre sus feligreses.
Las palabras de Felipe Berríos en la entrevista que le
hicieran en TVN, además de ratificar lo que reclaman históricamente en Chile
quienes han vivido de un sueldo y/o salario (digo, los que han tenido la suerte
de tener trabajo), esas palabras, a la vez han ratificado también que es verdad
que en Chile han existido y existen “los momios”.
La derecha económica y política de mi país recibió ese apelativo
del diputado Mario Palestro, hace ya
muchos años. Y de acuerdo a las reacciones que provocaron las palabras del
Padre Berríos en los diversos sectores del Poder, se puede colegir que el Momio
en Chile existe en la realidad física y temporal. No es una metáfora ni una
figura para asustar a los niños. Peor aún. Yo diría que al correr de los años el
fenómeno “momial” ha tenido el efecto de la mancha de aceite en el
mantel. Quiero decir que la actitud retrógrada, egoísta y explotadora de
nuestra clase dominante, ha contagiado mayoritariamente a todos aquellos que
han logrado algún capitalito, amén de algunas reservas morales.
Hay que reconocerlo. De momento, esa es una batalla
ideológica o cultural ganada por el momiaje. Es triste constatar que amplios
sectores sociales y políticos de mi país han ido entrando en la esfera momial,
en la medida en que han ido aceptando, identificándose con el modelo de país
que se viene construyendo luego de los hechos acaecidos en septiembre de 1973.
Por ello mismo, aunque resulte preocupante la odiosidad que
se ha exacerbado en estos días debido al periodo electoral, es alentador, sin
embargo, observar la existencia también y el tesón de las fuerzas sociales horizontales, que exigen
superar precisamente la descripción de injusticia denunciada, esta vez, por el
padre jesuita Felipe Berríos.
Rasgan vestiduras todos los aludidos en la entrevista de
Berríos a pesar que todos ellos saben que han creado una sociedad, un modelo
de país imposible de soportar indefinidamente para las grandes mayorías. A diario saltan a borbotones las aberrantes
injusticias que afectan a los más variados sectores nacionales.
Alguna vez le escuché a un hombre de Derecho decir que la
mejor manera de conocer las injusticias que cometió la Corona Española en
América Latina (hispánica para el caso) durante toda la Colonia, era la atenta
lectura de las innumerables y detalladas Leyes de Indias, supuestamente
impugnadoras de los abusos de los colonizadores.
El recuerdo viene a cuento. Porque quizás en la actualidad
chilena, la mejor manera de indagar lo que falta en nuestro país, la denuncia
más evidente de los abusos del modelo, la legitimidad de las reivindicaciones que
exigen las grandes mayorías, se desprende de las promesas publicitadas de los
diferentes candidatos parlamentarios y/o presidenciales, de todos los colores.
Y a propósito de elecciones:
LA BUENA IDEA
-Yo no voto
personas, ¡yo voto ideas!
-¿Y si te doy
100.000 dólares?
-En ese caso voto
a quien sea, porque la idea no es tan mala.