miércoles, 15 de mayo de 2013

DEL MAESTRO MERARDO




Ofrecer el Paraíso
en el Mundo, ¡en este Globo!,
es querer hacer de un lobo
un conejo asustadizo.
Que por eso otros más listos
pusieron tierra por medio:
“si aquí no encuentra remedio
la Muerte, que nos espanta,
la Vida es una esperanza
para ganarnos el Cielo”.

Nos hacemos la ilusión
de ser el último fin
que Dios puso en su listín
cuando hizo la creación.
Y armados de esa razón,
miramos el Universo
como quien dijera “eso,
es parte de mis haciendas
que Dios me las encomienda
porque soy su hijo dilecto”.

Es tanta nuestra arrogancia
que construimos de muestra
un Dios perfecto y a nuestra
imagen y semejanza
¡Qué apestosa petulancia!
¡Y qué afán de hipocresía,
decir que a los siete días
nos hizo un Gran Creador
signándonos Superior,
llenos de sabiduría!