Que EEUU, como
los imperios que le han precedido, tiene oscuridades y claridades, lo hemos
visto en vivo y en directo, gracias a la televisión.
Sentados en la
sala de nuestras casas, nuestros ojos han visto:
1. Asesinato de
Robert Kennedy, presidente.
2. Asesinato de
Oswald, supuesto asesino de Kennedy.
3. Asesinato de
Bob Kennedy, el hermano, senador.
4. Asesinato de Luther
King, líder social y pastor evangélico.
5. A Bill Clinton
mintiendo y desmintiéndose a propósito del despropósito con la Lewinsky
(despropósito por el lugar elegido, sin desconocer que a veces la pequeña
perversión crea un “valor agregado” ).
6. La destrucción
de las Torres Gemelas, atentado bajo toda sospecha, entre otras: debido a la
similitud que tuvo dicha destrucción con la demolición de edificios en trabajos
de la Construcción.
7. A George Bush,
presidente, Powel, Secretario de Defensa y otros altos funcionarios, afirmando
que Irak poseía armas de destrucción masiva, comprobándose hasta el día de hoy
que fue una descarada mentira.
8. La invasión
militar de Irak, como si fuera una fiesta de fuegos artificiales.
9. Ahorcamiento
de Saddam Hussein, supuestamente decidido por su propio pueblo ( “¡sóplame este
ojo!” ).
10. Asesinato de
Osama bin Laden (con demostración tecnológica del Dron).
11. Desde el 20
de enero 2017, podemos ver en variados horarios el programa TV “The
Apprentice”, sin embargo aún no aparece
el moderador del programa para indicarnos si el concursante es “apto”.
El lector queda
en libertad de acción para agregar otros incidentes que considere
significativos.
SO THE QUESTION IS:
¿Tendremos la
oportunidad de ver otro trágico show en la televisión norteamericana, o quizás
seremos nosotros mismos parte del show?