viernes, 17 de marzo de 2017

HAY PAYASOS BUENOS… Y HAY PAYASOS MALOS.



De todos los errores que está cometiendo y cometa en el futuro el “showman” norteamericano, Donald Trump, suprimir el aporte económico federal a la industria cultural y las artes norteamericanas, quizás sea el más inconveniente para su país.

La prepotencia y las invasiones armadas que han efectuado los EEUU a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI, han convertido a ese país en uno de los imperios más odiados en la historia imperial.

E ironías del destino: justamente han sido los artistas e intelectuales norteamericanos – cine, música, literatura, pintura, ensayistas, novelistas, poetas, museos, etc. – quienes nos han hecho “tolerar” el intervencionismo constante de los diferentes gobiernos, republicanos y demócratas.

Gracias a los artistas e intelectuales norteamericanos, las grandes mayorías del mundo hemos recibido ciertos signos estéticos que nos han hecho suponer que detrás – o debajo -  del Departamento de Estado Norteamericano, existe un pueblo generoso y solidario, víctima también de la dominación imperial.

Vaya nuestra modesta solidaridad, para todos los artistas e intelectuales norteamericanos que han sabido mantener una visión crítico-estética de su propia sociedad.

Debilitado el arte y la cultura de los EEUU, showmen siniestros como Trump y otros tantos, no tendrán otra opción nacional e internacional que optar por su identidad real de Jinetes del Apocalipsis, arrastrando con ellos a su propio pueblo si éste no se decide antes a cortarle las alas a sus halcones imperiales.

“Genial”, Donald, “Fantástico”.