jueves, 29 de mayo de 2014

OBAMA Y SU MARTILLO



(extracto de La Presse, Montréal)

Barack Obama advirtió el miércoles contra la tentación de las intervenciones militares « precipitadas » a través del mundo, defendiendo con energía su política internacional ante quienes le acusan de falta de firmeza, en Siria y Ucrania, por ejemplo.

Tras el anuncio de un calendario de retirada de Afganistán a fines de 2016, el presidente se ha comprometido a aumentar su ayuda al sostenimiento de la oposición en Siria, a la vez que hacer frente a Rusia en la situación de Ucrania y a transparentar la utilización de los drones. Pero primero, y sobre todo, él ha explicado su visión del lugar de América en el mundo.

« Es una verdad absoluta que en este S. XXI el aislacionismo americano no es una opción », dijo en su largo discurso en West Point, la prestigiosa escuela de la armada, en el Estado de New York.

« Sin embargo, que nosotros tengamos interés de promover las paz y la libertad más allá de nuestras fronteras no quiere decir que todo problema tiene una solución militar ».

« Luego de la Segunda Guerra Mundial, algunos de nuestros errores más costosos no han venido de nuestra moderación sino de nuestra precipitación en aventuras militares sin pensar en todas las consecuencias ».

Estando convencido que América debe « hacer escuchar su voz en la escena internacional », Obama ha subrayado que la fuerza armada ha sido y continuará siendo la « espina dorsal » del liderazgo americano. « Pero la fuerza militar no puede ser siempre el único componente de nuestro liderazgo. No es cosa de saber que tenemos el mejor martillo para ver todos los problemas como un clavo ».

« En tanto que presidente, decidí no enviar tropas americanas a la guerra civil de Siria, y pienso que es una buena decisión. Pero eso no significa que no debo ayudar al pueblo de Siria a luchar en contra de un dictador que bombardea y somete a la hambruna a sus ciudadanos », ha dicho, prometiendo aumentar el la ayuda americana « a quienes desde la oposición plantean la mejor alternativa ante los terroristas y un dictador brutal ».

 En su discurso, Obama, también propuso la creación de un fondo de 5 billones de dólares para luchar contra el terrorismo, fondo que dará a los EEUU « la flexibilidad necesaria » para cumplir diferentes misiones.


Citó especialmente el entrenamiento de fuerzas de seguridad en Yemen que han pasado a la ofensiva contre al-Qaïda, la ayuda a una fuerza multinacional para mantener la paz en Somalia, y también la ayuda a las operaciones militares francesas en Mali.

Es decir, al parecer, digo yo, los problemas internacionales no dejan de ser « un clavo ».

Pero ahorrándome mayores comentarios, aprovecho la ironía del senador republicano John McCain, a propósito del citado discurso :

«El problema es que el presidente no traduce esos principios en verdaderas decisiones políticas, y su discurso de hoy día no da ninguna razón para creer que esto va a cambiar.»

No sólo el discurso, Mr. McCain, agrego yo. Y a ropósito de ironías, me ha venido a la memoria una frase que en Chile dijera Miguel Enríquez en su último discurso en el anfiteatro del Caupolicán :

« Las cosas no son tan simples, Carmona » (uno de los tantos golpistas demócrata cristianos).

Y, claro, las cosas hoy día, no son tan simples para el César del Imperio norteamericano, ni ayer tampoco fueron simples ni para Carmona ni para el MIR...




domingo, 18 de mayo de 2014

DEL BIG BANG SALIÓ EL HOMÍNIDO



Estoy avergonzado. Estaba convencido que lo que dice actualmente un señor Thomas Piketty – según parece, un best seller actual con su libro “El Capital en el Siglo 21” – yo lo había leído hace muchos años, comenzando por el Manifiesto Comunista de Carlos Marx escrito en 1848.

Pero resulta que no. Entendí mal a don Carlos. Es este señor Piketty quien nos sale con el novedoso análisis de la desigualdad que crea el capitalismo. Que alguien toque el tambor denunciando el mundo absurdo que estamos viviendo a causa de la codicia por el  dinero no está mal, digo yo.

 Sólo que resulta sospechoso que el libro del señor Piketty cuente con abundante tribuna y con el sospechoso aplauso de sectores que históricamente han estado negando y desprestigiando el análisis que sobre el capitalismo hiciera don Carlos en el cuadernillo mencionado, aparte de otra serie de escritos, entre ellos su obra capital, ¿qué se llamó…, que se llamó…? ¡Correcta la respuesta!: El Capital.

No he leído el best seller del señor Piketty. La verdad, no lo pienso leer. Para enterarme de la descarada concentración de la riqueza que ha creado la aberrante desigualdad en la que vivimos, sinceramente a esta altura no me hacen falta lecturas especializadas.

Por otra parte, la desigualdad social que crea el capitalismo no la aprendí tampoco a través de Carlos Marx, sino del “hombre del saco”, ese hombre que golpeaba la puerta en casa de mis padres con un tiesto de lata en la mano pidiendo las sobras de comida. Hombre al cual en mi infancia miré siempre con miedo porque eventualmente podía robarme echándome en su saco. Y son recuerdos de los años 40 del S. XX, d. de C., en Chillán, Chile. ¿Habrá cambiado esa desigualdad?

La desigualdad social, la concentración de la riqueza en base a pagar mucho menos que lo que el trabajador produce, no me lo enseñó tampoco ni el partido comunista ni el marxismo. Me la enseñó el jornalero que trabajando la tierra ajena, recibía del patrón una ración de comida que consistía en una “galleta” – especie de tortilla sin levadura, tan dura como una piedra – y una porción de harina tostada que el jornalero remojaba con agua de la vertiente o del estero cercano. Esas fueron mis lecturas fundamentales.

Aprendí de la explotación que significaba el capitalismo a través del campesino “mediero” – el patrón ponía la tierra y el campesino enseres y aperos (los campesinos más acomodados), relación de trabajo heredada de la Edad Media -, observando que la familia de ese campesino no se alimentaba de las gallinas ni del ganado ovino que criaba (a medias con el patrón), tampoco comía los huevos de las gallinas. Su tercio, se reservaba para cambiarlos por manteca, sal, etc.

El otro campesino, el pequeño propietario agrícola – más tarde le llamaron rimbombantemente “minifundista” – no se diferenciaba mucho del mediero.

¿Que hoy día, en este Globo Azul, luego que el “género Hombre” ha recorrido 10 o 15.000 años de prehistoria e historia, resulte que a nivel mundial sólo el 1% de la población es rica, mientras el 99% es pobre?



¡Y qué! ¡Señores! El Big Bang se hace responsable solamente de haber montado en este Globo Azul al Homínido, nada más.


¿Cuántos siglos nos faltarán para que este Homínido termine su evolución hasta convertirse en Ser Humano?

miércoles, 7 de mayo de 2014

EN NUESTRAS MANOS



I NEED YOU: ¡TE NECESITO A TI!

WE NEED YOU: ¡TE NECESITAMOS!

WE ALL NEED EACH OTHER: ¡TODOS NOS NECESITAMOS!

Si eres padre, hazlo por el futuro de tus hijos.

Si eres abuelo, hazlo por el futuro de tus nietos.

Hasta no hace muchos años, cuidar o velar por el medio ambiente era calificado por gobiernos o sectores oficialistas, como resabios de “hippies trasnochados” o “izquierdistas resentidos” que habían encontrado el pretexto para jorobar el libre mercado, el progreso, el crecimiento.

Hoy, esos mismos sectores que descalificaban ayer todo lo que sonara a “ecologista” han tenido que tomar conciencia que los seres humanos estamos destruyendo el medio ambiente de manera alarmante.

Algunos gobiernos se apresuran a tomar medidas. Otros (EEUU y China), justamente los mayores responsables de la destrucción del medio ambiente, esperan que sean los otros quienes tomen las medidas necesarias.



Usted y yo amigos lectores, no imitemos ni al gobierno de EEUU ni al de China ni a los gobernantes e industriales en general.

-En nuestra manos está no gastar agua innecesariamente.

-En nuestras manos está no gastar energía innecesariamente: electricidad, gasolina, gas, etc.

-Está en nuestras manos reciclar y exigir el reciclaje a nuestras municipalidades.

-En nuestras manos está el racionalizar nuestro consumo, evitando además excesivos deshechos.

-En nuestras manos está exigir a gobiernos e industriales a proteger el medio ambiente.

Estimados padres, abuelos, profesores, niños, no podemos decir que ignoramos la influencia de nuestra actividad humana en el medio ambiente. Somos más de 7.000.000.000 de habitantes que podemos velar por nuestro futuro. No esperemos las soluciones globales de gobiernos ni industriales. Comencemos o continuemos nosotros.

De otra manera no habrá FUTURO. Tan simple y trágico como eso: SE NOS ESTÁ ACABANDO EL FUTURO, a padres, niños, abuelos; a millonarios, pobres y medio pelo.




lunes, 5 de mayo de 2014

LA EXTINCIÓN DE LAS LUCIÉRNAGAS




Qué similar parece ser la historia de hoy con los “Imperios” de ayer: el antiguo Egipto, la fabulosa Mesopotamia, la mítica Babilonia; el Imperio Asirio, el Persa, el romano, etc., etc.

Y qué similar también resulta la historia del Poder que ha sustentado esos imperios. Si actualmente leemos o vemos una noticia de cualquiera de las agencias internacionales, o leemos un diario principal de cualquier país que esté incidiendo en la política internacional, y luego tomamos al azar un fragmento de historia antigua, sea de los persas, los romanos; o quizás fragmentos de la corona española del S. XVI, o del Imperio Británico, en fin, ¡qué similitud tan extraordinaria entre el ayer y el día de hoy!

Los argumentos de legitimidad de los imperios y/o colonialismos de ayer son tan parecidos a los que esgrimen actualmente las potencias mundiales cuando invaden otro país o intentan su desestabilización, que ya nadie cree en dichas justificaciones.

Sin embargo, eso ya no preocupa a quienes detentan el Poder. Saben que cuentan con nuestra mansedumbre: alguna declaración formal en Naciones Unidas; en el mejor de los casos, otra declaración también formal de algún gobierno, “y a otra cosa mariposa”.

Es lamentable, pero al parecer se han ido extinguiendo los tiempos de las protestas callejeras a favor de Vietnam, y más aún, pasaron los tiempos en que el romántico Centro de Alumnos del Liceo número 5 le enviaba un telegrama al presidente Nixon: “Señor Nixon dos puntos estudiantes Liceo vigila atentamente sus acciones punto Firmado dos puntos Centro Alumnos Liceo número 5”…



Ya no hay desfiles de banderas y estandartes denunciando la invasión en Praga o protestando en contra del “imperialismo yanqui” por la enésima imposición de un Dictador en América Latina…

Hoy, los que todavía protestan, lo hacen por lo suyo. Ya no hay luchas solidarias. La mayoría son protestas reivindicativas o sectoriales, necesarias y justas, sin duda.

De manera que cuando en algún punto de este globo un grupo humano levanta su voz y sus banderas por aquellos que existen más allá de su entorno social o laboral; por aquellos que tal vez todavía manifiestan sus aspiraciones legítimas de independencia; o por aquellos otros que son avasallados en su propio territorio, construyendo viviendas en casa ajena; en fin, cuando algún grupo humano protesta y denuncia a los que aún declaran guerras religiosas como pretexto para detentar el Poder, masacrando y encarcelando a sus contrarios…

Cuando eso sucede, son como luces de esperanza…, como luciérnagas que alumbran la noche oscura…



Mientras tanto, en el ámbito nacional de cada uno, seguiremos escuchando la monserga del gobierno de turno, diciéndonos que “debemos sacrificarnos para crear el crecimiento y la riqueza que traerá el bienestar a nuestras familias y a nuestro país”.

Y también en este caso, contarán con nuestra mansedumbre.


jueves, 1 de mayo de 2014

¿PLACER Y TRABAJO?





He felicitado calurosamente la incorporación de SIDARTE (Sindicato Interempresa de Actores de Chile) en la CUT, porque ese hecho explicita una vez más y oficialmente, que los actores somos “Trabajadores” ante la Ley de la República.

Lo que acabo de decir parecerá una obviedad para muchos, sin embargo, no para todos.

Un botón de muestra: aunque la anécdota que contaré sucedió por allá por la década del 60 en una provincia chilena, no me extrañaría que en la actualidad todavía dicha anécdota tenga vigencia en diversos sectores sociales de mi país.

Sucedió que en aquellos años el grupo de teatro profesional de la Universidad de Concepción (TUC), solía hacer giras de difusión teatral por las provincias sureñas. Los actores solíamos hospedarnos en los hogares que colaboraban en las actividades culturales de provincia.

Un mediodía, luego de haber representado la noche anterior la obra de teatro en aquel pueblo, un par de actores estábamos gozando de un suculento y delicioso almuerzo preparado por la dueña de casa en que pernoctábamos.

El anfitrión, un caballero bondadoso y simpático, después de invitarnos a un brindis nos preguntó, interesado:

-¿Y ustedes qué hacen?

Un instante de extrañeza en nosotros, y respondimos:

-¿Qué qué hacemos? Pues, lo de anoche en el teatro.

-Sí, sí, sí, ya…, eso estuvo muy bonito. Pero yo pregunto en qué “trabajan”.