martes, 25 de octubre de 2022

El alcalde de los dientes de oro. Conmigo esta vez desde el palco. Entrada de Begoña Zabala Aguirre

Fotografía de la red





Estábamos de gira por el sur de Chile con La Farsa del Caballero y La Muerte, obra de Nelson Villagra G. escrita en Décimas Campesinas ( octosílabos).
Cuando llegamos a la ciudad de cuyo nombre tampoco quiero acordarme nos recibió Gus el Secretario del Alcalde.
Gus presumía de abundante cabellera negra con patillas largas que peinaba con brillantina.
Tenía ojos pardos hundidos, nariz aguileña, boca de labios finos prácticamente inexistentes; detalles todos que pueden estar distorsionados por el tiempo transcurrido. No obstante recuerdo claramente su actitud servil, el modo relamido. Llevaba abotonado hasta arriba un abrigo gris oscuro largo debajo del cual los pantalones que asomaban dejaban al descubierto piernas velludas y calcetines de caña corta.
Una vez instalados en el hotel, siete de los ocho actores del elenco, fueron con él a tomar un aperitivo. Yo no tenía ganas quería llegar al teatro cuanto antes. Me senté tranquila en primera fila a repasar texto en silencio total. Hacía días que venía arrastrando gripes y afonías.
La Muerte, mi personaje de La Farsa, cantaba en escena a capella La Vie en Rose y era rapera.
No tenía la más remota idea de dónde iba a sacar energía para bailar ni la voz para trinar una hora más tarde. Pensando en todo ello estaba cuando apareció de la nada un joven atildado exigiendo más que invitando a que le acompañara: Soy Agapito, mi dama, ayudante del Sr. Alcalde, y por deseo expreso de mi señor le transmito sus órdenes.
Muchas gracias Agapito, respondí, no puedo. Voy a quedarme donde estoy.
El chico puso cara de incrédulo y salió regresando al poco tiempo muy sofocado.
Dice mi jefe que le diga a usted, mi dama, que le molesta su desatención.
Qué le vamos a hacer. No voy a ir. Lo siento Agapito.
¡ Pero mi dama !
Estaba hasta más arriba de la coronilla y lo único que pretendía era que me dejaran en paz.
Al fin llegó la hora de la función. El teatro estaba lleno a pesar de la noche inclemente.
No sabría decir de qué profundidades apareció la voz que me permitió gorgojear.
Recuerdo bien los aplausos al final de la función. En pie. Éxito clamoroso.
En el foyer nos esperaban las autoridades e ilustres personajes de la ciudad para felicitarnos. Después nos invitaron a cenar.
En el comedor había una mesa estrecha, larga de mantel blanco, vajilla blanca, flores blancas; todo blanco sobre paredes blancas, luz blanca. No había cuadros ni adornos.
Allí ví al famoso alcalde. Era un hombre corpulento de cara aborrajada, ojos saltones, modales bruscos. Se sentó el primero a presidir la mesa con Nelson a su derecha. El secretario distribuyó a los demás invitados. A un chasquido de dedos dirigidos al cmarero empezaron a sobrevolar por encima de nuestras cabezas fuentes y más fuentes de empanadas: Empanadas fritas, al horno, con queso, sin queso, de carne, de marisco. Empanadas grandes, pequeñas, medianas, enormes, a destajo.
El alcalde engullía, cantaba, bebía; se emocionaba escuchándose. Me fijé que apenas se le veían los dientes al hablar o yantar, como si tuviera la boca vacía y de ella saliera un resplandor. Intrigada a más no poder miré a Nelson que me guiñó el ojo. En ese momento hubiese preferido abandonar el ágape, aceptar la galante invitación de mi seductor compañero y dedicarnos al arte de amar. Sumida en cambio en la aburrición no puse ningún interés cuando el alcalde haciendo alarde de experto jugador de rayuela lanzó una empanada que cayó justo justo en el plato y me espabiló de repente.
Estoy poco acostumbrada a ese tipo de lanzamientos..
Así que a usted tampoco le gustan las empanadas, exclamó el anfitrión - buena cosa...
A mi dama no le gustan las empanadas, no le gustan los aperitivos, no le gusta nada...
¿ Le gusta Chile a mi dama?
¡Buaf! qué mal rollo -pensé- qué mal rollo. Y no le hice caso.
Coma lo que le he servido: insistió el exquisito.
No me apetece, respondí controlando el impulso fuerte de levantarme y estrellar la fuente de empanadas en la cara del alcalde. En su lugar le dije casi en sotto voce estilo vertical y cosmopolita.


No
me
apetece


El alcalde se puso rojo, morado y al final verde hoja.
Abriendo completamente las fauces emitió un extraño gruñido parecido al grito de Johnny Weismuller en Tarzán de los monos.
Tanto vociferó que se le descoyuntaron las mandíbulas.
El secretario consternado llamó a la ambulancia.
Me asomé entonces a las fauces del cavernícola que no podía cerrar la boca.
Vi ¡oh St. Antoine de Exupéry! que tenía la dentadura de oro. Entera de oro. Oro macizo y reluciente.
El resplandor.
Como el diablo.
Toda semejanza con la realidad es pura y simple coincidencia.
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“LOS PILARES DE LA CREACIÓN”

de la red 





En la actualidad, cualquier niño sabe o puede ver, que vivimos sobre un pequeñísimo peñasco, redondo y azul, que llamamos Planeta Tierra. Vivimos en un barrio periférico de una periférica Galaxia, situada entre millones y millones de otras como ella.
Los astrofísicos dicen que nuestro peñasco, luego de unas cuantas semanitas astrológicas se llenó de agua, y patatín patatán..., pudimos existir junto con el resto de la Naturaleza, patatín patatán, y aquí estamos, la mayoría, convencidos que la creación duró 7 días.
Otros, que se creen más avispados, piensan que la creación no ha terminado, que, en realidad, estaríamos en medio de ella, para lo cual aportan pruebas de sus experimentos, agregando fotos y videos captados por telescopios de alta tecnología que nos permiten observar el nacimiento de nuevas estrellas, galaxias, cambios en los planetas más cercanos, etc., etc., y, sobre todo, nos permiten constatar que vivimos en medio del infinito... y “que nada permanece, todo cambia”, como dijo el viejaño aquel...
A mi edad, no tiene sentido meterme en la polémica de si alguien nos creó, o fueron las leyes de la naturaleza, tal como lo explica la ciencia. Cada uno con su cada uno.
Eso sí, me agarro a la idea de que la creación no ha terminado, porque entonces..., entonces..., tal vez... – hombre ingenuo –, nuestra convivencia humana aún podría ser corregida, cumpliéndose quizás aquello del bien intencionado: amaos los unos a los otros.

“OTOÑADAS”


fotografía de Nelson Villagra G.





Me hubiera gustado saber dibujar. Lamento no haber tenido la iniciativa para tomar un curso de Dibujo, sin mayor ambición que dibujar a los míos. Es de agradecer la fotografía, sin duda, pero tal vez el dibujo tiene algo más cálido, más personal. Y me refiero al dibujo de lápiz y papel. La pintura es otro cuento.
Tener un dibujo de don Esterio, allá, en los alrededores del Carmen (Ñuble), cosechando papas...; o a doña Rosalba, recogiendo albahaca en su huerta... Personajes, paisajes de mi infancia y adolescencia... Debo reconocer que soy un inútil dibujando.
Como actor, sin embargo, fui capaz de configurar caracteres, sirviéndome de mí mismo. Me pregunto, si la creación de un personaje teatral o cinematográfico podría tener alguna relación con el dibujo... Quizás... Si ambas disciplinas, crean un carácter y provocan una emoción... En fin...
De vez en cuando, recibo la visita de los personajes que interpreté en el cine o el teatro. ¿Le sucederá lo mismo al poeta, o escritor, al pintor, escultor, etc.? ¿Recordarán la emoción de los momentos en que crearon esto o aquello? Nunca le pregunté a los amigos artistas.
En mi caso, algunas visitas son recibidas con agrado, a otras, intento impedirles que nuevamente se inmiscuyan en mi intimidad. Rechazo inútil: la autonomía de la memoria es más fuerte que mi voluntad.
Y ahí me dejan, atrapado en la ambivalencia que me provoca mi propia creación. Mi creación, sí, porque el Autor es creador del texto, de la historia, de los hechos; pero del Modo, de la Emoción, de la “Encarnación” de la historia, en definitiva, de la creación del Personaje, es tarea mía, del Actor.

jueves, 6 de octubre de 2022

AGRADECIDO DE LA INOCENCIA

Ardilla subida en su arce y posando para Nelson




Muchos pensarán que, tal cómo está el mundanal ruido, no vale la pena que les cuente que ayer, en mi acostumbrada caminata por la ribera del río Saint Laurent, me crucé o se cruzaron en mi camino, un número inusual de ardillas: seis o siete correteaban por el césped de los jardines, demostrando luego su envidiable habilidad para moverse entre las ramas de los árboles. Algunas de ellas, descaradas, o más valientes, esperaban agazapadas la posibilidad que le lanzara una semilla o algún insecto de su predilección.
Sin duda, ellas son anunciadoras del otoño, para mí, la estación más hermosa del Québec.
Las ardillas me alivianan el alma. Un estado similar que me provocaba mi trabajo de actor cuando comenzaba la creación de un personaje: inocencia alerta. Inocencia que poco a poco se iba tiñendo con la complejidad emocional del personaje.
Pero a las ardillas les atribuyo que conservan su inocencia alerta, aunque seguramente con su corazoncito latiendo más rápido ante la incertidumbre que les provoca este caminante...
De regreso a casa, vine murmurando aquellos versos de Fray Luis de León: “¡Qué descansada vida/la del que huye del mundanal ruïdo,/y sigue la escondida/senda, por donde han ido/los pocos sabios que en el mundo han sido;”

LIBRES DEL CONTAGIO




collage casero con la Flor de Lys y un banco de la terraza nuestra





Este 3 de Octubre 2022 fue día de elecciones generales en el Québec. Aquí, en Vaudreuil-Dorion, la villa en donde vivimos, nos acercamos a los 40.000 habitantes. El local de votación nos queda a dos cuadras de casa.
Las Vaudreuilloise-Dorionnaise y Vaudreuillois-Dorionnais, hemos cumplido con nuestro acto cívico en una tranquilidad y confianza mutua entre ciudadanos, que resulta una completa utopía si lo comparamos con la “revoltura” del mundo actual.
Y tal vez, aparte de la guerra en Ucrania y otros conflictos internacionales, son nuestros vecinos norteamericanos quienes más colaboran con esa revoltura, al punto que ni siquiera se puede asegurar si se realizarán las elecciones primarias que ellos tienen a principios de noviembre: la sombra de una autarquía facista pareciera ganar terreno día a día (un huracán mucho más destructivo).
A propósito, mientras esperaba mi turno para marcar el voto, recordaba una excelente serie de televisión que acabo de ver en Amazon, sobre una novela de autora canadiense, Margaret Atwood ('Handmaid's Tale'), El Cuento de la Sirvienta.
La serie pareciera una “premonición”, de lo que pudiera suceder en EEUU...
Pensaba en el local de votación, y pienso: ¿En el Québec, estaremos siempre libres de ese contagio?

domingo, 2 de octubre de 2022

ROMANCE DE LA PLUMA Y EL PAPEL


de la red, escribiendo 
 




Ya no recuerdo cuántos años hace que escribí la última carta de “puño y letra”. La máquina de escribir, el teléfono, el correo electrónico y finalmente el “whatsapp” y el celular, acabaron con la cálida conexión que mis sentimientos establecían entre la pluma y la hoja en blanco. Creo que, coincidentemente, fue a Begoña a quien escribí la última carta, hace ya muchos años...
No voy a negar que la tecnología actual, permite la inmediatez de la expresión del sentimiento, o la información necesaria.
Pero qué quieren que les diga: como a muchos de mi edad, pienso, o más bien siento, que aquello de la pluma y el papel, creaba un momento de cálida inquietud, debido seguramente, al tiempo que pasaría antes que tu sentimiento llegara hasta la persona requerida, o amada. Mientras escribías, te invadía una dulce angustia a la espera de la respuesta...
Y qué decir de aquellas o aquellos que se atrevieron a escribir una carta “tentativa”, buscando reciprocidad de sentimientos. El tiempo de la respuesta... ¡ay corazón!..., el tiempo de la respuesta ...
No dudo que, para mucha gente, un encuentro en zoom puede ser altamente conmovedor.
Para mí, sin embargo, nunca será igual que la anhelante espera que sufrías esperando la carta de tu amada...

PARA TODOS LOS GUSTOS










Amigas y amigos, me resultó revelador ver la realidad desde una pecera. De acuerdo con el modelo que fue capaz de construir mi cerebro de pez, percibí que en varias partes del mundo caminan hacia el oscurantismo. Tal vez sean las malas “vibras” que despide una parte importante de peces norteamericanos, quienes caminan hacia la Edad Media. Eso, a pesar de que allí se distinguen claramente muchos peces dedicados a las ciencias, a las artes, etc. Y los peces femeninos defienden fervientemente sus atropellados derechos.
Luego, en otras peceras, atravesando mares y cordilleras, como siempre, es el colectivo el que falla. Los peces se comportan como si no fuesen de la misma especie. Lo digo, porque, individualmente, hay muchos peces generosos, solidarios, inteligentes, y éstos, me hacen sentir orgulloso y agradecido de la Naturaleza, quien decidiera sacarnos del Mar para llenar este planeta Tierra.
Si existe la realidad objetiva que perciben mis sentidos de pez, es algo que hasta el presente se discute. Hay quienes creen que solo somos imaginación.
David Hume, decía en el siglo XVIII: “A pesar de que no tenemos garantías racionales para creer en una realidad objetiva, no nos queda otra opción sino actuar como si dicha realidad fuera verdadera”. Al menos, para cruzar la calle, yo recomendaría recordar a Hume.

sábado, 24 de septiembre de 2022

¿QUÉ ES LA REALIDAD?









“La realidad está caótica”, comentaba un periodista esta mañana. Y la verdad, leyendo su propio comentario, y las diversas informaciones nacionales e internacionales, me molestaba encontrarle razón. Hemos llegado a un punto en que se permite deslizar la idea que en los conflictos bélicos actuales pudieran emplearse “armas nucleares”.
Todos sabemos que en una guerra nuclear no hay vencedores. Sin embargo, nadie se escandaliza. Tal vez porque ingenuamente suponemos que no llegarán a tal locura. “La realidadestá caótica”.
Recordé un entretenido libro del excelente divulgador científico, Stephen Hawking, quien escribiera “El Gran Diseño”, junto a otro brillante y joven físico, Leonard Mlodinow. En dicho libro el Capítulo 3 se titula ¿“Qué es la Realidad”?. Transcribo un párrafo: “HACE algunos años el ayuntamiento de Monza, en Italia, prohibió a los propietarios de animales domésticos tener pececitos de colores en peceras redondeadas. El promotor de esta medida la justificó diciendo que es cruel tener a un pez en una pecera con las paredes curvas porque, al mirar hacia fuera, tendría una imagen distorsionada de la realidad. Pero ¿cómo sabemos que nosotros tenemos la visión verdadera, no distorsionada, de la realidad? ¿No podría ser que nosotros mismos estuviéramos en el interior de una especie de pecera curvada y nuestra visión de la realidad estuviera distorsionada por una lente enorme? La visión de la realidad de los pececillos es diferente de la nuestra, pero ¿podemos asegurar que es menos real?”
Y ahí me quedé, amigas y amigos..., como decían en Chile: “tamboreando en un cacho”...
Mi imaginación, me ayudó a trabajar como actor durante 70 años, de manera que he decidido servirme de ella para meterme en una pecera curva (inapropiada, según he leído). En otra oportunidad les cuento cómo se ve la realidad desde una pecera curva. Saludos.

viernes, 23 de septiembre de 2022

BAILATE ESTA CUECA, PLATÓN

pinrura de la red






Que el cuerpo encierra el alma
caramba se tiene se tiene por concluido
caramba se tiene se tiene por concluido
Pero ella no está cautiva
caramba se escapa, se escapa por los sentidos
Caramba que el cuerpo
que el cuerpo encierra el alma
Lo atestigua el amor,
es tan humano,
y lo dicen los sueños,
caramba ven tan lejano
lo atestigua el amor
caramba es tan humano
Ven tan lejano sí,
será por eso,
que el hombre es libre
caramba aunque esté preso
El alma nadie la agarra
es libertaria.

lunes, 12 de septiembre de 2022

SI YO SUPIERA...


pintura de Roberto Matta




El rechazo a la Nueva Constitución en Chile no deja de sorprendernos. Y, claro, lejos de la realidad diaria que viven los chilenos, resulta difícil “meter la cuchara”. A mi juicio, la Constitución beneficiaba la ampliación de la democracia, otorgando derechos sociales, justamente a los sectores más necesitados, y ello, sin mayores perjuicios para los sectores enriquecidos. ¿Que en el Escritorio, y sobre todo, en la práctica, había que hacer correcciones?, por supuesto.
Luego del Rechazo, menudo lío el pensar:“¿y ahora qué?”.
La larga y delgada escalera que ha creado la dura estratificación que existe en mi país, permitirá que continúe reinando el mito: “el Patrón siempre tiene la razón”. El vendedor ambulante continuará identificándose con el Señor Empresario, y el portero del Banco con su Gerente. Jamás con el “rotaje”.
En la escalera, es habitual que cada uno sienta que está un peldaño más arriba que el otro. De manera que no es fácil unir la acción de los que necesitan derechos sociales elementales, en tanto teman que ello daña al Patrón, al Jefe, al “orden social”.
Obviamente, la respuesta emocional con acciones anárquicas no aportaría nada en la destrucción de la escalera en mi país. Tal vez sea una tarea cultural, larga y persistente, la que permita hermanarnos en una verdadera Nación.
«El que piensa que sabe, no sabe. El que sabe que no sabe, sabe”. Lao-Tse.

MÁS ALLÁ DE UNA PALABRA

imagen de la red





Los sectores conservadores chilenos pueden borrar las letras del APRUEBO, pero no pueden borrar el Sentimiento mayoritario, el Sentimiento que ha surgido desde el fondo de las aspiraciones mayoritarias, expresadas en la Nueva Constitución: un país digno para todos, incluso para los sediciosos opositores. Ese Sentimiento, dejará testimonio este 4 de septiembre votando mayoritariamente por el APRUEBO. Chile, tomad el futuro en vuestras manos.

EL HUMOR INTELIGENTE, UNA VIRTUD



imagen de la red






Buscando en la Red, informaciones sobre el “Creacionismo Científico”, me encontré con un “pdf” titulado “El Diario de Adán y Eva” (en español
), cuyo autor es nada menos que Mark Twain. Obviamente, no lo conocía. Ajeno a la polémica entre creacionismo y evolucionismo, Mark Twain, nos ofrece un entretenido libro, que a veces mueve a carcajadas, escapando inteligentemente de las implicaciones teológicas.
A quienes no conozcan el libro, se los recomiendo vivamente, convencido que durante su lectura gozaréis de buenos momentos.
Y, claro, debido al talento del autor, mujeres y hombres nos sentimos graciosamente aludidos en este Diario de Adán y Eva. Es parte de la entretención.

LAS MALAS COSTUMBRES SE PEGAN

pintura de Roberto Matta






Es un refrán que solían repetir las personas mayores durante mi infancia y adolescencia. Y miren por donde, resulta que tenían razón. Lo digo, a la luz del pernicioso contagio del uso de armas de fuego que desde los EEUU está llegando a Montréal, evidentemente de manera ilegal. Aún resulta sorprendente informarnos que la criminalidad vía armas de fuego se ha convertido en un hecho frecuente en Montréal y alrededores. Y el tráfico de armas a través de la frontera norteamericana es actualmente un pingüe negocio, no sólo para los delincuentes habituales, sino que se han incorporado nuevos “comerciantes”.
Y no creo estar equivocado, pensando en que usted, viviendo en una ciudad lejos de los EEUU, seguramente también es testigo del aumento de la delincuencia en su país. Cualquiera saca revólver o pistola hoy día, asaltar con cuchillo o navaja, “es cosa de rotos”.
Al parecer, no solo la pobreza o el abandono social estimula la delincuencia. Supongo que será quizás, sobre todo, la pérdida de la esperanza colectiva, y no necesariamente única. Es demasiado evidente el enriquecimiento ilegítimo de unos pocos a costa de los muchos.
¿Emergerá quizás una nueva generación capaz de restablecer la esperanza como afán colectivo?
Finalmente me pregunto, ¿algo de esto concierne también a los políticos?

domingo, 11 de septiembre de 2022

APRUEBO, NO ES EL FINAL, ES EL COMIENZO.









La Nueva Constitución en Chile que se plebiscitará el próximo 4 de septiembre, esperamos que cuente con el voto de Apruebo de quienes tienen la convicción que estarán votando a favor de un País plurinacional y más digno. Deseamos que sea la gran mayoría.
La campaña de mentiras que ha difundido la Derecha en contra de la Nueva Constitución no ha tenido otro fin que defender sus codiciosos y egoístas intereses. Intereses de enriquecimiento desmesurado que ha impedido a las grandes mayorías el acceso a sus derechos a la salud, educación, vivienda y salario digno, entre otros muchos.
La Nueva Constitución no contiene una revolución, sino una mayor participación, simplemente rescata los derechos sociales que les han sido arrebatados a las grandes mayorías. Mayorías que, a mi juicio, deberán organizarse para implementar la Nueva Constitución, que, a no dudar, contará con el boicot y oposición permanente de la atávica ultraderecha chilena.
El triunfo del Apruebo será así, no el final, sino el comienzo de un sostenido trabajo de la convicción organizada.

INTERRUPCIÓN DEL TIEMPO





No sé si será habitual, pero mientras más avanzo en edad, la memoria retrocede con más porfía: mi infancia, la de mis hijos, y la infancia de mis nietos, cada día se hace más nítida en mi recuerdo.
Mis nietos Lander, Eneko, Kai, Aiala y Maider (por orden de aparición), tuvieron la suerte de nacer cuando la posibilidad de dejar un testimonio fotográfico es tan simple como hacer clic en el teléfono celular. Sin embargo, durante mi infancia, ya saben, había que disponer de una cámara, un “rollo” de película y un especialista en el “revelado” (Estudio Fotográfico).
Pero, claro, la fotografía es una brevísima “interrupción”, el tiempo sigue su marcha inexorable. Situación que provoca un doble efecto: ilusión y angustia: quisieras que la interrupción detuviera el tiempo.
Mi nieto mayor, Lander, que vive en Brighton, Inglaterra, hace pocos días me envió la lectura de un fragmento de “El Viejo y el Mar” (Hemingway) para saludar mi cumpleaños. Lógicamente lo leyó en inglés, su lengua.
Pero amigas y amigos, Lander, además de haber alcanzado un tamaño de gigante – casi dos metros – tiene una voz tan profunda que resulta imposible reconocerle. Porque, claro, mi memoria insiste en la “interrupción del tiempo”: él y yo, intentando hacer una pizza en aquel entonces.
Mi corazón se confunde, porque ayer cuando le abrazaba, Lander apoyaba su cabecita en mí a la altura del estómago. Sin embargo, la última vez que le abracé, mi cabeza se posó en su pecho. Su voz resonó en mi oído: “Te quiero, aitxitxe”.
Algo similar ocurre con mi hijo menor, Álvaro, un hombre canoso, barbado, quien vive en México con su esposa. Al menos, es alentador que no me llame padre ni papá, sino “Puro” (expresión cubana), y me deja contento.

OH, EL ESPÍRITU.

Mary Baker





Stefan Zweig, como muchos saben, fue un prolífico, talentoso y múltiple escritor, nacido en Viena (Imperio austrohúngaro) en 1881.
Yo no conocía sus tres magníficas biografías de Franz Mesmer, hipnotista del siglo XVIII, Mary Baker Eddy, fundadora de la Ciencia Cristiana, y Sigmund Freud, padre del psicoanálisis. Las tres, bajo el título “Curación del Espíritu”.
Me ha dejado impactado el personaje de Mary Baker. Stefan Zweig, cuenta la vida de ella convirtiéndola en un formidable personaje de novela.
Zweig, tiene otras dos biografías de personajes femeninos que le han otorgado su bien merecida fama. Sin embargo, ésta, de Mary Baker, norteamericana, no desmerece ante ellas. Una mujer que se mueve entre el interés pecuniario y su misión espiritual, con una personalidad obsesiva, angustiante, paradojalmente solitaria.
La egolatría y el narcisismo siempre son ingredientes que aportan un “plus” a los personajes reales o de ficción. Sean sus acciones admirables o detestables, los ingredientes mencionados aportan a esos personajes una fuerza de voluntad singular. En el caso de Mary Baker, su contradictoria conducta la enfrenta a violentas crisis emocionales y físicas. ¿Qué habría dicho Freud? Ante la angustiosa soledad de Mary Baker, su “misión” es el refugio. Allí donde otros seres humanos se derrumban, Mary Baker, sale fortalecida. Generosa, egoísta, convencida que su razón es la única válida..., no son pocas las víctimas que deja su carácter. Pese a ello, llega a la vejez santificada por sus fieles. Mary Baker, descrita por Zweig, es un personaje femenino apasionante

miércoles, 10 de agosto de 2022

TE ABRAZO EN MI CORAZÓN

Inolvidable María de las Nieves, me sorprendo a mí mismo recordando tu cumpleaños hoy, 5 de agosto. No te imaginas cuánto agradezco el cariño que como madre me prodigaste.
Esa seguridad emocional, me ha servido para toda la vida.
Y he decidido poner esta foto tuya, porque fueron los tiempos en que enamoraste a mi padre, y cómo no...
Te abrazo en mi corazón.







martes, 26 de julio de 2022

EMOCIÓN INTRANSFERIBLE

Nelson Villagra, José Ignacio García y Begoña Zabala Aguirre  en ,

La Amante Inglesa, de Marguerite Duras , dirección de Jaime Siva, 

Y Ópera Inmóvil de  Jorge Díaz, dirección de Nelson Villagra G.

Teatro  El Conventillo . Santiago de Chile .  Año 2000





Que el Arte Teatral sea efímero le otorga una cualidad trascendente. Como espectadores, en estricto rigor, nunca veremos el mismo espectáculo dos veces. Entre una función y otra, siempre captaremos nuevos matices, mejores o peores. La interrelación emocional de la actriz o del actor con los espectadores, es única, irrepetible, misteriosa, difícil de explicar.
Al mismo tiempo, a los espectadores tampoco les será fácil transmitir, explicar la emoción vivida durante el espectáculo. Actores, técnicos y espectadores, formamos parte del Arte Teatral.
Junto con Bego, realizamos varios montajes teatrales en Chile entre 1997-2004. Nos resultó sorprendente la recepción elogiosa que tuvimos por parte de los espectadores y la crítica especializada. Bego, como actriz extranjera, pasó brillantemente la prueba, imponiendo su calidad artística, comenzando con El Señor de las Luces – de mi autoría -, en La Amante Inglesa, de la autora francesa, Marguerite Duras, dirigida por Jaime Silva. Y con el mismo director, la obra minimalista de Samuel Beckett (Rockaby). Además (Ópera Inmóvil), bajo mi dirección, del autor chileno Jorge Díaz, y en un “divertimento teatral” en versos de mi autoría, La Farsa del Caballero y la Muerte.
Si todas las actuaciones de Bego fueron brillantes, quizás, fue el personaje de La Amante Inglesa – Claire – quien le permitió desplegar aún más ampliamente su magnífico talento de actriz. Me atrevo a decirlo, porque lo confirmaron, primero, los espectadores, y luego la crítica especializada: “Tampoco está en discusión el manejo actoral de Nelson Villagra (Pierre), ni la sólida y sorprendente labor escénica de Begoña Zabala (Claire), la actriz vasca que comienza a darse a conocer en las salas santiaguinas” (diario La Tercera). “Ciertamente es una obra en extremo dura, seca y cruel, cuya teatralidad escueta radica fundamentalmente en el trabajo actoral. Nelson Villagra y la actriz Begoña Zabala con actuaciones de gran exigencia, tienen desempeños brillantes”, (El Mercurio).
Y sin embargo..., y sin embargo... Lo he dicho: el Arte Teatral es efímero... Toda esa emoción que he descrito durante nuestras presentaciones en Chile, los elogios, toda esa maravillosa experiencia estética, solo ha quedado en la memoria del instante..., irrepetible e intransferible.

EXCITACIONES DEL ALMA









Nelson Villagra G.   El Señor de las Luces 








Los comentarios entusiastas que ha merecido la inserción de la película El Regalo en mi página de Facebook, me alegran una vez más, en tanto miembro del equipo artístico y técnico del film. Vuestros comentarios me han resultado como renovados aplausos, y en Chile los he recibido personalmente en variadas ocasiones.
A propósito, nunca se me ocurrió grabar los aplausos, digo, tenerlos hoy, como se guardan las fotos o la esquela de felicitación. Sería tema para un cuento o novela: “El viejo actor, tendido en el sofá de su despacho, mientras recordaba sus actuaciones pasadas, miraba la foto de El Señor de las Luces, escuchando además los cálidos aplausos que su actuación había provocado. Su ego, se hinchaba hasta ahogarlo, latiendo más fuerte que su propio corazón...”. ¡Gau!, menos mal que nunca se me ocurrió tal idea.
“El Señor de las Luces”, fue la obra de mi autoría con la que regresé a Chile desde mi exilio, luego de 15 años. Fue gracias al Plebiscito de 1988 que la dictadura hubo de permitirnos la entrada a los últimos 100 que estábamos impedidos de hacerlo. De tal manera que lo hice en 1989, y con una obra de teatro.
Pero volvamos a los aplausos. En la noche del estreno de la obra mencionada, cuando mi personaje – Le Savant -, entró a escena, los espectadores rompieron en un caluroso y prolongado aplauso, saludando mi regreso al país.
Amigas, amigos..., la sorpresa y emoción que me provocó aquel gesto del público está más allá de las palabras... Felizmente, mi personaje hacía su entrada a escena sentado en una silla de ruedas... No sé qué habría sucedido si hubiera ingresado caminando.
Bego, quien me acompañaba como actriz, se aferraba a las cortinas entre bambalinas, emocionada. Ambos sabíamos lo significante de aquellos aplausos..., inolvidables...
Desde aquí, desde Vaudreuil-Dorion, si alguien que hoy lee estas líneas, fuera, además, uno de aquellos espectadores, las ondas energéticas que excitan mi alma con este recuerdo le darán a ella o él, un fuerte y caluroso abrazo. Gracias a todos.