miércoles, 17 de enero de 2024

¿MI DESTINO O MI ELECCIÓN?


de la red






Mirando la blancura de la nieve recordé que un amigo, talentoso autor y director teatral, afirmaba que “todos venimos a este mundo con un guion debajo del brazo”: nuestro Destino. Siempre lo decía con un tonito irónico, y nunca supe si lo expresaba seriamente.
Hoy, mirando la nieve, la ociosidad me permite preguntarme cómo manejarían su vida cotidiana quienes pensaran seriamente que somos “juguetes del Destino”. Y no me refiero a las minucias cotidianas: “hoy me apetece comer una manzana” (dejo tranquilo a los filósofos que se han molido los sesos desde muy antiguo al respecto). Solo pretendo divagar entre serio y broma, recordando la frase de mi amigo.
Entonces, me digo, cuando decidí estudiar esto o lo otro, cuando comencé a trabajar (¿fue mi decisión, un asunto vocacional o de sobrevivencia?), etc.
Aquel amigo se casó, tuvo más hijos varones que mujeres; se divorció tres veces. Este otro u otra, vivió feliz en su único matrimonio durante 60 años... En fin, ¿todo lo que nos pasa en la vida está escrito, nuestro Destino nos lleva y nos trae como un bote sin velas ni remos?
Tengo los años suficientes para hacer un primer resumen de mi vida, ¿y entonces qué? Aquel día que pensando en “to be or not to be” tomé una de las dos opciones, ¿fue mi decisión o fue mi Destino? (Alma coqueta, no me digas nada, no te sacias de vivir de cuerpo en cuerpo a través de las edades...)
A ver a ver..., entonces, ¿naceríamos destinados al Paraíso o al Infierno? Destinados a ser buenas personas o cabrones. De éstos, hay varios últimamente, sobre todo aspirantes al Poder. Utilizar el Destino como una fatalidad ha sido aprovechado a lo largo de la Historia para cometer las peores atrocidades por autoritarismos y designios divinos. Tenemos un claro ejemplo en el presente.
Los cristianos nos lanzan una tabla en medio de la tempestad: el libre albedrío....
Dadas las circunstancias, es como para pensarlo, es más humano... que “la fatalidad del guion debajo del brazo”.
En fin, por lo visto, mirar la nieve demasiado tiempo, no es recomendable, derrite los sesos ... lo visto, mirar la nieve demasiado tiempo, no es recomendable, derrite los sesos...