de Miguel Ángel |
Casi siempre que estoy en medio e la lectura de las noticias nacionales e internacionales me pregunto qué sentido tiene lo que estoy haciendo. La política, la economía, las guerras y conflictos sociales ocupan los titulares más destacados. ¿Esto es lo que somos?
De los avances de la medicina, o de las ciencias en general, de los eventos culturales, del arte y sus artistas, de las personas ocupadas en la protección del medioambiente, en la protección de la infancia desvalida -pese a las riquezas-, de todo eso, quizás buscando con lupa, podemos encontrar en un rinconcito del periódico una referencia al respecto.
A pesar de todo, defiendo mi derecho al optimismo. Sin desconocer que lo negativo quizás sea preponderante en el mundo actual, no es menos cierto que hay miles de organizaciones, instituciones, y/o seres humanos individuales, que diariamente realizan obras positivas para la humanidad...
Por ejemplo, el arte y sus artistas son más necesarios que nunca para preservar la capacidad de emoción en los seres humanos, algo que pareciera sin importancia. Sin embargo, la emoción preserva la “humanidad” del ser humano, la emoción es imprescindible para preservar el sentido y singularidad de nuestra existencia..., y quizás, para salvaguardar nuestra inocencia..