Supongo, ha sido mi subconsciente que ha venido en mi ayuda, trayendo a mi memoria recuerdos que me hacen alejarme de la estúpida y trágica realidad internacional que estamos viviendo.
Me he reído de mi mismo, acordándome de una anécdota que me sucedió en los inicios de mi vida artística. Me había incorporado recientemente a Radiodifusión Cultural de Chillán, dirigido por quien fuera mi maestro, Ciro Vargas Mellado. Transmitíamos un programa cultural de una hora todos los domingos a la noche en Radio La Discusión de la ciudad. Además de las informaciones culturales nacionales e internacionales, radio teatralizábamos cuentos de la literatura nacional e internacional. Y entre esos cuentos un x domingo se eligió un conocido cuento del norteamericano Edgar Allan Poe, titulado “La Pata de Mono”. Como muchos de los cuentos de Poe, éste también era de misterio y de miedo. Todos estábamos entusiasmados con la elección, porque era seguro que esa noche tendríamos muchos auditores. Tres o cuatro días antes habían publicitado la transmisión del cuento para el domingo. Y oh, suerte mía! Me habían designado como el locutor que anunciaría el título del cuento, La Pata de Mono. Me sentía orgulloso de esa responsabilidad. Me hicieron ensayar cuatro veces, debía decir con voz lenta y misteriosa: La Para de Mono... “Perfecto, muy bien, muy bien, Nelson”, me dijo Ciro, mi maestro en los ensayos.
Y bien, llegó el domingo a las 9 y media de la noche, y comienza el programa directamente al aire (aún no se grababan los programas). Suena la música característica del programa y mi compañero locutor dice “Radiodifusión Cultural comienza su programa. Esta noche se complace en presentar un programa de misterio sobre el cuento de Edgard Allan Poe... tatatán... música misteriosa y el Técnico me hace la señal de entrada y digo....: LA PATA... DE PALO... Quedan dos segundos de silencio... todos los compañeros se miran... no lo pueden creer.... yo tampoco. Ya ha salido al aire La Pata de Palo, no LA PATA DE MONO....
Qué quieren que les diga. Fui motivo de risas durante un par de semanas por mis compañeros.