martes, 28 de octubre de 2014

CONFESIÓN

Roberto Matta, Fractaldementia



Confiésote, Chile, que hoy no sé cómo mirarte. Me tienes tan confundido. Como si un día mi generoso y bondadoso padre se hubiese transformado en un señor extranjero sin nombre y apellido.

Si estuviera residiendo en tu regazo sería como estar montado en una "montaña rusa", sobre un carrusel loco del cual se ha perdido el control.

Si viviera en tu casa, sería como vivir en una iglesia sin pastor y con santos tapados.

Confiésote, Chile, que todos los días intento olvidarte, pero igual que en los boleros "olvidarte es imposible"...

Busco y rebusco en tu Historia, lejana, reciente... Busco y rebusco en las informaciones de actualidad, en las declaraciones de diversos personeros del poder económico, político, pero hasta las mejores intenciones son desmentidas a diario por los hechos "los porfiados hechos"...

Desgraciadamente no soy Moisés para abrir el Océano y ver qué hay debajo de las aguas...

Me temo que es preferible ignorar qué te espera, Chile, detrás del horizonte...

Confiésote, Padre y Madre, que cada vez que he entrado en tus bosques he encontrado, pese a todo, unas cuantas ramas sanas  a las que asirme. No sé si ellas bastarán para salvarte del nuevo abismo al que se dirige tu carrusel...


Ignoro si seguirás escribiendo una tragicomedia o definitivamente una tragedia. Hoy las estrellas ya no sirven para descifrar nuestro destino, más bien nos advierten que son las leyes innatas y primigenias las que dan forma a nuestra vida...., o la destruyen...