PAJARILLOS EXPROPIADOS
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Queens Park, Brighton UK |
Como actor siempre me ha interesado no sólo la naturaleza humana sino la Naturaleza, que ha impulsado y estimulado mi imaginación artística que es el resultado de ignoradas interacciones.
Y aunque durante varios años busqué explicaciones y quise convencerme que el diseño de mis diversos personajes derivaba de argumentaciones racionales, de mi intento de crearles una estructura sicológica, hoy pienso que "sólo sé que nada sé". En definitiva, todos surgieron de una zona oscura, indescifrable.
De este modo, sucede que los añosos árboles de Queens Park en Brighton me hablan en su lenguaje - igual que en mi infancia cuando mi padre me convencía de que los árboles le hablaban sobre mi. También me hablan hoy las gaviotas, patos, palomas y gansos del Parque.
Hace años que me es difícil distinguir con claridad la diferencia entre la estructura social de las aves, los árboles y la de los Hombres.
Estamos en Septiembre. En Brighton caminamos hacia el Otoño. En Chile es el mes de la primavera. Aunque para miles de chilenos, desde hace ya 40 años, es una primavera pintada por Goya o quizás por Rembrandt, maestro del claro-oscuro.
En Queens Park, los Gansos son los amos y señores. Gordos y ampulosos, estos señorones se han adueñado de una isla en medio de la laguna observando el ajetreo del resto de las aves que vuelan incesantemente de un lado a otro buscando comida. Motivo de permanente discordia entre ellas.
Jerárquicamente, a los Gansos le siguen las gaviotas. Varias de ellas van uniformadas, casaca gris y pantalones blancos. Son las que imponen la ley a través de todos los prados espantando a gaviotas sin uniforme, a patos, palomas y a uno que otro pajarillo autóctono pero "expropiado". De ese modo los señores Gansos pueden reposar tranquilos en su isla lanzando roncos graznidos, signos de aprobación para sus huestes uniformadas.
Buscando saciar su apetito los poderosos Gansos usurpan cada día el territorio de las otras aves, alimentándose a sus anchas. Gaviotas y palomas les siguen a prudente distancia para recoger las sobras que estos caballeros van dejando sobre el césped. Los graznidos intermitentes y los vuelos rasantes de los uniformados advierten claramente que los Gansos, dueños y señores del lugar, están comiendo.
Los pajarillos autóctonos se resignan a mirar el banquete desde los árboles. Quizás al atardecer, cuando señores y guardianes duerman sus dulces sueños, ellos podrán picotear las sobras de las sobras..., en este Septiembre 2014...