No está demás recordar que el experimento que se ha hecho y se continuará haciendo con el impresionante acelerador de partículas (Large Hadron Collider), instalado en Ginebra, es posiblemente el experimento más trascendental que las ciencias de la Física hayan logrado hasta el momento.
Si habrá cabrones mañana, que se aprovecharán de los resultados de dichos experimentos para fines inconfesables…, seguramente. Como antes ha sucedido con otros. Pero eso no empequeñece la mancomunión de 10.000 científicos distribuidos en el mundo entero, aportando cada uno de ellos su granito de arena.
¿Qué me dice, si para combatir el hambre, las guerras, la injusticia social, el cuidado del medio ambiente, etc., contáramos con la misma voluntad y mancomunión de gobiernos, especialistas, etc., etc.?
Pero, por otra parte, los científicos – en muchos casos, con el apoyo de sus gobiernos, hay que decirlo -, han aportado su granito de arena en una investigación sobre una supuesta realidad física, que recuerda más bien la « nada ». Sí. Y la situación es tan loca, que tal vez se ratifique que LA NADA, no es la nada, es decir, que la Nada no existe. Aunque usted, sabe, la ciencia no hace afirmaciones definitivas.
¡Vaya!, permítame enfriar mi cabeza de neófito. ¿A quién se le ocurrió hablar de la nada?
Porque de la MATERIA y del ESPÍRITU – IDEA, la denominan otros - la historia está más clara. Vaya, si está clara. A propósito de tomar partido por una de esas dos percepciones, se ha divido la humanidad desde que nos bajamos del árbol. Nos hemos esclavizado, matado, quemado y masacrado a propósito de la Materia y del Espíritu. Al respecto hay bibliotecas que ocupan edificios enteros (pese a que varios de ellos han sido quemados o destruidos, resultado del desacuerdo).
Y héte aquí, que hace ya varias décadas que las Ciencias de la Física – la Física Cuántica, o Mecánica Ondulatoria -, se puede decir que están trabajando en el mundo del Espíritu, que es lo mismo que decir, en el mundo de la Materia (de las partículas), porque ésta, ha sido subdividida de tal manera que ya es algo intangible, « sólo es detectable por sus resultados », como el Espíritu.
Actualmente, para un neófito como yo, resulta difícil distinguir entre una y otro. Es decir, equivocado o no, me sigue bastando con la Materia.
Desde hace muchos años, yo me autodenomino materialista. ¿Pero sabe una cosa? Ruego a « todos los espíritus », que ojalá el infinito, nunca nos permita conocer el fondo de la realidad. Sería un aburrimiento angustioso « saber todo ». Sin la incertidumbre, la vida del hombre no es vida.
