lunes, 19 de febrero de 2024

¡EL REVOLVER ENVENENADO!

¡
La
Tennyson Ferrada   y  Jaime Vadell 



La anécdota que voy a contar solamente estará en la memoria de los espectadores que aun sobrevivan.
En 1959, existía en la Universidad de Concepción, Chile, un grupo profesional de actores. Entre los cuales estaba Tennyson Ferrada y Jaime Vadell, quienes posteriormente desarrollaron una magnífica labor profesional.
Ambos actores, en 1959 trabajaban en la puesta en escena de “Población Esperanza”, una obra muy divertida que se desarrollaba en una “población callampa” (en Chile, viviendas precarias, normalmente surgidas a propósito de tomas de terreno ilegales).
Jaime y Tennyson, eran dos delincuentes de poca monta que intentaban dominar determinados sectores del hampa criolla.
Se decidió hacer una gira popular a provincia con “Población…”, es decir, dispuestos a instalar la escenografía en cualquier lugar, en funciones gratuitas.
Y recuerdo que fue en Chillán en donde se instaló la escenografía, e hicimos la función en pleno día, sobre los corrales de una Feria de Animales (en algunos corrales había animales a la espera del remate). Los espectadores, se instalaron en las graderías que ocupaban normalmente quienes compraban animales, a unos 30 metros del escenario.
La obra era picante y graciosa, con personajes muy populares y un excelente trabajo de actores.
Y…, y…, en un momento culminante de la obra, se encontraban los dos delincuentes Jaime y Tennyson, dispuestos a dilucidar quién era el rey de la comarca.
Apareció Jaime en un extremo del escenario y le grita a Tennyson : ”Por fin te encuentro, cabrón”. Jaime saca el revólver, y zaz, dispara, pero el fulminante no funciona. Un segundo de incertidumbre…, de todos los actores que estábamos en escena. Entonces Jaime, se abalanza contra Tennyson y le entierra el revólver en el estómago. Tennyson, actor experimentado, comprende la situación y dice al segundo: “¡Ah, maldito, traidor, el revólver estaba envenenado!”, y cae muerto a los pies de Jaime.
Actores y espectadores nos quedamos estupefactos. Un par de minutos de Tennyson en el suelo, la obra ha finalizado.
Tennyson se levanta, y todos avanzamos en el escenario para saludar mientras suenan los aplausos de los desconcertados espectadores: “Cosas del teatro”, habrán pensado…