jueves, 27 de julio de 2023

“EL INDIO PAVEZ”




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El Indio Pavez



Recordando algunos amigos y compañeros que conocí en la Escuela de Teatro de la U. de Chile, he constatado que, de la “hornada” de los años 1955-65, salieron una pléyade de futuros actores, actrices, directores teatrales, autores y cantautores, de singular talento. Si los nombrara uno por uno, seguramente estarían de acuerdo conmigo en cuanto a su calidad.
Sin embargo, esta vez deseo destacar a uno de ellos, alguien que fue conocido popularmente por el apodo de “El Indio Pavez”, un cantautor e investigador folklórico de la época en que surgió el movimiento de la Nueva Canción Chilena.
Héctor Pavez, ingresó en la Escuela de Teatro en busca de su vocación..., artística, sin duda, pero aún indefinida. Tendría 19 años, tal vez. Y el bautizo de su apodo del “Indio Pavez” lo obtuvo Héctor trabajando de comparsa en la puesta en escena de la obra “Fuerte Bulnes” de María Asunción Requena, presentada por el Teatro Experimental de la Universidad de Chile. En cuya obra, Héctor y otro compañero, ejercían de indígenas de la Patagonia.
Y la verdad es que, aplicado el maquillaje y el vestuario, de los dos figurantes, era Héctor sin duda quien convencía plenamente como auténtico indígena. De manera que, desde el estreno de la obra en 1955, Héctor fue nombrado y conocido como “El Indio Pavez”.
Y en los descansos de los ensayos de la mencionada obra, Héctor me pidió, tímidamente, que le enseñara algunos acordes en la guitarra. Y no podían ser más que acordes, era todo lo que yo sabía en esos años.
Nunca imaginé que posteriormente, Héctor se convertiría en un tremendo aporte para la Nueva Canción Chilena, realizando además una magnífica investigación folklórica en la Isla de Chiloé.
Cuando, desde el TUC de Concepción, me incorporé en las actividades profesionales teatrales, de televisión y cine en la capital (o quizás fue en una visita anterior), tuve la satisfacción de visitar la Peña Folklórica que Héctor compartía con su esposa Gabriela Pizarro, conociendo de paso algunos de sus hijos. Canté alguna canción de mi cosecha aquella vez...
Flaco, como siempre, sonriente y cariñoso, ese es el último recuerdo que tengo de Héctor, “El Indio Pavez”.
NOTA: a la derecha del sacerdote está Héctor.

ENTRE LA DESGRACIA, UN SUEÑO

Chillán Viejo










En Chillán, durante mi infancia, y hasta los 6 años, viví muy cerca de la Estación de Ferrocarriles del Estado. Mi padre era paramédico y atendía el Policlínico de esa institución.
Entre los 3 y 4 años (1940-41) fui un “militante pacifista”. Durante los horarios en que llegaban los trenes de la capital, el andén exterior de la Estación se transformaba en el paseo chillanejo, un momento social: damas, varones y niños, lucían sus mejores galas para pasear por el andén a la espera del tren. Ese era el momento en que yo, montado en la higuera que había en el fondo del patio de mi casa, comenzaba a gritos mi discurso pacifista: “Pobres madres que lloran viendo a sus hijos que parten a la guerra. Mueren cien, mueren miles, y nadie dice basta”. Eran las mismas frases que yo escuchaba en la radio y que repetía todas las tardes desde la higuera. Y más de alguien se lo comentaba a mis padres, con lo cual estimulaban mi “campaña pacifista”.
Creo que a todos los niños les encanta andar en tren, en mi caso gozaba enormemente todos los veranos cuando partíamos a Dichato, el balneario de los chillanejos.
Pero, además, en los años 40, en Chillán aún existía el “Tren Chico”, un ramal de Chillán hasta Recinto, un pueblo precordillerano, cerca de las famosas y mitológicas Termas de Chillán, con aguas termales capaces de curar todo tipo de enfermedades.
El Tren chico, de trocha angosta – con vías un metro de ancho -, efectivamente tenía una máquina mucho más pequeña que las locomotoras habituales, y sus carros eran también de menor tamaño. Como la terminal de ese Ramal estaba a 50 metros de mi casa, con mis amigos solíamos jugar en aquellos carros detenidos, y soñábamos una y otra vez con la posibilidad de viajar algún día en ese pequeño tren. Jugando en aquellos carros nos sentíamos como en un cuento de Pulgarcito. Nada hacía presumir, sin embargo, que pudiéramos hacer realidad ese sueño.
¡Y hete ahí, que sí! ¡Que sí! ¡No lo podía creer! Mi padre, mi padre me invitó a viajar en ese “sueño de mi infancia”. El motivo de la invitación tenía un fondo trágico, motivo que conocí posteriormente. Por el momento, tenía los ojos llenos de lágrimas, lágrimas de contento..., de ilusión: el Tren Chico, el tren de Pulgarcito, el viaje tantas veces soñado...
Tal vez fueron 10 kilómetros hasta el lugar del accidente, 20 de ida y regreso. ¡Pero alma de mi alma!, viajar en un tren que en mi imaginación era un tren de juguete...
Padre, recuerdo tu cara de preocupación cuando regresaste al carro. Como paramédico de Ferrocarriles debiste atender a un herido atropellado por el tren. Y en mi egoísmo infantil no mostré preocupación por el accidentado. Hoy lo lamento. Tampoco te pedí disculpas en aquella ocasión, porque mi infancia estaba demasiado gozosa viviendo la experiencia soñada. Y al recordarla hoy, con los ojos húmedos, te doy las gracias por tan emocionante regalo...

EN UN MUNDO DOS MUNDOS




escultura de Sophie Favreau






Tengo dos recomendaciones de películas que a mi juicio vale la pena ver. Es en Netflix, servidor que raramente ofrece películas de calidad (ojalá la huelga de Hollywood también incida en ello). Mis recomendaciones son: MAKING A MURDERER, serie documental norteamericana, basada en hechos reales – que parecen irreales -, dirigida por dos mujeres, Laura Ricciardi y Moira Demos. La serie ha provocado controversias tanto en el Condado de Manitowoc, donde se desarrollan los hechos, y en el resto del país.
Prefiero reservarme detalles, precisamente para preservar la intriga y el suspenso que contienen los hechos relatados.
Y para quienes se interesen en los misterios que nos viene develando la ciencia de los fósiles – paleontología –, acaba de comenzar la exhibición de la mi segunda recomendación. También es un film documental, aunque de un tema muy distinto: LO DESCONOCIDO, dirigido por Lessie Norman y Joseph Losey. Quienes lo vean, quizás terminarán preguntándose como yo: ¿cuándo empezamos a ser humanos? Y sobre todo, ¿en qué momento perdimos la ruta de “ser humanos”, convirtiéndonos en enemigos permanentes del “otro”.
Durante miles y miles de años no hemos parado de matarnos unos a otros. Partimos cooperando unos con otros, para terminar en una competencia despiadada por el poder.
En fin, es una reflexión ajena al documental, aunque por él motivada...

“NOS CHUPA LA BRUJA”

La Presse Montreal  Junio 2023  





Amigas y amigos, tenemos suerte de vivir en Vaudreuil-Dorion. Hasta el momento, solamente hemos tenido amenazas de tornados y lluvias torrenciales, fenómenos atmosféricos que han puesto en crisis a la ciudad de Montréal y otros varios lugares del Québec. Miles de hogares sin electricidad e inundaciones de calles además de cientos de hogares. Es “la muerte anunciada”. Los meteorólogos, hace tiempo, nos vienen anunciando el cambio climático y el daño del medioambiente que está creando nuestro “progreso”.
Nadie ignora que estamos avisados y advertidos del daño del medio ambiente a nivel mundial. Nuestra responsabilidad individual es creciente, pero pienso que debemos exigir a nuestros gobiernos una mayor eficacia en el cuidado del medio ambiente, teniendo claro, eso sí, algo fundamental: “el cuidado del medio ambiente supone renunciar a buena parte de nuestro moderno confort”. ¿Estamos dispuestos?
“Muchísimas son las cosas/
que nuestra madre Natura/
hace con mucha ternura.
Más aún, las hace hermosas./
Por lo mismo es tan celosa/
de nuestra eterna inconsciencia,/
que hasta pierde la paciencia/
con tanta locura humana,/
y en su lenguaje proclama/
su furia, con inclemencias”.

¿ASOMBROSO ?

La Tierra en el Universo




De vez en cuando me pregunto si realmente soy escéptico frente a diversas historias o acontecimientos, o sobre experiencias singulares que cuentan diversas personas. No creo ser escéptico dogmático. Pero me gusta conocer las evidencias y estrujar primero mi razonamiento antes de aceptar historias extrañas. Aceptando eso sí, la extrañeza inexplicable de nuestra existencia en este espacio infinito. Al respecto, la astrofísica avanza día a día buscando la explicación que, en última instancia, todavía resulta insondable. Pero el “vicio” de querer saberlo todo supongo que es intrínseco a nuestra existencia.
Nuestro diario vivir en este planeta está en permanente cambio, un diario vivir desastrosamente desigual y escasamente solidario. A pesar de que no tenemos idea adónde nos lleva este viaje astral, y a pesar de que tenemos conciencia de no ser más que una brizna en el universo – también nuestro sistema solar –, vivimos en permanente competencia, en guerras unos contra otros.
Hace milenios, muchos seres humanos, pese a su primitivismo, sintieron la necesidad de protección y se aferraron a la idea o sentimiento de que existía un ser protector. Para ellos es un alivio pensar que el paso por la tierra es efímero porque más allá les espera la eternidad, junto a su protector.
Todo esto me parece mucho más asombroso que los que se pretenden “psíquicos”, o aquellos que pretenden tener poderes extrasensoriales, etc., la mayoría de ellos simples embaucadores.

VIVIR MÁS ALLÁ DE LA RAZÓN







imagen de la red






Resulta sorprendente la cantidad de gente que participa en la explotación del “negocio de lo paranormal”. Dicho negocio, cuenta con la participación de científicos que asesoran y argumentan a favor de los más descabellados experimentos, que no cuentan con la rigurosidad de la verificación, pero que llevan la firma del “doctor en Física... patatín patatá...”
En los EEUU son numerosos los best sellers anuales, cuyo contenido puede ser el caso o experiencia vivida de quien recibió un mensaje de Julio César, o de quien ha comprobado “genéticamente” ser hijo de un extraterrestre.
Y a propósito, pretender ser original informando que usted ha sido abducido por una nave extraterrestre, en los EEUU le contestarán, “Ah, sí, yo tengo un vecino que estuvo viviendo una semana en una nave extra-terrestre”.
Yo he dicho que me considero escéptico ante lo paranormal porque nunca he tenido una experiencia de esa índole, pero acepto que mucha gente haya tenido experiencias inexplicables. Nuestro cerebro parece ser tramposo y engañador, y las primeras víctimas son nuestros cinco sentidos..., aunque..., aunque hoy..., la ciencia piensa que tenemos un sexto sentido que le llama propiocepción. “Su trabajo es recopilar información de los músculos y las articulaciones sobre nuestros movimientos, postura y posición en el espacio, para luego transmitirla a nuestro sistema nervioso central".
Y en este punto me detengo, porque dentro de mi ignorancia logro comprender que la complejidad de nuestro Ser es infinita. De hecho, mi trabajo como actor me ha hecho experimentar situaciones que no las explicaba mi razón. Es algo que actrices y actores han vivido y viven permanentemente, provocando con ello, además, una experiencia especial en el espectador, quien tampoco puede explicar racionalmente su emoción, idéntica al vecino, pero a la vez con infinitas diferencias...
Quizás todos quisiéramos vivir más allá de la razón...






jueves, 6 de julio de 2023

MEMORIA EMOTIVA


Compartido con: Solo yo
Nelson Villagra en El Chacal de Nahueltoro




Una anécdota contada en la red por Begoña, mi mujer, a propósito del film que yo protagonizara, EL CHACAL DE NAHUELTORO, impacta profunda la memoria emotiva mía.
Para quienes no son chilenos, brevemente: Jorge del Carmen Valenzuela Torres, aturdido por el alcohol se convirtió en un séxtuple asesino: mató a su conviviente de hacía pocos días y a sus 5 hijos. Entre los nacionales, se nos ha hecho costumbre pensar sobre todo en Jorge, olvidando a Rosa, la mujer, y sus cinco hijos, seres desvalidos lo mismo que él.
Como intérprete de ese personaje real, intenté comprenderlo durante el rodaje del film, pero hasta el día de hoy me es imposible justificarlo. Sin embargo, a pesar de todo, siempre estuve en desacuerdo en que la Justicia dictara su fusilamiento.
El Jorge fusilado ya no era el Jorge alcohólico “habitado por el Mal”. Y esta última expresión la empleo consciente de que me he desarrollado como ser humano dentro de la cultura judeo-cristiana o greco-cristiana como algunos suelen denominarla.
Cómo podría ser habitado por el Bien, alguien que sólo había recibido el Mal desde su más tierna infancia.
Solamente en la cárcel conoció la humanidad.
El Bien y el Mal y la Justicia de Clases, son los dos temas evidentes que se desprenden del caso y del film. Pero esas evidencias motivan un sin fin de reflexiones, incluidos los valores estéticos del film.
Durante el S. XX creo que dos films han quedado como
pivotes de nuestro cine nacional: El Húsar de la Muerte, de Pedro Sienna, y El Chacal de Nahueltoro , de Miguel Littin.
El primero, develando de manera optimista el arquetipo del Héroe Naciona, constructor de la Patria (1925).
El segundo, cuarenta y tres años después (1968) , develando una Patria excluyente e injusta.
Quizás sea esa bipolaridad la que restringe nuestra potencialidad nacional.