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Y sí, una cosa son los grados de frío o de calor que marca el termómetro, y otra cosa es la sensación térmica, le “ressentie”, como se denomina aquí en el Québec.
Por ejemplo, hoy tenemos el típico día engañoso - como si el clima fuera un Político -, el termómetro marca menos 12 grados (bajo cero). Tú miras la calle, tiene una delgada capa de nieve y un sol esplendoroso. ¿12 menos cero? Pues, salgo a caminar. ¡Epa, detente Lázaro! La verdad es que ahí afuera te esperan 21 grados bajo cero, es el “ressentie”. Y con esa temperatura tus orejas se pondrán moradas, y no podrás respirar tranquilo a menos que hayas cubierto orejas, nariz y boca. La pequeña brisa se convierte en un ciclón.
¿Y entonces qué? ¿Damos un paseo? Muchos chilenos lo hicimos recién llegados al país. Había que vivir la experiencia. Años después filmé una película en el Polo Norte, y aunque mi vestuario era muy apropiado, no podía evitar que mi aliento se cristalizara y cayera como pequeñitos cristales sobre la nieve. De manera que ahora el frío prefiero vivirlo como parte del paisaje. ¿Salir a pasear? ¡A otro perro con ese hueso!