sábado, 4 de septiembre de 2021

ALBOROTO SEMIFUSO






fotos de la red collage de nvg
Quiero reclamar sobre los tomates que venden en el marcado: no son tomates. Pero claro, tal vez sea más importante la ley indigna que aprobaron en Texas, según la cual, “se pagarán 10.000 dólares a quien denuncie un aborto”.







Quiero reclamar sobre los tomates que venden en el marcado: no son tomates. Pero claro, tal vez sea más importante la ley indigna que aprobaron en Texas, según la cual, “se pagarán 10.000 dólares a quien denuncie un aborto”. En este mundo, todavía las mujeres continúan sirviendo pa la patá y el combo de los hombres. Pero las cerezas, las cerezas que venden en el marcado: ¡son una mierda! ¡Qué me van a hablar a mí de cerezas! Cuando muchacho, yo comía cerezas montado en los propios cerezos de mi amigo Uge: uno tenía cerezas rojas, otro, cerezas negras y el otro, cerezas rosadas, grandes. ¡Esas eran cerezas, mierda! ¿Que la ultraderecha norteamericana no está de acuerdo en terminar la guerra en Afganistán? La verdad, en ese país, todos están montados en un tobogán con imprevisibles consecuencias. Sin embargo, me interesa denunciar que los tomates no son tomates, tienen sabor a plástico. ¿Me van a hablar a mí de tomates? Con mi amigo Aliro, nos íbamos al “tomatal” que tenían mis padres en una parcela – Quinta, se llamaba en Chile -, cada uno con una marraqueta de pan, un poco de sal, y ¡vaya qué panzada de tomates nos pegábamos! Recién sacados de la mata. ¡Esos eran tomates, mierda!
Pero bueno..., aparece mi esposa, mi amorosa... “una palabra entonces, una sonrisa bastan, y estoy alegre, alegre que no sea cierto...”