sábado, 20 de enero de 2018

DISTRACCIONES

Vista desde casa

Nada más salir a la puerta de mi casa veo ese panorama que inevitablemente me recuerda el Nevado y el Volcán Chillán, que por cierto, los tengo de pantalla de apertura en mi ordenador.

Son los camiones “quitanieves” que pasan limpiando la calle y nos van dejando ese panorama gélido, que sin embargo milagrosamente logra ser absorbido por  nuestra Madre Tierra hacia mediados de abril si nos toca un año benigno.

Es el viento - aunque bastan solamente brisas -, para prever que no es recomendable ser parte del paisaje, es más aconsejable ser solamente un lánguido espectador desde los ventanales de tu casa o apartamento. Treinta grados bajo cero, sobre todo cuando esa temperatura se mantiene por días como es el caso de este año, no resultan muy acogedores.

Las autoridades te advierten: restringir las salidas a la calle o a la carretera para lo que sea estrictamente necesario. No obstante el país debe continuar funcionando: escuelas, administraciones diversas, alimentación, etc., etc. Y aún no hemos llegado a un desarrollo de la  tecnología en que bastará presionar un botón y la ciudad seguirá funcionando (paradojas: para acabar con el mundo basta con un botón), todavía se necesita la presencia del ser humano para ello.

Y algunos de estos seres humanos se ven sobrepasados por el trabajo: los socorristas de viviendas o carreteras, por ejemplo; los fontaneros, que luchan contra los cientos de llamados en las casas en donde se congelaron las cañerías - que fue nuestro caso este año -. Los bomberos, porque en medio de la nieve, debido a la calefacción defectuosa se provocan numerosos incendios con fatales consecuencias.




En fin…, juro que mi intención primera fue comentar con ustedes algo completamente distinto. Será en otra ocasión.