En este mi blog, usted puede leer el epígrafe bajo mi
foto. Son unos versos del maestro Merardo que muestran desde hace tiempo mi
preocupación por el medioambiente.
Los medios oficiales de comunicación, hasta hace dos, tres o quizás cuatro décadas, propiciaban el desprestigio de las organizaciones
ecológicas y de quienes individualmente mostrábamos preocupación por el
descuido del medioambiente.
Hoy, es tan evidente no ya el descuido sino la
destrucción del medioambiente, que hasta los medios políticos e industriales
más conservadores han tenido que ceder, al menos en el discurso, ante la
dramática realidad.
Y decir dramática, quizás actualmente sea una expresión
mesurada, porque en realidad nos queda poco tiempo para evitar la tragedia.
De los más de siete mil millones de seres humanos que
habitamos hoy día el planeta, hay que agregar las variadísimas y numerosas
especies animales, porque todos modificamos el medioambiente.
Sin embargo les especialistas nos vienen repitiendo una y
otra vez sistemáticamente, desde hace por lo menos 40 años, tanto a través de
informes oficiales como extraoficiales, que la actividad humana tiene la mayor
incidencia en el deterioro de la Naturaleza. Y en dicha actividad, la
industrial, además de una serie de adelantos tecnológicos, ocupan el primer
lugar.
Pero esa conclusión no exime en absoluto nuestra
responsabilidad individual, antes por el contrario, ésta se ha hecho mayor dado
el crecimiento de la población terráquea y su desarrollo tan desigual y caótico.
Cada uno de nosotros, desde los adultos hasta los niños
nos vemos alterados por una oferta desmedida del consumo, que por un lado crea
traumáticas frustraciones en quienes no acceden a él, y por la otra, aumenta el
volumen de deshechos de quienes caen en la redes del consumismo.
Pensaba detallar la ayuda individual que podemos prestar
al medioambiente desde la cocina de
Esa ayuda puede ser un parche, sí, parches curita para un
enfermo que ha ingresado a la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos). Es probable.
Pero si el parche lo ponemos los más de siete mil millones de habitantes,
nuestro Globo Azul continuará siendo capaz de filtrar los rayos ultravioletas,
evitando que muramos achicharrados como hormigas bajo la lupa.
Siendo cada uno de nosotros consecuentes con nuestra
responsabilidad individual, tendremos más derecho aún de exigir organizadamente
a nuestros gobiernos, a nuestras industrias, a los organismos internacionales
que sean consecuentes a su vez con su discurso.
Entre muchos informes de especialistas de los últimos
años, apareció recientemente la Encíclica del Papa Francisco “Laudato si”
(Alabado seas), referido principalmente a nuestra grave situación ecológica.
Hay que reconocer que dicha Encíclica no tiene desperdicio.
Sobre todo, debido al tema. Está dirigida a moros y
cristianos, ateos, herejes y sacrílegos. Todos vivimos en este Globo azul.
Más de alguien podría comentar “si lo escribió el Papa,
es un asunto de los cristianos, más precisamente, de los católicos”.
No dejaría de tener alguna razón, debido a que los
católicos, según sus cifras son más de mil millones. Deberían haber estado a la
vanguardia de los ecologistas en estos dos mil años, podría decir ese crítico.
Aunque tendría que reconocer también que a través de los siglos, de las filas católicas
se han destacado numerosas personalidades defensoras del medio ambiente. Pero
no es ese el problema a discutir hoy en día.
¿A menos que quisiéramos de esa manera esquivar la
responsabilidad individual que nos cabe a cada uno de nosotros, habitantes de
este mundo?
Católicos y no católicos, creyentes y no creyentes
participan en la riqueza y la pobreza, participan en todos los gobiernos, en la
política e industria nacionales e internacionales.
Y ellos y cada uno de nosotros, sabemos sobradamente
desde hace tiempo que si no cambiamos nuestro modo de vida, si no modificamos
nuestro afán absurdo de lucro y de consumo, nuestro afán absurdo de crecimiento
y “progreso” sin fin, el enfermo que tenemos en la UCI se nos muere, por falta
de oxígeno y exceso de metano.
Amiga – en sentido genérico -, te invito a que no olvides
tu parche individual diariamente. Así tendrás mayor voluntad y derecho a exigirle
a tus autoridades que pasen del discurso al hecho.
La Naturaleza también eres tú. Cuídala.