Culpable de ser policía, así se titula el
libro que saldrá a las librerías mañana, según anuncia un diario aquí en
Montréal.
La singularidad de esta publicación
consiste en que su autor es un policía que no hace mucho fue suspendido del
organismo policial por ser “demasiado
amigo de los medios criminales”, de quienes recibía diversas informaciones muy
útiles a las investigaciones sobre el crimen. Informaciones tan útiles, que
Philippe Paul, era reputado como el policía con mayor conocimiento de los
medios criminales de Montréal.
Los “informantes” de Paul – sus
“mauvaises fréquentations” -, quienes han estado vendiendo informaciones a la
policía por largo tiempo, han declarado que no están dispuestos a informar a
otros policías, a menos que sea en presencia de Philippe Paul.
No hay que ser un experto sabueso para
sospechar que si las “mauvaises fréquentations” desconfían de otros policías es
porque “conocen la tela”.
Las razones de la SPVM (Service de Police
de la Ville de Montréal) para suspender a Philippe Paul, nunca estuvieron muy
claras, nunca hubo una acusación específica. Diríamos que la suspensión de este
policía se prestó y se presta para muchas sospechas. No descartando envidias de
colegas, presiones de algunos medios criminales, que hicieron intervenir a la
Sûreté de Québec y aun a la GRC.
Pese a todo no se reunieron evidencias
contundentes en contra del policía mencionado. Ante la suspensión, Philippe
Paul decidió renunciar a la SPVM. Y los lectores nos quedamos en la
incertidumbre, sin poder concluir de qué parte estaba la honestidad.
Antes de la publicación del libro,
Philippe ha advertido que ha tomado la precaución de poner a buen recaudo
varios “sobres” que al parecer develan hechos y nombres… Pensando, quizás, que
nunca se está libre de algún “accidente”.
Para quienes no lo sepan, aquí en esta
hermosa y agradable Ville de Montréal, la mafia y otros derivados del delito
son muy activos. Aquí el delito criminal actúa tanto en el campo ilegal como
legal. A veces con resultado de muerte, o con fraude, coimas , y en fin, variadas
formas del “camino más corto”. Todos los días tenemos informaciones de acciones
de la mafia o de les “gangs de rue” (pandillas callejeras, eso sí, tan
organizadas como la mafia).
Los habitantes en esta ciudad, en la provincia,
y en el país, durante meses estuvimos viendo en directo – transmitida en vivo y
en directo - una investigación llevada a cabo por una comisión especial, la
Comisión Charbonneau.
Ante dicha Comisión vimos desfilar todo
tipo de personajes: prominentes empresarios de la Construcción, políticos,
delincuentes profesionales, en fin. Era como ver Cine Negro en su casa,
gratuito.
Y
de ese desfile, como sucede en todas partes del mundo, algún día, quizás cuando
ya lo hayamos olvidado, se publicarán sentencias que no afectarán en nada ni a los imputados ni a la
marcha de esta tranquila y hermosa Ville de Montréal…